1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996
1º edición WEB:
elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019
VII. NEUROSIS
EL SER EN LA NEUROSIS
HÉCTOR GARBARINO / RAQUEL
VIDAL
¿Tenemos derecho a
suponer la supervivencia de lo originario junto a lo posterior, devenido desde
él?
Sin duda ninguna.
S. FREUD / El malestar
en la cultura
Caso A
El acceso a la instancia
del Ser por mediación de la mujer (4)
Soñé: “Estoy en la cama
con X, es curioso, ahora al evocar, se me representó la cama de mis padres,
pero en el sueño estaba en el apartamento con X al lado. Aparece en el cuarto
un platillo volador chiquito, color beige, con una luz roja. Entraba al cuarto
y giraba alrededor de la cama, con lo que quedaba demostrado la razón de ella
que cree en los extraterrestres, entonces yo le doy un manotazo, lo agarro en
el aire, canchero yo, le muestro a ella la prueba visible de no creer en esas
cosas extrañas de extraterrestres, demuestro la razón de mi posición. Toda la
estética del aparato era humana, semiótica, cognitiva, ella se iba a dar cuenta
de esa estética familiar, lo aparente era que fuera inexplicable. Pero esto lo
pienso, no se lo digo.
Creo que el hombre cuando
se acerca a los confines de algo, inventa hadas, dragones, unicornios, sirenas…
Los hombres, los sabios las vieron… ahora los confines están más allá y
corremos fantasmas. Mi padre siempre me enseñó que los fantasmas se desmoronan
si se los enfrenta. Entonces yo me siento sin angustia, tranquilo, al demostrarle
a X que yo tengo razón. Ella tiene un sentido de lo trascendente, de ciertos
valores más acabado que yo.
Mis procesos intelectuales
son dramáticos… Yo considero que tengo un juicio de realidad del mundo más
acabado que ella, pero desconfío de mí mismo en mi historia con ella. La
relación con X es un viaje para el que ella está más preparada que yo. Nos
lanzamos a la aventura con mucha intensidad, pero yo me reservo el puerto de
regreso a la familia, a F, a la vida cotidiana, sencilla, a cultivar ese jardín
como Cándido de Voltaire… y entonces algo triste, ella quemó las naves, yo no.
Pero yo soy un fracaso profundo en no alcanzar una vida más honda y plena. Con
X puedo sentir eso, no hay hora, no hay límite, no hay aburrimiento. Pero algo
falla en mi infinito vivenciar con ella… sexualmente no me satisface como mi
esposa, el cuerpo siente diferente… pero con F, pasado el encuentro sexual me
aburro, me quiero ir. No me resigno a la vida sencilla. Con X, por el
contrario, siento el infinito.
Disparateo… tener bebés
siendo muy viejitos”.
Interpreto; atrás de esa
ilusión de completud, de infinito, pierde su jardín.
“Hay una fatalidad sí, en
aras de esa quimera, pero cuando vuelo con X, ella vuela realmente, yo no, yo
no corto los cabos con la realidad. Estoy agarrado con pies y manos al borde
del abismo… si me suelto caigo, me voy”.
Interpreto; la quimera
del goce infinito, sin límites, sin falta, lo pone al borde del abismo, del
derrumbe.
“Quiero vivir fuera de toda norma… Pero no sé… todas estas noches dormí con una luz con una sombra siempre. Me desperté abrazado de ella y sentí como una desesperación por volver a mi casa, a mi hogar. Llego a casa y F me dice ¿cómo estás? y tengo un estallido de llanto, una descarga de llanto… de rodillas, al pie de la cama y de ella. Es payasesco, pero me alivié, fui a buscar a mis hijos para jugar al fútbol, cuidar a los chicos, estar en casa. Pensaba en la etiología de los estados incompletos… Ninguna de mis dos vidas me complace, por eso mantengo las dos… Recuerdo algo que pensaba o sentía: “el varón es azul”, pero también hay algo del amor o de la mujer o de la vida. Me gustó siempre cambiar el verso de Guillén… yo decía: tómala tu guitarrero, píntate de azul la boca, y en esa guitarra toca tu son entero”.
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