1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996
1º edición WEB:
elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019
VI. AUTISMO
DEL GRITO Y EL LLANTO
INICIALES AL LENGUAJE HABLADO (*)
(Hipótesis para estos
recorridos en Inés) (3)
MARÍA AURORA ANDRADE
La tercera dimensión y la
referencia corporal
Durante varias sesiones el
interés por los continentes y contenido coexistió con la preocupación de Inés
cuando algo se había despegado o podía desprenderse.
Un día llegó con un blíster
de aspirinas. “Lo encontró por algún cajón y quiso traerlo. No quiere soltarlo”,
dijo la madre.
Lo significativo fue su
prudencia hacia él, porque después de apoyarlo sobre la mesa no lo volvió a
tocar. Durante la sesión pareció destacable su “Ah!” muy preocupado cuando
despegó una tarjeta de la biblioteca y su reserva hacia el muñequito del
escarbadiente. Al cierre de la sesión mostró afán por recoger el blíster que
había permanecido inalterable y después participó como siempre al darme un
lápiz con el que marco el próximo encuentro en un almanaque.
Las hipótesis tenían que
ayudar a pensar que había tratado de calmarse con este blíster-cuerpo plano de
base sobre el que emergían las pequeñas elevaciones continentes de
aspirinas-cuerpo con volumen. Y considerar el momento de Inés procesando la
noción de su cuerpo sin que la tercera dimensión esté internalizada totalmente
en ella. Surgieron muchas dudas, pero lo que resultaba necesario era mostrarle
que ella había querido conservar el blíster tal como estaba porque quizás la
preocupaba lo que podría pasar con la aspirina al desprender la superficie. Para
ayudarla a elaborar su temor me pareció importante llevar otro blíster a su
caja de juegos.
A la sesión siguiente se
demoró en la sala de espera con observaciones a una pequeña marca de la puerta y
para poner en movimiento un móvil con palomas.
Le anuncié que había
llevado otro blíster y se fue al espejo con un drypen. Lo pintó y recorrió
varias veces el marco.
Yo veía su necesidad por
marcar los límites y le panteé que parecía preocupada por perderlos.
Vino a la mesa y buscó el
contacto con mi cuerpo, calmándose, mientras. Le aseguré que estábamos juntas y
que no había motivo para que estuviera preocupada. Surgieron juegos “este es tu
cuerpo – este es mi cuerpo”. Y luego preocupada señaló el blíster que yo llevé
a la mesa.
“…la” habitualmente el
signo de que algo no estaba bien en ella.
Le mostré que la aspirina
salía del blíster sin qure sucediera nada y se fue a la ventana.
Cuando decidió regresar a
la mesa casi se cae “mamá”!.
T. -Ahora cuando te da
miedo caer, pensar en mamá te ayuda.
Tuvo muchas oscilaciones y
tomó el blíster. Al sacar la aspirina se dio una secuencia difícil de trasmitir
por la cantidad de elementos que reunió. Contenta por el logro, al diluirse el
temor empezó a decir cosas casi desde las sílabas ma-no pato-pa-ta- “Mano pata”
y repetía “mano-pata” mientras dibujaba puntos sobre la aspirina.
Continuó experimentando
el resto de la sesión. Por momentos, alegre, “Mano-pata”, por momentos
preocupada “la… Mano-pata… la… mano-pata”…
Otro paso hacia el
lenguaje hablado “mano-pata” cuando la tercera dimensión le hace sentir
importantes sus manos y sus pies. Cuerpo que se constituye y “código que nace en
él”.
Y también algo del grito y el llanto iniciales de Inés, cuyo eco, por lo no elaborado, parece volver con el “la…” que me cuestiona y que también interroga a los padres…
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