por HUGO GIOVANETTI VIOLA
un webguión seccionado en 40 episodios y escrito como base para una miniserie televisiva que producirá elMontevideano / Laboratorio de Artes
PRIMERA ENTREGA
EPISODIO I
La historia transcurre en febrero de 1818. Montevideo lleva más de un año ocupado por el ejército portugués que comanda Carlos Federico Lecor, Barón de la Laguna. Las acciones de este episodio se desarrollan en la mansión del hacendado Juan Mendoza. Su hija quinceañera Paloma espera la llegada de su prima Julia desde Maldonado. La acompaña una esclava de confianza, Pandora. En un dormitorio del primer piso, Magdalena Pena de Mendoza, esposa de Juan Mendoza y madre de Paloma, desayuna con cognac debajo del mosquitero y trata de seducir a Baltasar, esclavo esposo de Pandora.
PRIMERA HISTORIA 1 / INT. DÍA
Montevideo. Febrero de 1818. Paloma Mendoza, una muchacha quinceañera vestida con un traje largo y de mangas abuchonadas, toma su mate matinal en el patio ajedrezado de una mansión. La silla está ubicada a la sombra y rodeada de macetones llenos de flores. En el suelo hay un brasero con una pava. Aparece Pandora, una exuberante esclava treintona que usa una pañoleta roja enrollada como un turbante y fuma en pipa.
Pandora: Nunca hay paz en el mundo.
Paloma: Qué pasó.
Pandora: A tu madre se le ocurrió tomar cognac a esta hora. Y pidió que Baltasar se lo llevara a la cama como si fuera café. Ahora se encaprichó en emborracharse deslenguándose con mi marido.
Paloma: Ni se debe acordar de que hoy llega Julia.
Pandora: Yo creo que no se acuerda ni de que en esta plaza hay más traición que barro.
Paloma: Y mi padre tampoco aparece y ya dieron las once.
Pandora: Ja. Tu padre se deslengua cotilleando en la barbería. Hoy llegan dos mariscales portugos junto con tu primita Julia.
Paloma: A esos ni me los nombres. Dicen que los dos estuvieron a las órdenes de Pinto en la batalla de India Muerta. Y allí murió mi amor.
Pandora: Donde hay amor hay guerra. Y eso lo inventó el diablo.
SEGUNDA HISTORIA 1 / INT. DÍA
Dormitorio matrimonial del primer piso de la mansión. Un esclavo de ojazos asustados llena una taza y levanta el mosquitero para alcanzársela a Magdalena, la madre de Paloma, que usa un camisón muy escotado y ya habla alcohólicamente.
Magdalena: De rechupete tu café, reyuno. En el próximo San Baltasar tendrías que ser el monarca para que el Barón de la Laguna se nos ponga verde como un papagayo. ¿Alguna vez te adoraron?
Baltasar: ¿Eso no es en la misa?
Magdalena (carcajeando histéricamente): Hoy es 2 de febrero y hace once años justos que entraron los ingleses. ¿Vos ya estabas aquí?
Baltasar: No, señora.
Magdalena: Ya que estás me podés decir Nuestra Señora. Y después me flagelo un poco en La Casa de Ejercicios y santas pascuas. A mí los únicos ojos que me adoraron en la vida fueron los de mi primer hijo. Se llamaba Jesús.
Baltasar: Igual que Dios.
Magdalena: Y la noche que los gringos deshicieron los cueros de la brecha a bayonetazos le estaba dando el pecho a mi Jesusito: tenía tres meses y ya sabía mirarme como si yo fuera la Inmaculada. Serví más. Y después arrodillate y meté la cabeza adentro del mosquitero.
Baltasar: Tengo miedo, señora.
PRIMERA HISTORIA 2 / INT. DÍA
Pandora: Lo que habría que explicarle al diablo es que hay amores que duran mucho más que la guerra, mijita. Mirá Romeo y Julieta. Mil años después de muertos te los siguen mostrando en la Casa de Comedias.
Paloma: Pero eso fue en las Uropas, mujer. Acá demorás un año en engualichar a un chaval y terminan despedazándolo los perros cimarrones. No se entera ni el diablo.
En ese momento suenan dos aldabonazos y las mujeres dejan el mate al lado del brasero y corren hacia el zaguán.
Paloma (abriendo y abrazando a su prima Julia, que trae un parasol y una guitarra): Bienvenida al infierno, guapetona.
Julia: Al purgatorio, querrás decir. Porque el infierno de órdago es Maldonado, primita. Allá tenés a los invasores ocupando Gorriti y al Alcalde artigueño queriendo gobernar un cementerio de médanos. Todos en la misma olla. ¿No me huelen el azufre?
Pandora (frunciéndose y carcajeando): Lo que todavía apesta es el pescado del barco, señora.
Paloma: ¿No será que los mariscales huelen a tiburón?
Julia: Y sin embargo al que se llama Porto te lo comerías y le chuparías espina por espina. Hoy los van a conocer en la Catedral.
Paloma: Y a mi padre lo invitaron a un baile que dan en el Fuerte y me anda ofreciendo al mejor postor como si fuera una lecherita de hacienda currutaca.
SEGUNDA HISTORIA 2 / INT. DÍA
Magdalena: ¿Miedo? Miedo tuvo mi marido y todos los hombres de pacotilla que había en esta ciudad de mierda cuando los gringos se emperraron en cañonear la brecha. Empezá a emborracharte, nomás. Podés meter los belfos en mi taza.
Baltasar: Pero no me va a dar el tiempo para terminar de limpiar el establo.
Magdalena: ¿Sos mi esclavo o qué sos?
Baltasar (sirviéndose con los ojos muy ahuevados): Soy un pobre molembo.
Magdalena: Ja, ¿y a mí me venís a hablar de miedo? Aquella noche los ingleses terminaron achatándolos igual que una pampereada y se nos metieron hasta por las ventanas y mientras me violaban me mataron al crío como quien pisa uvas. Paloma estaba dormida en el cuarto de al lado aunque a ella ni la vieron.
Baltasar: La habrá ayudado un ángel.
Magdalena: Entonces tiene que haber sido algún ángel padrillo. Porque la yegüita madrina vive para embrujar.
Baltasar: Mejor me voy, señora.
Magdalena: No, metete aquí abajo. ¿Sabés de lo que sufre esta ciudad de mierda? De miseria de amor. Y va a seguir sufriendo hasta que caiga nieve. Ahora portate bien o le cuento a mi marido que quisiste violarme.
Baltasar: Tengo mucho miedo.
PRIMERA HISTORIA 3 / INT. DÍA
Pandora trae otra silla. Paloma y Julia se sientan a matear en el patio.
Pandora (mirando con odio hacia el piso de arriba): Me parece que la señora Magdalena está tomando demasiado café.
Paloma (abanicándose con desesperación): Ahora que Lecor puso el empedrado hay más moscas que antes.
Julia: ¿Tu madre anda muy loca?
Paloma: Hoy se cumplen once años de la invasión y se le ocurrió tomar cognac en lugar de café.
Pandora: Y encerrarse con mi negro.
Julia (suspirando mientras saca la guitarra): Me aprendí el mejor romance del mundo. Es triste y dulce. Trilce. Y me muero por cantarlo porque últimamente en San Fernando ya no se hacen ni tertulias.
Paloma: ¿Cómo se llama la canción?
Julia (afinando): Romance del enamorado y la muerte. Es vieja como el aujero del mate y no se sabe ni quién la compuso. Pero es la historia de adoración más preciosa que conozco.
Pandora: Entonces hay que presentarla en la Casa de Comedias.
SEGUNDA HISTORIA 3 / INT. DÍA
Baltasar se arrodilla y mete la cabeza adentro del mosquitero. Magdalena le acaricia las motas y de golpe grita.
Magdalena: ¿No vas a abrir ni un ojo, carajo?
Baltasar: No se me abren, señora.
Magdalena: ¿Sabías que hoy Nuestra Señora tiene los pechos tristes? Los tiene llenos de nieve.
Baltasar: Yo no sé lo que es nieve.
Magdalena: Un mar blanco que subió a la montaña. Pero a Nuestra Señora hoy se le congeló el corazón.
Baltasar: Pobrecita.
Magdalena: ¿Sabés que me estás mirando como mi hijo Jesusito? ¿Querés verme las montañas?
Baltasar: ¿No me podría tomar otra taza?
Magdalena: Sí. Tomate otra llena y después te tirás al lado mío y te muestro las montañas.
Baltasar: Este barco se empezó a mover mucho, señora.
PRIMERA HISTORIA 4 / INT. DÍA
Julia (toca y canta): Un sueño soñaba anoche / soñito del alma mía / soñaba con mis amores / que en mis brazos los tenía. / Vi entrar señora muy blanca / muy más que la nieve fría. / “¿Por dónde has entrado, amor? / ¿Cómo has entrado, mi vida? / Las puertas están cerradas / ventanas y celosías”. / “No soy el amor amante: soy la Muerte, Dios me envía”.
Pandora le acaricia el pelo a Paloma y se tapa la boca con horror.
Julia: “Ay Muerte tan rigurosa / déjame vivir un día”. / “Un día no puede ser / una hora tienes de vida”. / Muy de prisa se calzaba / más de prisa se vestía. / Ya se va para la calle / en donde su amor vivía. / “Ábreme la puerta blanca / ábreme la puerta niña”. / “¿Cómo te podré yo abrir / si la ocasión no es venida? / Mi padre no fue a palacio / mi madre no está dormida”. / “Si no me abres esta noche / ya no me abrirás, querida. / La Muerte me anda buscando / junto a ti, vida sería”. / “Vete bajo la ventana / donde labraba y cosía. / Te echaré cordón de seda / para que subas arriba / y si el cordón no alcanzare / mis trenzas añadiría”. / La fina seda se rompe / la Muerte que allí venía: / “Vamos el enamorado / que la hora ya es cumplida”.
Paloma: Y los dos pobres novios se adoraban pero no se llegaron ni a tocar.
Pandora: Pero les quedó el corazón lleno de estrellas, niña.
Julia: Toma ya. Y esos son los amores que te hacen volar más alto. ¿Me podrías acompañar al rancho de Rafaela Villagrán, sobrina? Hace años que no le canto.
Paloma: Pero ella está muy mal.
Julia: El arte mueve montañas.
SEGUNDA HISTORIA 4 / INT. DÍA
Magdalena (acariciándole la cara a Baltasar, que ya está ovillado en la cama): ¿Sabés que sos un negro lindazo, reyuno? Aunque huelas demasiado a establo. Siempre me gustaron más los molembos que los congos.
Baltasar (bostezando): Favor que usted me hace, señora.
Magdalena: Ahora preferiría que me llamaras putón verbernero. ¿Vale? Decime: ¿no te amosca que Pandora revuelva tanto el culo en la cancha de los candombes? Y además echó unas ancas que es como si tuviera dos culos.
Baltasar: Pero los dos son míos. Y no hay nadie que se atreva a sobárselos porque sabe que muere con la lengua de corbata.
Magdalena: La querés, desgraciado.
Baltasar (sin poder parar de bostezar): Yo quiero lo que es bueno.
Magdalena (levantando la sábana para mostrar los pechos): A ver si estas montañas te gustan.
Baltasar empieza a roncar y Magdalena lo tira al suelo a patadas y aúlla.
Magdalena: Pandora, vení enseguida a llevarte a tu rey porque este desgraciado se emborrachó y me trata como si fuera un putón verbenero.
Pandora (murmura atrás de la puerta): A la perras cachondas se le hinchan los pezones.
un webguión seccionado en 40 episodios y escrito como base para una miniserie televisiva que producirá elMontevideano / Laboratorio de Artes
PRIMERA ENTREGA
EPISODIO I
La historia transcurre en febrero de 1818. Montevideo lleva más de un año ocupado por el ejército portugués que comanda Carlos Federico Lecor, Barón de la Laguna. Las acciones de este episodio se desarrollan en la mansión del hacendado Juan Mendoza. Su hija quinceañera Paloma espera la llegada de su prima Julia desde Maldonado. La acompaña una esclava de confianza, Pandora. En un dormitorio del primer piso, Magdalena Pena de Mendoza, esposa de Juan Mendoza y madre de Paloma, desayuna con cognac debajo del mosquitero y trata de seducir a Baltasar, esclavo esposo de Pandora.
PRIMERA HISTORIA 1 / INT. DÍA
Montevideo. Febrero de 1818. Paloma Mendoza, una muchacha quinceañera vestida con un traje largo y de mangas abuchonadas, toma su mate matinal en el patio ajedrezado de una mansión. La silla está ubicada a la sombra y rodeada de macetones llenos de flores. En el suelo hay un brasero con una pava. Aparece Pandora, una exuberante esclava treintona que usa una pañoleta roja enrollada como un turbante y fuma en pipa.
Pandora: Nunca hay paz en el mundo.
Paloma: Qué pasó.
Pandora: A tu madre se le ocurrió tomar cognac a esta hora. Y pidió que Baltasar se lo llevara a la cama como si fuera café. Ahora se encaprichó en emborracharse deslenguándose con mi marido.
Paloma: Ni se debe acordar de que hoy llega Julia.
Pandora: Yo creo que no se acuerda ni de que en esta plaza hay más traición que barro.
Paloma: Y mi padre tampoco aparece y ya dieron las once.
Pandora: Ja. Tu padre se deslengua cotilleando en la barbería. Hoy llegan dos mariscales portugos junto con tu primita Julia.
Paloma: A esos ni me los nombres. Dicen que los dos estuvieron a las órdenes de Pinto en la batalla de India Muerta. Y allí murió mi amor.
Pandora: Donde hay amor hay guerra. Y eso lo inventó el diablo.
SEGUNDA HISTORIA 1 / INT. DÍA
Dormitorio matrimonial del primer piso de la mansión. Un esclavo de ojazos asustados llena una taza y levanta el mosquitero para alcanzársela a Magdalena, la madre de Paloma, que usa un camisón muy escotado y ya habla alcohólicamente.
Magdalena: De rechupete tu café, reyuno. En el próximo San Baltasar tendrías que ser el monarca para que el Barón de la Laguna se nos ponga verde como un papagayo. ¿Alguna vez te adoraron?
Baltasar: ¿Eso no es en la misa?
Magdalena (carcajeando histéricamente): Hoy es 2 de febrero y hace once años justos que entraron los ingleses. ¿Vos ya estabas aquí?
Baltasar: No, señora.
Magdalena: Ya que estás me podés decir Nuestra Señora. Y después me flagelo un poco en La Casa de Ejercicios y santas pascuas. A mí los únicos ojos que me adoraron en la vida fueron los de mi primer hijo. Se llamaba Jesús.
Baltasar: Igual que Dios.
Magdalena: Y la noche que los gringos deshicieron los cueros de la brecha a bayonetazos le estaba dando el pecho a mi Jesusito: tenía tres meses y ya sabía mirarme como si yo fuera la Inmaculada. Serví más. Y después arrodillate y meté la cabeza adentro del mosquitero.
Baltasar: Tengo miedo, señora.
PRIMERA HISTORIA 2 / INT. DÍA
Pandora: Lo que habría que explicarle al diablo es que hay amores que duran mucho más que la guerra, mijita. Mirá Romeo y Julieta. Mil años después de muertos te los siguen mostrando en la Casa de Comedias.
Paloma: Pero eso fue en las Uropas, mujer. Acá demorás un año en engualichar a un chaval y terminan despedazándolo los perros cimarrones. No se entera ni el diablo.
En ese momento suenan dos aldabonazos y las mujeres dejan el mate al lado del brasero y corren hacia el zaguán.
Paloma (abriendo y abrazando a su prima Julia, que trae un parasol y una guitarra): Bienvenida al infierno, guapetona.
Julia: Al purgatorio, querrás decir. Porque el infierno de órdago es Maldonado, primita. Allá tenés a los invasores ocupando Gorriti y al Alcalde artigueño queriendo gobernar un cementerio de médanos. Todos en la misma olla. ¿No me huelen el azufre?
Pandora (frunciéndose y carcajeando): Lo que todavía apesta es el pescado del barco, señora.
Paloma: ¿No será que los mariscales huelen a tiburón?
Julia: Y sin embargo al que se llama Porto te lo comerías y le chuparías espina por espina. Hoy los van a conocer en la Catedral.
Paloma: Y a mi padre lo invitaron a un baile que dan en el Fuerte y me anda ofreciendo al mejor postor como si fuera una lecherita de hacienda currutaca.
SEGUNDA HISTORIA 2 / INT. DÍA
Magdalena: ¿Miedo? Miedo tuvo mi marido y todos los hombres de pacotilla que había en esta ciudad de mierda cuando los gringos se emperraron en cañonear la brecha. Empezá a emborracharte, nomás. Podés meter los belfos en mi taza.
Baltasar: Pero no me va a dar el tiempo para terminar de limpiar el establo.
Magdalena: ¿Sos mi esclavo o qué sos?
Baltasar (sirviéndose con los ojos muy ahuevados): Soy un pobre molembo.
Magdalena: Ja, ¿y a mí me venís a hablar de miedo? Aquella noche los ingleses terminaron achatándolos igual que una pampereada y se nos metieron hasta por las ventanas y mientras me violaban me mataron al crío como quien pisa uvas. Paloma estaba dormida en el cuarto de al lado aunque a ella ni la vieron.
Baltasar: La habrá ayudado un ángel.
Magdalena: Entonces tiene que haber sido algún ángel padrillo. Porque la yegüita madrina vive para embrujar.
Baltasar: Mejor me voy, señora.
Magdalena: No, metete aquí abajo. ¿Sabés de lo que sufre esta ciudad de mierda? De miseria de amor. Y va a seguir sufriendo hasta que caiga nieve. Ahora portate bien o le cuento a mi marido que quisiste violarme.
Baltasar: Tengo mucho miedo.
PRIMERA HISTORIA 3 / INT. DÍA
Pandora trae otra silla. Paloma y Julia se sientan a matear en el patio.
Pandora (mirando con odio hacia el piso de arriba): Me parece que la señora Magdalena está tomando demasiado café.
Paloma (abanicándose con desesperación): Ahora que Lecor puso el empedrado hay más moscas que antes.
Julia: ¿Tu madre anda muy loca?
Paloma: Hoy se cumplen once años de la invasión y se le ocurrió tomar cognac en lugar de café.
Pandora: Y encerrarse con mi negro.
Julia (suspirando mientras saca la guitarra): Me aprendí el mejor romance del mundo. Es triste y dulce. Trilce. Y me muero por cantarlo porque últimamente en San Fernando ya no se hacen ni tertulias.
Paloma: ¿Cómo se llama la canción?
Julia (afinando): Romance del enamorado y la muerte. Es vieja como el aujero del mate y no se sabe ni quién la compuso. Pero es la historia de adoración más preciosa que conozco.
Pandora: Entonces hay que presentarla en la Casa de Comedias.
SEGUNDA HISTORIA 3 / INT. DÍA
Baltasar se arrodilla y mete la cabeza adentro del mosquitero. Magdalena le acaricia las motas y de golpe grita.
Magdalena: ¿No vas a abrir ni un ojo, carajo?
Baltasar: No se me abren, señora.
Magdalena: ¿Sabías que hoy Nuestra Señora tiene los pechos tristes? Los tiene llenos de nieve.
Baltasar: Yo no sé lo que es nieve.
Magdalena: Un mar blanco que subió a la montaña. Pero a Nuestra Señora hoy se le congeló el corazón.
Baltasar: Pobrecita.
Magdalena: ¿Sabés que me estás mirando como mi hijo Jesusito? ¿Querés verme las montañas?
Baltasar: ¿No me podría tomar otra taza?
Magdalena: Sí. Tomate otra llena y después te tirás al lado mío y te muestro las montañas.
Baltasar: Este barco se empezó a mover mucho, señora.
PRIMERA HISTORIA 4 / INT. DÍA
Julia (toca y canta): Un sueño soñaba anoche / soñito del alma mía / soñaba con mis amores / que en mis brazos los tenía. / Vi entrar señora muy blanca / muy más que la nieve fría. / “¿Por dónde has entrado, amor? / ¿Cómo has entrado, mi vida? / Las puertas están cerradas / ventanas y celosías”. / “No soy el amor amante: soy la Muerte, Dios me envía”.
Pandora le acaricia el pelo a Paloma y se tapa la boca con horror.
Julia: “Ay Muerte tan rigurosa / déjame vivir un día”. / “Un día no puede ser / una hora tienes de vida”. / Muy de prisa se calzaba / más de prisa se vestía. / Ya se va para la calle / en donde su amor vivía. / “Ábreme la puerta blanca / ábreme la puerta niña”. / “¿Cómo te podré yo abrir / si la ocasión no es venida? / Mi padre no fue a palacio / mi madre no está dormida”. / “Si no me abres esta noche / ya no me abrirás, querida. / La Muerte me anda buscando / junto a ti, vida sería”. / “Vete bajo la ventana / donde labraba y cosía. / Te echaré cordón de seda / para que subas arriba / y si el cordón no alcanzare / mis trenzas añadiría”. / La fina seda se rompe / la Muerte que allí venía: / “Vamos el enamorado / que la hora ya es cumplida”.
Paloma: Y los dos pobres novios se adoraban pero no se llegaron ni a tocar.
Pandora: Pero les quedó el corazón lleno de estrellas, niña.
Julia: Toma ya. Y esos son los amores que te hacen volar más alto. ¿Me podrías acompañar al rancho de Rafaela Villagrán, sobrina? Hace años que no le canto.
Paloma: Pero ella está muy mal.
Julia: El arte mueve montañas.
SEGUNDA HISTORIA 4 / INT. DÍA
Magdalena (acariciándole la cara a Baltasar, que ya está ovillado en la cama): ¿Sabés que sos un negro lindazo, reyuno? Aunque huelas demasiado a establo. Siempre me gustaron más los molembos que los congos.
Baltasar (bostezando): Favor que usted me hace, señora.
Magdalena: Ahora preferiría que me llamaras putón verbernero. ¿Vale? Decime: ¿no te amosca que Pandora revuelva tanto el culo en la cancha de los candombes? Y además echó unas ancas que es como si tuviera dos culos.
Baltasar: Pero los dos son míos. Y no hay nadie que se atreva a sobárselos porque sabe que muere con la lengua de corbata.
Magdalena: La querés, desgraciado.
Baltasar (sin poder parar de bostezar): Yo quiero lo que es bueno.
Magdalena (levantando la sábana para mostrar los pechos): A ver si estas montañas te gustan.
Baltasar empieza a roncar y Magdalena lo tira al suelo a patadas y aúlla.
Magdalena: Pandora, vení enseguida a llevarte a tu rey porque este desgraciado se emborrachó y me trata como si fuera un putón verbenero.
Pandora (murmura atrás de la puerta): A la perras cachondas se le hinchan los pezones.
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