viernes

HOMBRE SOLO ADORANDO (49) - HUGO GIOVANETTI VIOLA

(Desde un ómnibus)

 

La clarinada

del crepúsculo tiñe

mi hora soñada:

cuando adoro saudades

y oro por claridades.

 

 

(Cuando hablo de Bénédicte)

 

Cuento lo nuestro

porque el amor destruye

lo más siniestro

de un corazón sin fondo.

Y Dios es lo más hondo.

 

 

(Amores con mordaza)

 

La no alabanza

enmascara lo hermoso

de una balanza.

Si callamos lo tierno

caemos en el infierno.

 

 

(La última copa)

 

Al final brindo

por toda la sed loca

y hasta me rindo

frente al dolor más cuerdo.

Del horror no me acuerdo.

 

 

(La mirada del adiós)

 

para Juan Martín

 

No me despido

del pilar de tus ojos

pero te pido

que siempre viajes lejos

en los hondos espejos.

 

 

(Crímenes perfectos)

 

para Andrés Calamaro

 

Cuántos amores

asesinados viven

entre las flores.

Pero ahora no hay misterio.

Les queda un cementerio.

 

 

(Lo mejor del mundo)

 

El verdadero

amor es el flechazo

locamente certero

que atraviesa dos flores:

Dios y nuestros dolores.

 

 

(Cuando hablamos de amor)

 

Yo no sabía

ser feliz como un perro

pero aquel día

apareció mi dueña

y vi lo que se sueña.

 

 

(Lo dijo Jung)

 

Hoy el poniente

canta en vez de sangrar y

la luz no miente.

Es la gran aventura

y no la muerte oscura.

 

 

(Vallejo bajo la lluvia)

 

Le daban duro

porque nació poeta

y vivió puro.

Sufría más por un verso

que por el universo.

 

 

(Oración del refugio)

 

Agradecemos

esta cena caldeada

que merecemos

si escuchamos al Padre

aunque el maligno ladre.

 

 

(Aquí abajo)

 

No hay paraíso.

Hubo moradas hondas

y alguien te quiso.

No pidas más del mundo.

El reino es más profundo.

1 comentario:

Magali Sánchez vera dijo...

Hermosos poemas. Conmovedores! Gracias.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+