1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996
1º edición WEB:
elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019
VI. AUTISMO
VIRGINIA ERRANDONEA
De la madre-máquina a la
madre-humana (*) (14)
II / El surgimiento del
juego (13)
Discusión (8)
Ema Uslenghi:
“A mí también en este aspecto me gustaría ir más allá de lo que sabemos y de lo
que los diagnósticos dicen para tratar de entender esto de los idiomas en este
chico.
En relación al tema de
los idiomas, tanto desde lo médico, como desde lo psicológico y lo pedagógico,
podemos ver el aspecto de la capacidad para incorporar nuevos idiomas desde el
punto de vista orgánico y decir desde Penfield en adelante que es tal
hemisferio que se puede hacer cargo parcialmente de estas capacidades
lingüísticas. Pero también sabemos que cada idioma es un sistema lógico
diferente a otro idioma, algunos idiomas tienen más proximidad desde de vista
lógico que otros, pero es como si fueran tratados de lógicas diferentes.
En esta riqueza de la
capacidad intelectual del paciente y sabiendo que este chico es muy
inteligente, yo me pregunto si no hay una capacidad de este chico para poder
adquirir idiomas casi telepáticamente, como sin que haya ese lugar que tiene la
madre en cuanto a la adquisición del idioma materno. Se adviene al lenguaje
materno en función de esa tarea de humanización que hace la madre con el niño,
incluyendo los aspectos de incorporación no ya de la palabra, sino de un
lenguaje materno y de una lengua determinada. Planteo esto porque me parece
interesante en relación a lo que decía Mercedes, con lo que estuve de acuerdo:
tenemos que seguir investigando.
Tenemos que tratar de
investigar, no con omnipotencia creyendo que vamos a curar a los autistas, pero
sí para tratar de pensar si nuestra intención al trabajar con autistas y
psicóticos es hacerlos neuróticos o es que nos podemos plantear también que pueda
haber otras formas de existencia en el mundo sin que haya una situación de
sufrimiento y tratar de conectarnos con los afectos humanos. Me pregunto si no
será esto lo que busca este chico cuando dice esta palabra que es como una
alerta, “peligro”. ¿No tendrá que ver con que buscando distintas maneras de que
esa energía que antes era cósmica ahora pueda humanizarse?
En estos progresos, en
esta serie que Valdéz mostraba del chico en su humanización, cuando hay
fracasos aparece la bronca, la trompada, la desesperación, porque como está humanizándose
ha una frustración en cuanto a poder dar elementos a ese otro, él queda en
blanco, queda de nuevo en el espacio del no Ser”.
…: “Es
interesante pensar quién sufre más, si el neurótico o el psicótico, quién se
angustia más, porque yo parto de una óptica terapéutica aunque por supuesto que
la investigación también está en juego. Tú planteas si los queremos neurotizar
o no y yo enseguida pienso en lo que decía Valdéz acerca del tema del
sufrimiento y el dolor. A priori uno partiría de la base de que los psicóticos
sufren, se angustian mucho y experimentan mucho dolor y si se los ‘neurotiza’,
¿qué es lo que está pasando? ¿Se los está ayudando a que vivan mejor o no? Los
neuróticos capaz que sufrimos más que los psicóticos; me parece que esto tiene
varias puntas.”
Héctor Garbarino:
“Me gustaría agregar algo: algunas de las condiciones del chico son
sobresalientes, como por ejemplo la capacidad para aprender el idioma inglés,
que no fue el idioma materno, ya que este chico buscó un idioma que no fuera
materno. Su capacidad para aprender el idioma inglés es extraordinaria, porque lo
aprendió con la televisión, no necesitó ningún profesor y la familia no hablaba
inglés.
Además este chico tenía
capacidades paranormales, hubo dos situaciones paranormales señaladas por
Virginia. Una de ella se dio cuando el chico ya sabía que iba a ser tratado por
Virginia antes de que se lo dijeran; y se dirigió a Virginia y le dijo: ‘Virginia,
vos no te vas a olvidar nunca de mí, hasta la muerte’. La otra situación
paranormal fue muy interesante y se dio cuando la 231 se terminaba y él dijo: ‘Vamos
a hacer el entierro de la 231. Estamos aquí para asistir al fin de la 231’ y
eso antes de que nadie dijera que la 231 se terminaba.
En esta oportunidad le dijo a Virginia que no quería verme más a mí porque yo andaba en experimentos raros”.
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