(Volviendo del refugio secreto)
Hermana luna:
el amor es un viaje
hacia el oro del
dolor.
(El amor sin ocaso)
La luz cobarde
se apaga de repente
al caer la tarde.
Pero el sol del
valiente
sobrevive al
poniente.
(Elogio del olvido)
Un amor roto
no se revive viendo
ninguna foto.
Pobres los
corazones
que precisan
prisiones.
(Lo dijo Porchia)
Ganar altura
sin aplastar
cabezas
en esta oscura
selva del
desencanto.
Nada lastima tanto.
(Los verdaderos
maestros)
para J.C.O.
Te dan la mano
como si
vislumbraran
tu oro lejano.
Te patean la
cabeza.
Pero aman tu
pureza.
(Lo dijo Artigas)
Purificarse
sin adorar el barro
no es entregarse.
El mundo está
llorando
y hay que rugir cantando
(Lo dijo Epicteto)
Nunca pecamos
al planear
simplemente
lo que deseamos.
Pero sí cuando
hacemos
eso que no
queremos.
(La locura más
cuerda)
No estamos locos.
Creer en otras
miradas
no es para pocos.
Hay una mayoría
que adora la alegría.
(Misión del nuevo
Adán)
Cada mañana
la serpiente se
cuela
por la ventana.
Le aplastás la
bajeza
y tu jornada
empieza.
(Llueve tu canto)
Tu voz no sabe
lo que me trae al
alma:
una miel grave
y el son de una
sonata
llena de hilos de plata.
(Quemado con
alquitrán)
Cargo disgustos
como huesos de
plomo
pero son justos:
escraché a los
roñosos
escribas ponzoñosos.
(¡Lean un poco a
Dante, agnósticos estéticos!)
Mucha poesía
desideologizada
"posa" y
se enfría.
Una cosa es el cielo.
Y otra el brillo
del hielo.
(Ladrido amistoso
para los muchachos que odian el atardecer)
Estoy contento.
La muerte me
fascina
y lo lamento.
Aprendí que lo
eterno
no cabe en el infierno.
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