RESPIRACIÓN (5)
Ejercicios orgánicos
Las observaciones previas
que protegen al actor para conservar su respiración orgánica también son
válidas para los resonadores, la apertura de la laringe y la base de la voz. El
objetivo de los ejercicios es hacer que el actor se vuelva consciente de su
diapasón potencial. Es esencial para él que explote estas posibilidades mientras
ejecuta su papel de manera espontánea y casi inconsciente.
Suele suceder que el
actor que efectúa sus ejercicios erróneamente controla su voz (escuchándose a
sí mismo). Esto bloquea los procesos orgánicos y puede dar origen a una serie
de tensiones musculares que a la vez evitan la emisión correcta de la voz (por
ejemplo, una cerrazón parcial de la laringe), creándose con ello un círculo
vicioso: al tratar de utilizar la voz correctamente el actor se oye a sí mismo,
pero al hacerlo todo el proceso vocal se bloquea y la emisión correcta de la
voz se vuelve imposible. Para evitarlo, el actor debe aprender a controlar su
propia voz oyéndola no desde adentro sino desde afuera. Con este objetivo en
vista, un ejercicio efectivo es proferir un sonido dirigiéndolo contra una
pared y escuchando su eco. No se oye pasivamente el eco, al contrario, se trata
de modelarlo conscientemente, moviéndose cerca o lejos de la pared y guiándolo
hacia arriba o hacia abajo a voluntad y cambiando los resonadores, el timbre y
la entonación.
A fin de explorar
orgánicamente el aparato vocal y respiratorio de acuerdo con las múltiples
exigencias del papel, debe hacerse una investigación individual. Se puede
determinar qué imágenes y asociaciones se producen en cierto actor durante la “apertura”
del aparato vocal (resonadores, laringe, etcétera).
Por ejemplo, en algunos
actores el resonador superior (cabeza) se pone automáticamente en movimiento
cuando dirige la voz hacia el techo mientras se habla, empujando literalmente
con las manos la voz hacia arriba. Similarmente uno de los resonadores bajos
puede ponerse en movimiento haciendo que las manos dirijan la voz hacia el
piso.
El actor debe tratar
siempre de conseguir reacciones vocales espontáneas y no aquellas que están
fríamente calculadas. Los ejercicios siguientes pueden ayudar en ese sentido:
a) utilizar
la voz para crear alrededor de uno mismo un círculo de aire “duro” o “suave”;
con la voz, construir una campana que sucesivamente se vuelva más pequeña o más
grande. Enviar un sonido a través de un túnel ancho o de un túnel angosto,
etcétera
b) las acciones vocales contra objetos: utilizar la voz y hacer un agujero en la pared, tirar una silla, apagar una vela, hacer que una pintura caiga de la pared, acariciar, empujar, envolver un objeto, barrer el piso; utilizar la voz como si fuera un hacha, una mano, un martillo, un par de tijeras, etcétera
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