(La plaza de los sueños perdidos)
¡Ah Punta Gorda
y las parejas idas
tan por la borda!
Nadie hablaba de
amores.
Se lamían los
dolores.
(También lo dijo
Bergman)
Sí yo supiera
por qué se hizo
pedazos
tu primavera
entendería el
infierno.
Hoy sólo queda
invierno.
(Batracio de otro
pozo)
No soy un sapo
peleado con el
mundo
pero me escapo
de las fiestas
idiotas.
Me empozan las
pelotas.
(Desatame de este
enredo)
para Washington
Benavides
Llueve tu llanto
y es algo
misterioso
como el espanto
de no entender la
vida.
Esa es la gran
herida.
(La botella viuda
del Cholo moribundo)
En el pasado
las copas te
arrastraban
a lo arrasado.
Hoy hay un vino
nuevo
y humildarlo es un
huevo.
(Cosiendo las
heridas)
Los que te quieren
hilan siempre tan
fino
que no te hieren
ni siquiera al
sanarte.
Es su máximo arte.
(Lo dijo Machado)
Hoy festejamos
y agradecemos todo
lo que heredamos.
Llega el último
viaje.
Y Dios es mi
paisaje.
(Llegando a Ella)
Venus me mira
caminar hacia el
cielo
y hasta suspira.
Siempre fue mi
guardiana.
Y hoy ya no está
lejana.
(Elogio de Diana)
Mujer-muchacha:
tu corazón revuela
y no se agacha.
Tu valentía salvaje
es la luz de mi
viaje.
(Onettiana)
Te quiero tanto
que me apagás las
brasas
del desencanto.
Linacero sabía
quemar la noche
fría.
(Pasión del ciego)
Camino amando
aunque no sepa si
alguien
me está esperando.
Pero todo es
hermoso.
Aunque no haya
reposo.
(Los amores que
importan)
Verdad hermosa.
Y el dolor del
deseo
ya es otra cosa.
No se inventa el
futuro.
Se ilumina lo puro.
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