(La misión del traidor)
No te besaron
para manchar tu
rostro.
Te señalaron
como al más alto
verso
que soñó el
universo.
(La fe no se fractura)
La profecía
de tu esqueleto
intacto
llegó a su día.
Única es la verdad.
Y única es la
maldad.
(Los perros de la nada)
¡Ay los escribas
que no entendieron
nunca
a dónde ibas!
Morían en el
letargo
masticando lo
amargo.
(Doctores de la Ley)
No te querían
porque te eligió el
Padre
y lo sabían.
Vivían en un
desierto
más triste que un
mar muerto.
(El buen ladrón)
Lo conocía:
lo vi hablarle a
las putas
con alegría.
Por eso pedí el
cielo.
Porque Él besaba el
suelo.
(Hay que elegir)
Aquel oscuro
final del mediodía
fue puro y duro.
Frente a Dios nos
cagamos
o nos arrodillamos.
(El alba milagrosa)
Ya está corrida
la gran piedra
redonda.
Volvió la vida.
Los pájaros del
huerto
no le cantan a un
muerto.
(Lo contó Ella)
Tumba vacía.
Pero yo no
inventaba
lo que veía.
Fue fácil
encontrarlo.
Sólo tuve que amarlo.
(Dios en la boca)
A veces rimo
simetrías de
trigales
o desarrimo
el pan de la
palabra.
Y que la Pascua se
abra.
(El reino reinará)
La Magdalena
perfumó al mundo
entero.
Ya no hubo pena
helada y sin
justicia.
La cubrió una
noticia.
(El oficio de
morir)
Acaso escribo
sin pensar en tu
vida
y si recibo
noticias de tu alma
las amaré con
calma.
(Confesión de
Amadeus)
carta escrita a los
30 años
Hay que decirlo:
cada noche
agradezco
con voz de mirlo
la heredad de la
muerte.
Ella me hace más fuerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario