miércoles

ESTÉTICA DE LA CREACIÓN VERBAL (120) - M. BAJTIN

 TIEMPO Y ESPACIO EN LAS NOVELAS DE GOETHE (2)

 

La visión y la representación del tiempo histórico se inician durante la época de la Ilustración (esta época ha sido muy menospreciada en relación con el aspecto mencionado). Durante la Ilustración se elaboran los indicios y categorías de los tiempos cíclicos: el de la naturaleza, el de la vida cotidiana, así como el tiempo idílico del trabajo campesino (por supuesto, el proceso había sido preparado por el Renacimiento y por todo el siglo XVIII así como también sufrió influencia de la tradición de la antigüedad clásica). Los temas de “estaciones del año”, de “ciclos agrícolas”, de “edades del hombre” perduran a lo largo de todo el siglo XVIII y tienen mucha importancia en su producción poética. Al mismo tiempo estos temas no se mantuvieron de una manera restringida sino que adquirieron una importancia estructurante y organizadora (en Thomson, Gessner y otros poetas idílicos). La supuesto ahistoricidad de la Ilustración debe ser replanteada radicalmente. En primer lugar, aquella historicidad del primer tercio del siglo XIX que altaneramente atribuyó a la Ilustración una falta de historicidad, fue preparada por los iluministas; en segundo lugar, el siglo XVIII debe ser analizado no desde este punto de vista de la historicidad tardía (que fue preparada, reiteramos, por el mismo XVIII), sino en comparación con las épocas anteriores. De este modo, el siglo XVIII se manifestará como época del gran despertar de la sensación del tiempo, ante todo, de la sensación del tiempo en la naturaleza y en la vida humana. Hasta el último tercio del siglo predominan los tiempos cíclicos, pero inclusive estas concepciones del tiempo, con toda su limitación, remueven con su arado de temporalidad, el mundo inamovible de las épocas anteriores. Y en este terreno labrado por las concepciones cíclicas del tiempo empiezan a manifestarse los indicios de la temporalidad histórica. Las contradicciones de la vida actual, perdiendo su carácter absoluto, eterno, dado por Dios, ponen de relieve, en la vida actual, una heterogeneidad histórico-temporal: los vestigios del pasado y los gérmenes, las tendencias del futuro. Simultáneamente, el tema de las edades del hombre, convirtiéndose en el tema de las generaciones, empieza a perder su carácter cíclico y prepara las perspectivas históricas. Este proceso de preparación del terreno para la manifestación del tiempo histórico en la creación literaria se llevó a cabo de una manera más rápida, completa y profunda que en los puntos de vista abstractamente filosóficos e histórico-ideológicos de los iluministas.

 

En Goethe, quien en este sentido fue heredero directo y conclusión de la época de la Ilustración, la visión artística del tiempo histórico, como ya hemos dicho, alcanza una de sus cumbres (en algunos aspectos, como lo veremos, esta cumbre no ha sido superada).

 

El problema del tiempo y del desarrollo histórico en la obra de Goethe (y sobre todo la imagen del hombre en el proceso de desarrollo) lo expondremos en toda su plenitud en la segunda parte del libro. Por lo pronto nos ocuparemos apenas de algunos aspectos y particularidades de la sensación del tiempo en Goethe para aclarar nuestras deliberaciones acerca del cronotopo y de la asimilación del tiempo en la literatura.

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