Los efectos psíquicos del LSD (2)
De las cualidades de acción del LSD resultaban numerosas posibilidades de
aplicación médico-psiquiátrica, ya señaladas por W. A. Stoll en su citado
estudio fundamental. Por eso, Sandoz puso la nueva sustancia activa a
disposición de los institutos de investigación y del cuerpo médico, en forma de
preparado experimental con el nombre de marca de “Delysid” (del alemán, D-LysergsäÜrediäthylamid)
que yo había propuesto. El prospecto adjunto describía esas posibilidades de
aplicación y daba las medidas de precaución correspondientes.
La aplicación del LSD para el relajamiento anímico en la psicoterapia
analítica se basa sobre todo en los efectos consignados a continuación.
En la embriaguez lisérgica la imagen cotidiana del mundo experimenta una
profunda transformación y sacudida. Con esto se puede conectar una relajación o
incluso supresión de la barrera yo/tú. Ambas sirven para que los pacientes que
estén empantanados en una problemática egocéntrica puedan desprenderse de su
fijación y su aislamiento, establecer así un mejor contacto con el médico y ser
más abiertos a la influencia psicoterapéutica. En el mismo sentido se traduce
una mayor influenciabilidad bajo los efectos del LSD.
Otra característica importante, psicoterapéuticamente valiosa de la
embriaguez del LSD, consiste en que los contenidos de experiencias olvidadas o
reprimidas a menudo vuelven a la conciencia. Si se trata de los acontecimientos
traumáticos buscados en el psicoanálisis bajo la influencia del LSD, se
revivieron recuerdos incluso de la primera infancia. No se trata aquí de un recordar
común, sino de un verdadero revivir, no de réminiscence, sino de réviviscence,
como lo ha formulado el psiquiatra francés Jean Delay.
El LSD no actúa como un verdadero medicamento, sino que cumple el papel de
un recurso medicamentoso en el marco de un tratamiento psicoanalítico y
psicoterapéutico, capaz de dar una mayor eficacia y una menor duración a dicho
tratamiento. Con esta función se lo aplica de dos formas distintas.
Uno de los procedimientos, desarrollado en clínicas europeas y conocido
como terapia psicolítica, se caracteriza por la administración de dosis medias
de LSD durante varios días de tratamiento separados por intervalos. Las
experiencias de LSD se elaboran en la posterior conversación de grupo y en una
terapia de expresión a través del dibujo y la pintura. El término “terapia psicolítica”
(psycholytic therapy) fure acuñado por Ronald A. Sandison, terapeuta inglés
de la corriente de Jung y pionero de la investigación clínica del LSD. La raíz lysis
indica la disolución de tensiones o conflictos de la psique humana.
En el segundo procedimiento, la terapia preferida en los EE. UU, después de la correspondiente preparación espiritual intensa del paciente se le administra una dosis única, muy fuerte (0,3-0,6 miligramos) de LSD. En este método, designado “terapia psicodélica” (psychedelic therapy), se trata de desencadenar mediante una reacción de shock de LSD una experiencia místico-religiosa. Esta ha de servir en el tratamiento psicoterapéutico subsiguiente como punto de partida para una reestructuración y cura de la personalidad del paciente. La denominación de psyhedelic, que puede traducirse como “descubridor o revelador del alma”, fue introducida por Humphry Osmond, un pionero de la investigación del LSD en los Estados Unidos.
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