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ESPACIO Y TIEMPO EN LAS PATOLOGÍAS MENTALES (57) - HÉCTOR GARBARINO

 

 1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996 

1º edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019

  

VI. AUTISMO

 

DEL GRITO Y EL LLANTO INICIALES AL LENGUAJE HABLADO (*)

(Hipótesis para estos recorridos en Inés) (3)

 

MARÍA AURORA ANDRADE

 

La tercera dimensión y la referencia corporal

 

Durante varias sesiones el interés por los continentes y contenido coexistió con la preocupación de Inés cuando algo se había despegado o podía desprenderse.

 

Un día llegó con un blíster de aspirinas. “Lo encontró por algún cajón y quiso traerlo. No quiere soltarlo”, dijo la madre.

 

Lo significativo fue su prudencia hacia él, porque después de apoyarlo sobre la mesa no lo volvió a tocar. Durante la sesión pareció destacable su “Ah!” muy preocupado cuando despegó una tarjeta de la biblioteca y su reserva hacia el muñequito del escarbadiente. Al cierre de la sesión mostró afán por recoger el blíster que había permanecido inalterable y después participó como siempre al darme un lápiz con el que marco el próximo encuentro en un almanaque.

 

Las hipótesis tenían que ayudar a pensar que había tratado de calmarse con este blíster-cuerpo plano de base sobre el que emergían las pequeñas elevaciones continentes de aspirinas-cuerpo con volumen. Y considerar el momento de Inés procesando la noción de su cuerpo sin que la tercera dimensión esté internalizada totalmente en ella. Surgieron muchas dudas, pero lo que resultaba necesario era mostrarle que ella había querido conservar el blíster tal como estaba porque quizás la preocupaba lo que podría pasar con la aspirina al desprender la superficie. Para ayudarla a elaborar su temor me pareció importante llevar otro blíster a su caja de juegos.

 

A la sesión siguiente se demoró en la sala de espera con observaciones a una pequeña marca de la puerta y para poner en movimiento un móvil con palomas.

 

Le anuncié que había llevado otro blíster y se fue al espejo con un drypen. Lo pintó y recorrió varias veces el marco.

 

Yo veía su necesidad por marcar los límites y le panteé que parecía preocupada por perderlos.

 

Vino a la mesa y buscó el contacto con mi cuerpo, calmándose, mientras. Le aseguré que estábamos juntas y que no había motivo para que estuviera preocupada. Surgieron juegos “este es tu cuerpo – este es mi cuerpo”. Y luego preocupada señaló el blíster que yo llevé a la mesa.

 

“…la” habitualmente el signo de que algo no estaba bien en ella.

 

Le mostré que la aspirina salía del blíster sin qure sucediera nada y se fue a la ventana.

 

Cuando decidió regresar a la mesa casi se cae “mamá”!.

 

T. -Ahora cuando te da miedo caer, pensar en mamá te ayuda.

Tuvo muchas oscilaciones y tomó el blíster. Al sacar la aspirina se dio una secuencia difícil de trasmitir por la cantidad de elementos que reunió. Contenta por el logro, al diluirse el temor empezó a decir cosas casi desde las sílabas ma-no pato-pa-ta- “Mano pata” y repetía “mano-pata” mientras dibujaba puntos sobre la aspirina.

 

Continuó experimentando el resto de la sesión. Por momentos, alegre, “Mano-pata”, por momentos preocupada “la… Mano-pata… la… mano-pata”…

 

Otro paso hacia el lenguaje hablado “mano-pata” cuando la tercera dimensión le hace sentir importantes sus manos y sus pies. Cuerpo que se constituye y “código que nace en él”.

 

Y también algo del grito y el llanto iniciales de Inés, cuyo eco, por lo no elaborado, parece volver con el “la…” que me cuestiona y que también interroga a los padres…

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