jueves

ESTÉTICA DE LA CREACIÓN VERBAL (113) - M. BAJTIN

 EL PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA: LA NOVELA DE EDUCACIÓN (1)

 

El tema principal de nuestro trabajo es el tiempo-espacio y la imagen del hombre en la novela. Nuestro criterio es la asimilación del tiempo histórico real y del hombre histórico por la novela. Esta tarea es principalmente de carácter histórico-literario. Pero todo problema teórico puede solucionarse únicamente en relación con un material histórico concreto. Además, la tarea en sí es demasiado amplia y precisa de cierta delimitación, tanto desde el punto de vista teórico como desde el histórico. De lo cual deriva nuestro tema más concreto y específico: la imagen del hombre en proceso de desarrollo en la novela.

 

Pero este tema particular debe, a su vez, delimitarse y precisarse.

 

Existe una subespecie del género novelístico que se llama “novela de educación” (Erziehungsroman o Bildungsroman). De ordinario, con esta variedad se relacionan (por orden cronológico) los siguientes ejemplos de esta subespecie: Ciropedia de Jenofonte (antigüedad clásica), Parsifal de Wolfram von Eschenbach (medievo), Gargantúa y Pantagruel de Rabelais, Simplicissmus de Grimmelshausen (renacimiento), Telémaco de Fenélon (neoclacisismo), Emilio de Rousseau (porque en este tratado pedagógico están presentes elementos novelescos, Agatón de Wieland, Tobías Knaut de Wetzel, Biografías en línea ascendente de Hippel, Wilhelm Meister de Goethe (las dos novelas). El Titán de Jean Paul Richter (y algunas otras de sus novelas), El pastor de una parroquia hambrienta de Raabe, David Copperfield de Dickens, El verde Heinrich de Gottfried Keller, El feliz Peer de Pontoppidan, Infancia, Adolescencia y Juventud de Tolstoi, Una historia ordinaria y Oblómov de Goncharov, Juan Cristóbal de Romain Rolland, Los Buddenbrook y La montaña mágica de Thomas Mann, etcétera.

 

Algunos investigadores llevados por principios puramente estructurales (concentración de todo el argumento en el proceso de educación del héroe) limitan esta serie de una manera considerable (p. ej. se excluye a Rabelais). Otros, por el contrario, al exigir que en la novela tan sólo esté presente el proceso de desarrollo, de generación del héroe, amplían exageradamente la serie, incluyendo p. ej. en ella tales obras como Tom Jones de Fielding, La feria de vanidades de Thackeray, etcétera.

 

Ya en un primer análisis de la serie mencionada resulta claro que esta contiene fenómenos demasiado heterogéneos tanto desde el punto de vista teórico como, y sobre todo, desde el histórico. Algunas de estas novelas tienen un carácter esencialmente biográfico o autobiográfico, y otras no lo tienen; en unas, el principio organizador es la idea puramente pedagógica acerca de la formación de un hombre, y otras no la contienen en absoluto; unas se estructuran por el orden cronológico del desarrollo y educación del protagonista y carecen casi de argumento y otras, por el contrario, poseen un complicado argumento lleno de aventuras; las diferencias que tienen que ver con la relación que existe entre estas novelas y el realismo y, particularmente, con el tiempo histórico real, son aun más considerables.

 

Todo lo mencionado nos obliga a desmembrar de una manera diferente no tan sólo la serie citada sino todo el problema de la llamada novela de educación.

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