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EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE LECOR / UNA HISTORIA DE ADORACIÓN



por HUGO GIOVANETTI VIOLA

un webguión seccionado en 40 episodios y escrito como base para una miniserie televisiva que producirá elMontevideano / Laboratorio de Artes

TRIGESIMOCUARTA ENTREGA

EPISODIO XXXIV

Montevideo olía más a podrido que una Dinamarca imaginariamente regida por el Divino Marqués.

PRIMERA HISTORIA 1 / EXT. DÍA

Juan Mendoza se sienta a matear con Harley en el patio de la mansión de Selva Primavera.

Juan Mendoza: Selvita dice que Paloma no quiere recibirme, Mister Edward.

Harley: Lloró toda la noche.

Juan Mendoza: ¿Sabrá lo que le obligó a hacer mi mujer al molembo?

Harley: Sí. Eso ya es comidilla de esclavas. Lo que vos no sabéis es que vuestra hija necesita hablar con doña Magdalena y comisionó a Julia para que se lo comunicara en la misa.

Juan Mendoza: ¿Y para qué necesita hablar con Doña Bruja?

Harley: Ellas fraguan cofradías que nosotros no nos atrevemos ni a imaginar, compadre.

Juan Mendoza: Pues yo ahora estoy sintiendo que ni Dios ya es mi Dios.

Harley: El canto de la aflicción es más nefasto que el de las sirenas.

Juan Mendoza: Y lo peor es que me pregunto quién abandonó a quién. Ya ni siquiera oigo mi De profundis.

Harley: Esto es el mundo, amigo. Agonía. Agonía.

SEGUNDA HISTORIA 1 / EXT. DÍA

Magdalena, Julia y Pandora salen de la catedral y encuentran a Josef esperándolas con un jaulón cubierto por una funda.

Magdalena: ¿Y ahora qué nos querrá ese pichón de anarquista? ¿Habrá sacado a paseo a Petronila y Eulalia? Diantre, cómo lo odio.

Julia: Hala, tía. Pobrecillo.

Magdalena: Andará mendigando. Y el Cabildo que todavía le afloja los morlacos del erario para su educación.

Julia (contrabandeándole una guiñada a Pandora): Vete a por él, conguita. Nos mira como un perro.

Magdalena: Un perro alimentado con fritanga y rosquetes.

Julia (dándole el brazo a Magdalena): Pues nosotras seguimos.

Magdalena: Sí. A malcriar a la guarra.

Pandora se acerca lentamente al niño y espera que Julia y Magdalena se pierdan de vista entre el gentío de la plaza.

Josef: Esto viene de mano del mariscal, señora. Una paloma anglesa.

Pandora (carcajeando hasta llorar): Nunca en mi pinche vida me habían dicho señora.

PRIMERA HISTORIA 2 / INT. DÍA

Juan Mendoza entra a la librería de Harley, donde Acuña de Figueroa atiende a la clientela durante la convalecencia del escocés.

Juan Mendoza: Ave María purísima.

Acuña de Figueroa (sonriendo con tristeza): Sin pecado concebida y por todos perseguida. ¿En qué puedo serviros?

Juan Mendoza: Necesito que me despejéis una interrogante a bocajarro, maestre. Sé que sois iniciado y que barajáis los últimos escándalos acaecidos en mi mansión.

Acuña de Figueroa: Este infierno es muy chico.

Juan Mendoza: El nuestro es un océano. Y voy a lo conciso: ¿revestía tanto peligro conservar los documentos que mi esposa le hizo tragar al molembo?

Acuña de Figueroa (cabeceando con mansedumbre y picardía): El peligro es tomar por verdad el papagayeo de Manucho Artecona, don Juan. Y además esos folios ni siquiera pudieron pertenecer a la logia alvearista.

Juan Mendoza: Entonces lo único que quería Doña Bruja era aliviarse el odio por las cedulillas que recibió Paloma del mariscal Montesco.

Acuña de Figueroa: ¿Hubo dos?

Juan Mendoza: Y hasta creyó que la primera se la habían escrito a ella. ¿No ve que ahora las guampas ya me forman espirales igual que a los carneros?

SEGUNDA HISTORIA 2 / EXT. DÍA

Selva Primavera espera a Julia y a Magdalena mateando con Harley.

Selva Primavera: Ahora temo que mi prima no se digne a auxiliar a la niña.

Harley: Calma, suegra. A las Dianas las cría Dios y el diablo las confabula.

Selva Primavera: Y además se comenta que a Maguita le estrujó el corazón que su Ofelia se inmolara.

Harley: Como también sabemos que si nuestro Hamlet hubiese recibido en el Fuerte a su adoradora no tendríamos tragedia.

Selva Primavera: Es que esa mañana Porto le había enviado una cedulilla a Paloma que Pandora recibió a destiempo por la encerrona que sufrió frente al rollo.

Harley: Y el portugo se nos puso más oscuro que Otelo.

Selva Primavera: Ca, es que encima la niñata empezó a coquetear con Manucho en sus narices.

Harley: Pero el mariscal pecó alevosamente al no recibirla en el Fuerte.

Selva Primavera: Porque estaba cegado.

Harley: Dante nunca se sintió el esposo mundanal de Beatrice. Claro que no podía confundirse porque la conoció cuando ella ni menstruaba. Ese mariscal me asusta.

PRIMERA HISTORIA 3 / INT. DÍA

Pandora entra al corralón donde viven los esclavos de la familia Mendoza y encuentra a Baltasar tirado bocabajo en un catre.

Pandora: ¿Cómo te va la tripa, reyuno?

Baltasar (que tiene asomada la cabeza sobre un balde): Ahora echo sangre negra, nomás.

Pandora (sacándole la funda al jaulón): Entonces desestragó.

Baltasar (desnudando una dentadura llena de flemas rojas): No le saco país a esa paloma, conga.

Pandora: Va a volver con mensaje al Fuerte. Y hacé de cuenta que nunca la viste, o después que la suelte te encepo la sesera con esta misma jaula.

Baltasar sonríe babeándose ojicerradamente y Pandora se arrodilla a acariciarle las motas.

Pandora: Y acordate que no hay ninguna esposa currutaca que quiera más al macho que yo a vos, desgraciado.

Baltasar se retuerce desembuchando un hilo de bilis y Pandora le sostiene la frente y le habla a la paloma.

Pandora: La loquita de esta casa va a aprender a volar como vos aunque se acabe el mundo.

SEGUNDA HISTORIA 3 / EXT. DÍA

Magdalena es conducida por Selva Primavera y por Julia hasta el patio donde Harley se está chorreando mientras ceba.

Magdalena: Poned la calabaza en el suelo, maturrango.

Harley (metiendo la mano quemada en un balde con agua): No sabéis cuánto echaba de menos vuestra pericia para chasmuscar al prójimo, Maguita.

Magdalena: Pues vengo a perdonar a la guarra. ¿Y ahora cómo véis el mundo, Mister Edward?

Harley: Siento que recién empiezo a investigar los verdaderos colores del dolor. Son hermosos.

Julia (agarrando a Magdalena del brazo mientras se miran enfurecidamente con Selva Primavera): Paloma ha de estar ansiosa por estrecharte, tía.

Magdalena: ¿No querrá asesinarme? Sería bueno que además de dictar memorias os dedicaras a la investigación de los pigmentos íntimos que crepitan en los hornillos de los degolladores, buen Edward.

Harley: No es una mala idea.

Magdalena (pataleando como una flamenquera): ¿Y qué quiere mi hija? ¿Qué asociemos el odio?

Harley (cuando queda solo): Lucifer es muy lúcido.

PRIMERA HISTORIA 4 / INT. DÍA

Baltasar (contemplando con devoción la blancura de la paloma sacada de la jaula por Pandora): Ah, es cruza de los herejes. Ya decían que Lecor trajo palomar bonito.

Pandora: La pidió la loquita, anoche. Y Porto ya la mandó.

Pandora se saca un cilindro minúsculo de adentro del turbante y le habla a la paloma.

Pandora: Este mensaje es de vida o muerte, plumón de nieve. Y lo vas a llevar a la ventana del mariscal.

Baltasar: ¿Las anglesas te entienden?

Pandora: Somos hembras, deslenguado.

Baltasar (dejándose caer del catre y avanzando en cuatro patas hacia el establo): Ahora me viró el cólico.

Pandora (después de atar el cilindro en la pata de la paloma y sacarla del jaulón): Cuidate de la hinchada de lomo del sudeste, majita.

Corte. Porto fuma tirado en la cama de su cuarto del Fuerte.

Porto (viendo posarse la paloma y saltando a besarla): Ah, Mae de Deus.

Voz en off de Paloma mientras Porto lee temblorosamente la minúscula cedulilla recién desentubada: La paz contigo, Maestro. Te adoro. P.M.

SEGUNDA HISTORIA 4 / EXT. DÍA

Magdalena vuelve al patio después de haber hablado una hora con Paloma y larga una carcajada. Julia y Selva Primavera se le acercan expectantes y Harley muerde una pieza del dominó.

Magdalena: Ya hay yegüita domada. Y ayudadla a embodegar los báules que hoy mismo vuelve a casa.

Julia: Quísolo Dios.

Magdalena: Deus o diabo da certo. Y a despilfarrar patacones desvalijando las muselinas de Chopitea, que el domingo daremos un baile en el Fuerte en reparo de las vergoñas que esta infeliz Plaza de Montevideo le ha hecho vivir a sus pacificadores.

Selva Primavera: ¿Quiénes darán un baile?

Magdalena: Pues el sexo débil, prima. Las reliquias de estos heroicos defensores que nos guiarán hacia la deseada reconquista borbónica. Y que vivan Fernando VII y los Braganza en unión contra la repartija ruin de los nuevos Caribes. Las estancias son nuestras y no del anarquismo del mesías camorrero.

Harley (volviendo a quemarse por cebar solo y desparramando con una patada histérica todo el dominó): Esto huele más a podrido que Dinamarca y Sade y la matanza de canes.

Magdalena (tapándose la boca y escapándose hacia el zaguán seguida por Julia y Selva Primavera): Me olvidé que había aliados del tirano a la vista.

Harley (cuando queda solo): Esa dama lleva adentro un esqueleto verde.

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