martes

UN POEMA INÉDITO DE MARÍA INÉS CASTRO

  

 

Diseño perdido en un final alternativo

 

Había sincerado una parte

de la experiencia

para volverla pesadilla,

paisaje de ciudad industrial

iniciando la revolución.

Porque la melancolía es una pieza

de orfebrería y sus perlas pálidas

enfermaban mi destino.

Entre otras razones, el siglo XIX

vivía conmigo y necesitaba mentir,

detenerme en los detalles

no recordar esos detalles.

Deseé al judío

quizá ya estuvo en mi cama

aquella vez cuando soñé con Cristo

y me abrazaba desde atrás

de los siglos.

Tesoro breve-tardío: amar al carpintero despertarme temprano

para hacerle el amor

lentamente, y darle de comer

todo el pan de la mañana.

A la noche beber su luna maestra

luminosidad última.

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