EL PROBLEMA DEL AUTOR (5)
3 / 2 La
sustitución del contexto axiológico del autor por el contexto literario. El
autor supera en su obra la resistencia puramente literaria de las formas
literarias anticuadas, de costumbres y tradiciones (lo cual indudablemente
tiene lugar), sin toparse jamás con la resistencia de otra clase (la
resistencia ético-cognoscitiva del héroe y de su mundo), y su finalidad es la
creación de una nueva combinación literaria basada en los elementos puramente
literarios también, y el lector también debe percibir el acto creativo del
autor tan sólo en el fondo de la convención literaria habitual, es decir,
también sin rebasar los límites del contexto de valores y de sentidos de una
literatura comprendida materialmente. El contexto real de valores que da
sentido a la obra del autor no coincide absolutamente con el contexto
estrictamente literario, y menos si este es comprendido de una manera material;
este contexto, con todos sus valores, por supuesto forma parte del primero,
pero de ningún modo es determinante, sino determinado; el acto creador se ve
obligado a determinarse activamente también en un contexto literario material,
a ocupar dentro de este una posición valorativa, y sin duda esencial, pero esta
posición se condiciona por la posición más general del autor en el
acontecimiento del ser, en los valores del mundo; con respecto al héroe y a su
mundo (el mundo de la vida) el autor se orienta ante todo, y esta orientación
valorativa suya determina también su posición literaria material. Se podría
decir: las formas de visión artística y de conclusión del mundo determinan los
procedimientos literarios externos, y no al revés; la arquitectónica de un
mundo artístico determina la estructura de la obra (orden, distribución y
conclusión, conjunción de masas verbales), y no al revés. Hay necesidad de
luchar con las formas literarias establecidas, viejas o no, utilizarlas y
combinarlas o buscar apoyo en ellas, pero en la base de este movimiento está la
lucha más esencial y determinante: la lucha artística primaria con la
orientación ético-cognoscitiva de la vida y con su resistencia vital
significante; aquí es el punto de la máxima tensión del acto creador (para el
cual todo lo demás es apenas un medio), de todo artista en su campo, si él
significativa y seriamente viene a ser el primer artista, es decir, se
colisiona y lucha directamente con el elemento ético-cognoscitivo de la vida,
con el caos (son elemento y caos desde el punto de vista estético), y solamente
esta colisión logra sacar una chispa puramente artística. Cada artista en cada
obra suya siempre vuelve a justificar el mismo punto de vista estético como
tal. El autor se encuentra directamente con el héroe y su mundo y sólo dentro
de una actitud inmediatamente valorativa determina su posición como artística,
y únicamente dentro de esta actitud valorativa hacia el héroe los
procedimientos literarios formales cobran por primera vez su importancia, su
sentido y su peso valorativo (resultan necesarios e importantes
argumentalmente), y el movimiento del acontecer se aporta también a la esfera
literaria material. (El contexto de revistas literarias, la lucha en las
revistas, la vida y la teoría de la revista literaria.) (39)
Notas
(39) Esta observación resumida del autor se vuelve comprensible en relación con una idea análoga en el artículo “El problema del contenido, material y forma en la creación artística verbal”: “Hay obras que en efecto no tienen que ver con el mundo sino tan sólo con la palabra ‘mundo’ en un contexto literario; obras que nacen, viven y mueren en las páginas de revistas, que no abren las páginas de las ediciones periódicas contemporáneas, que no nos hacen salir fuera de sus límites” (M.Bajtin, Voprosy literatury i estetiki, p. 35).
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