RESPIRACIÓN (4)
Resonadores
La tarea de los resonadores fisiológicos es amplificar el poder de conducción
del sonido que se emite. Su función es comprimir la columna de aire en una
parte especial de cuerpo seleccionada como amplificador para la voz; subjetivamente
se tiene la impresión de que se está hablando con la parte del cuerpo en
cuestión -la cabeza, por ejemplo, si se utiliza el resonador superior. (*)
En realidad hay un número casi infinito de resonadores que dependen del
control que el actor tenga sobre sus propios instrumentos físicos.
Mencionaremos sólo algunos:
a) La
parte superior o el resonador de cabeza, que es el más empleado en el teatro europeo.
Técnicamente funciona a través de la presión y el paso del aire a la parte
frontal de la cabeza. Este resonador se advierte fácilmente colocándose una
mano en la parte superior de la frente al emitir la consonante “m”, y se debe
sentir una vibración definitiva. Hablando en general, el resonador superior se
puede utilizar cuando se habla de un registro alto. Subjetivamente se puede
sentir la columna de aire que pasa y se comprime hasta que finalmente golpea la
parte superior de la cabeza. Cuando se use este resonador hay que tener la sensación
de que la boca está situada en la parte superior de la cabeza
b) el
resonador del pecho es conocido en Europa, aunque rara vez se usa
conscientemente. Funciona cuando se habla en un registro bajo. Para verificar
su efecto, colocar una mano en el pecho; esta tiene que vibrar. Para usarlo hay
que hablar como si la boca estuviera situada en el pecho
c) el
resonador nasal, que también se conoce en Europa. Funciona automáticamente
cuando la consonante “n” se pronuncia. Ha sido injustamente abolido por la
mayor parte de las escuelas teatrales. Puede explotarse para caracterizar
algunas partes o hasta la totalidad de un papel
d) el
resonador laringe se utiliza en el teatro africano y en el oriental. El sonido
que se produce recuerda el rugido de los animales salvajes. También es
característico de algunos cantantes negros de jazz (por ejemplo, Armstrong)
e) el
resonador occipital. Puede obtenerse hablando en un tono muy alto. Se proyecta
el caudal de aire hacia el resonador superior y mientras se habla se va
aumentando continuamente el registro a fin de que al caudal de aire se dirija
hacia el cogote. Durante el entrenamiento se puede buscar este resonador
produciendo un sonido como de maullido en un tono muy alto. Este resonador se
utiliza comúnmente en el teatro chino clásico
f ) además,
existe una serie de resonadores que los actores pueden usar inconscientemente.
Por ejemplo, en la llamada actuación “íntima”, el resonador maxilar (situado en
la parte posterior de las quijadas) se utiliza. Otros resonadores pueden
hallarse en el abdomen y en las partes centrales e inferiores de la espina
g) la
posibilidad más fructífera se plantea cuando se utiliza todo el cuerpo como
resonador. Se obtiene utilizando simultáneamente los resonadores del pecho y la
cabeza. Técnicamente se debe uno concentrar en el resonador de la cabeza; por
tanto hay que concentrarse para explotar simultáneamente el resonador del
pecho. En este caso “concentrar” significa comprimir la columna de aire hacia
el resonador inactivo. Lo opuesto es también necesario cuando se habla de un
registro de tono bajo. Normalmente se utiliza el resonador del pecho y uno se
debe concentrar en el resonador de la cabeza. Este resonador que comprende todo
el cuerpo puede definirse como resonador total
Efectos interesantes pueden obtenerse combinando simultáneamente dos
resonadores. El uso simultáneo de los resonadores occipital y laringe, por
ejemplo, produce los efectos vocales que consigue Yma Sumac en sus más célebres
canciones peruanas. En algunos casos se pueden combinar dos resonadores,
haciendo que uno de ellos funcione como “solo” y el otro como “acompañamiento”.
Por ejemplo, el resonador maxilar puede dar el ”solo” mientras que un “acompañamiento”
uniforme lo proporciona el resonador de pecho
(*) El término “resonador” es puramente convencional. Desde un punto de vista científico no se ha probado que la presión subjetiva del aire inhalado en una parte determinada del cuerpo ocasione que esta área funcione objetivamente como un resonador (creando así una vibración externa en el lugar). Sin embargo, es un hecho que esta presión subjetiva, y sus síntomas obvios (vibración), modifica la voz y su poder de conducción.
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