LA NOVELA DE EDUCACIÓN Y SU IMPORTANCIA EN LA HISTORIA DEL REALISMO (2)
HACIA
UNA TIPOLOGÍA HISTÓRICA DE LA NOVELA
2
/2) Novela de pruebas. Dentro
de la segunda variedad de la novela de pruebas, que también surge durante la
antigüedad clásica, se combinan esencialmente tanto el contenido ideológico de
la imagen del hombre como el de la idea misma de la prueba. Esta ramificación
de la novela se iba preparando en las hagiografías de los mártires y otros
santos del primer cristianismo (Dios Crisóstomo, leyendas del ciclo clementino,
(*), etc.). Sus elementos ya estaban presentes en la Metamorfosis (El asno de
oro) de Apuleyo. Este tipo de novela se fundamenta en la idea de la puesta
a prueba de un santo mediante sufrimientos o tentaciones. La idea de prueba no
tiene carácter externo y formal, como en la novela bizantina. La vida interior
del héroe, sus costumbres, llegan a ser un elemento importante de su imagen. El
carácter mismo de la prueba se profundiza y se afina ideológicamente, sobre
todo allí donde se representa la puesta a prueba de la fe por medio de la duda.
En general, este tipo de la novela de pruebas se caracteriza con la conjunción
de la aventura con problemas psicológicos. Sin embargo, en ella también la
prueba se realiza desde el punto de vista de un ideal preconcebido y dogmáticamente
asumido. El ideal carece de movimiento y de desarrollo. Incluso el protagonista
de la prueba está concluido y preconcebido, de modo que las pruebas
(sufrimientos, traiciones, dudas) no llegan a ser para él una experiencia
fromativa, no lo cambian, y su rasgo más importante es precisamente esta
constancia.
Otra variedad de la
novela de pruebas es el libro de caballería medieval (en su mayor y más
importante parte), el cual, desde luego, sufrió una influencia significativa
por parte de la novela de la antigüedad clásica. La gran heterogeneidad de los
libros de caballerías se determina por los matices del contenido ideológico de
la idea puesta a prueba (la predominancia del amor cortés, o de los motivos eclesiásticos,
o místicos). Un breve análisis de los tipos principales de estructuración de la
novela caballeresca versificada de los siglos XII y XIII y de los libros de
caballerías de los siglos XIII y XIV y posteriores (hasta el Amadís y
los Palmerines).
Finalmente, la variedad
más importante y de mayor trascendencia histórica de la novela de prueba fue la
novela barroca (d’Urfé, Scudéry, Calprénède, Lohenstein y otros). La novela
barroca supo extraer de la idea de la puesta a prueba todas sus posibilidades
argumenticias para poder estructurar una grande. Por eso la novela barroca
descubre mejor que cualquier otra las posibilidades organizativas de la idea de
prueba y, al mismo tiempo, la limitación y la estrechez de su alcance realista.
La novela barroca representa el tipo más puro y consecuente de novela
heroica que pone de manifiesto la particularidad de la heroización
novelesca frente a la heroización épica. El barroco no tolera ningún
término medio, nada normal, típico, habitual; en la novela barroca todo alcanza
la escala de lo grandioso. El pathos retórico-judicial se expresa en
este tipo de novela también de un modo muy consecuente y claro. La organización
de la imagen del hombre, la selección de rasgos y su correlación, la manera de
vincular los actos con los acontecimientos y con la imagen del héroe (“destino”)
se determinan mediante su defensa (apología), justificación, glorificación o,
por el contrario, mediante una acusación o desenmascaramiento.
La novela barroca de
puesta a prueba se bifurcó durante los siglos subsiguientes en dos
ramificaciones: a) novela heroica de aventuras (Lewis, Radcliffe, Walpole,
etc.); b) novela sentimental patético-psicologista (Richardson, Rousseau). Las
características de las novelas de puesta a prueba varían considerablemente,
sobre todo en lo que es la segunda ramificación, en la que aparece una peculiar
heroización del personaje débil, del “hombre pequeño”.
(*) Clementinae, obra hagiográfica del S.III, próxima a las formas literarias de la novela de la antigüedad clásica; una de las fuentes del Libro popular del doctor Johann Faustus, del S.XVI.
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