1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996
1º edición WEB:
elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019
Discusión (9)
R.V.: Es
un agregado. Se suma tu pregunta a una pregunta nuestra además. Uno diría que
los poetas, en esta búsqueda, de este deleite, de esta comunicación con el
infinito, tenían todos los conflictos yoicos. No se podría hacer la pregunta si
eran todos psicóticos o neuróticos, pero sí si tenían ese tipo de neurosis de
las que estamos tratando de pensar. Puede ser la aspiración a ese modo de la
existencia, una aspiración no defensiva, sino en el sentido de la aspiración a
una experiencia de satisfacción, no defensivamente, sino el anhelo de un goce
alguna vez vivido y querido ahora recuperar. Eso es lo que sostiene Garbarino y
yo comparto. No obstante acá, no es un desacuerdo, sino que como un matiz, a mí
me parece que hay algo en este paciente, en este anhelo de ser que tiene un
carácter defensivo, a mi juicio me ha parecido percibir en el sentido de que si
bien hay un yo cohesivo, y las identificaciones primarias fueron sólidamente
constituidas, tiene algo en su yo que puedo llamar necrosis, pero necrosis que
duele, que ya estaría fibrosado, como un infarto activo, que yo creo que tiene
que ver con la historia biográfica, que alude a algunos objetos de Green, en
relación al complejo de la madre muerta. Yo agregaría algo, en el sentido de si
tendríamos que pensar en un hermano muerto. Este paciente nace diez meses
después que la madre pierde un bebé, lo va a narcisizar una madre depresiva, en
parte muerta. Algunas veces, como lo describe Green, tiene la sensación de que
él no está frente a un objeto que ha perdido, sino a un objeto que estando está
muerto.
Mercedes Garbarino:
Voy a repetir algunas cosas, y quería partir de lo reprimible que se había
hablado al inicio de esta discusión. Yo admito que es muy difícil admitir algo
que no sea reprimido para explicar el conflicto. Pero creo que si nos vamos un
poco a otro campo, el campo de la física o de la astrofísica, los físicos nos
hablan de la existencia de energía, de partículas que se mueve, que tienen un
orden determinado pero que nosotros no lo tenemos presente en nuestras vidas,
no es tampoco material inconsciente, está presente, están ahí y no se van. Creo
que lo que quiere decir Héctor con su teoría, que son presentaciones que están
ahí, pero como está subsumido en el aparato cerrado, para poder llegar a esa
energía es necesario abrir el aparato. Y ahí no estoy de acuerdo con Raquel,
que sea necrosis ni agujero, es lo que Héctor llama la complacencia del yo. Se
necesita un yo complaciente que salga al exterior de ese aparato. Ahora de ahí
me voy a lo del conflicto.
Héctor, tú dijiste contestándole a Irene, si es neurosis o no, que este hombre consulta porque tiene dos mujeres y no puede seguir en esa situación tan irregular, según los datos que yo tengo. Venía al tratamiento a ver qué hace, con cuál de las dos se queda. Entonces me pregunto: ¿complacencia del yo para irse al Cosmos, al Ser, y el superyó se entromete cómo? El superyó es el que trae el conflicto, porque el yo complaciente, como se dijo, permite la salida de diferentes formas. La salida complaciente cuando hay creación, o en el caso del místico o los adolescentes, etc. Pero cuando esa salida implica encontrarse con una cuestión caótica, pero no en el sentido general, cuando se dice que en el Cosmos hay caos, sino en el sentido de lo que Héctor llama el no-Ser, ahí tenemos la psicosis. Para lo cual esta complacencia del yo tiene que llegar a un límite, ahí sí de agujero, de desintegración, porque tiene que ir complaciente a ver qué pasa ahí, ¡qué maravilla!, de estar en conexión, ser el viento. Entonces, ahí se me entrevera el conflicto de este tipo de neurosis, que evidentemente es completamente diferente a nuestro concepto de conflicto neurótico. Me planteo si la solución de su conflicto no sería reunir en una misma mujer a las dos, y es lo que intenta en el sueño. Claro que él necesitaba la comprensión de su terapeuta, porque lo que trae es el aspecto edípico. Pienso si el proceso de cura para llegar a su finalidad no sería poder, tal vez primero en transferencia y luego afuera, encontrar una mujer que pueda reunir los dos aspectos, el edípico y el cósmico.
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