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ESPACIO Y TIEMPO EN LAS PATOLOGÍAS MENTALES (49) - HÉCTOR GARBARINO

 


1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996
1º edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019

V. MELANCOLÍA

DISCUSIÓN (6)

Lizardo Valdez: “Hay algunas cosas que se dijeron acá que me gustaría aclarar dentro de lo posible. Lo primero que creo es que es evidente que las ideas de dimensionalidad, sobre todo de bidimensionalidad que maneja Héctor, si bien es cierto que toma su base de las ideas de Meltzer, me parece que también las trasciende de alguna manera. Yo entiendo la bidimensionalidad de Meltzer como una forma o una posibilidad de funcionamiento mental en el aparato individual. Yo creo que Héctor está introduciendo aquí una bidimensionalidad abierta que desborda al propio individuo y llega a esa situación de confusión o de continuidad con el resto; de manera que me parece que es un concepto distinto.

Creo que es interesante la objeción que hace Cristina y que incluso algunas veces lo hemos conversado y discutido con Héctor acerca de que si para hablar del Ser es mejor usar lo de la bidimensionalidad o multidimensionalidad. Yo creo que ahí hay un lío que de alguna forma todavía tenemos debido a que hay situaciones en la clínica que me parece que se acomodan más a ese primer ordenamiento bidimensional y hay otras en las que aparece algo del orden de lo multidimensional. Esto está como en proceso.

En relación con el tema del conflicto también este es un punto de discusión que tenemos a veces con Héctor. Él dice al comienzo del trabajo que estas ideas implican el agregar cosas a las perspectivas que han aportado otros autores y que de ninguna manera esto es una sustitución de ellos. Por lo tanto, esto yo me lo imagino como algo así como un conflicto dentro de otro conflicto. Me parece que la idea a la que se está tratando de apuntar en este trabajo es que el conflicto clásico de la melancolía entre el Yo y el Superyo sigue estando. Pero acá hay una mirada que intenta pensar que ese conflicto está inmerso en otro conflicto que a mí me gusta más llamarlo en lugar de conflicto entre dimensionalidades, conflicto entre el narcisismo del Yo y narcisismo del Ser.

En cuanto a lo que yo entiendo por narcisismo del Yo y narcisismo del Ser de pronto no coincidimos con esto en todo. El narcisismo del Ser yo me lo imagino como una fuerza que centrifuga, que apunta hacia el todo, hacia el universo, hacia esa situación de indiferenciación; y la otra al revés. Entonces, creo que se da una fuerza entre algo que apunta hacia lo más extensivo y algo que apunta hacia el Yo y a la constitución del Yo, función que cumple en principio, de acuerdo a estas ideas, la madre.

En la mayoría de los sujetos ese conflicto se ha resuelto, o si ustedes quieren, podemos decir que se da un equilibrio más favorable hacia el lado del equilibrio del Yo. Esto no quiere decir que el narcisismo del Ser no esté pulsando permanentemente, y que este es un pulsar diferente al de las pulsiones de Freud, porque estamos saliendo del aparato individual; estamos hablando de otra cosa. Entonces, en aquellas personas con más perturbaciones es como que esta fuerza excéntrica del Yo estuviera más activa y es así que el Yo se siente amenazado y en conflicto con esta situación.

Desde el punto de vista terapéutico, en relación a lo que dijo Alfredo más allá de las cosas que dijo Héctor, que me parece que son muy importantes y muy valiosas, cuando señala que el paciente entiende que uno lo entiende. Esto ya tiene un valor importante, cuando entiende que uno está balbuceando con él, explicaciones que pueden ciertos visos de delirantes pero no importa, porque estamos tratando de explorar una realidad muy diferente. Se refuerza el narcisisimo del Yo, pero teniendo en cuenta todas estas vivencias que se perciben de otro lado. Eso, a mí me parece que del punto de vista terapéutico es muy importante y yo digo que esto es muy psicoanalítico.

Hay una fracesita de Bion que a mí me gusta mucho y dice algo así como si antes de cada sesión no hay dos individuos asustados ahí seguramente no hay análisis. Si el analista no está tan asustado como su paciente porque se va a enfrentar a algo que no conoce y ya sabe lo que va a venir, entonces sospechemos. A mí me parece que esto de meternos en terrenos desconocidos es muy bueno, más allá de que uno se pega los portazos que se pega, pero es otro tema.

A mí me parece que esto que decía Héctor en cuanto a lo que significa para el paciente esta situación, le agregaría que nosotros como analistas tenemos que jugar del lado del Yo, intentando traerlo a la situación actual, tratando de acentuar su narcisismo del Yo para que funcione más y mejor.

Hay una idea que todavía está muy en borrador, pero que me parece interesante para seguir pensando que tiene que ver con la vinculación que podría haber entre este narcisismo del Ser que chupa hacia afuera, que entra en conflicto con el Yo, con lo que Freud llama pulsión de muerte. La pulsión de muerte desde la perspectiva freudiana es vista fundamentalmente con una connotación negativa. Desde esta perspectiva a mí me parece que esta fuerza hacia otro lado, esta fuerza contra el Yo, podría estar enfrentada o tener que ver con esto de la pulsión de muerta. Es una fuerza misteriosa que aparece allí, que tira hacia el otro lado, que tira hacia una cosa de desintegración, pero que desde esta perspectiva no necesariamente tiene que tener este carácter negativo si podemos de alguna forma trabajar con ella de una forma diferente”.

Héctor Garbarino: “Muchas gracias, Talo, aprovecho la oportunidad también para señalar que el desarrollo que estamos haciendo de estas ideas no es individual mío, sino que yo soy el que promoví las ideas pero el desarrollo es también ahora de los colegas que me están acompañando y a los cuales por tanto les debo mucho.

Estoy de acuerdo con lo que dijo muy claramente Valdez en muchos de los aspectos a los que se refirió.

El otro aspecto que es motivo de conversación y de controversia con Valdez es si la pulsión de muerte hay que reducirla al narcisismo del Ser, lo que todavía está en cuestión. Yo tiendo a pensar que un sentido tiene razón, en el sentido de que el narcisismo del Ser es la muerte del Yo, o significa algo del decaimientos del narcisismo yoico. Para que Borges pudiera sentir que estaba en continuidad a todas las cosas existentes, el narcisismo del Yo tenía que quedar reducido. Los místicos nos han enseñado que es necesario anular el Yo para tener una percepción del Todo y sentirse uno incluido en el Todo. Quiere decir que en ese sentido es la muerte del Yo, en eso estoy de acuerdo.

En lo que no me parece coincidir tanto es que haya que hablar de pulsión; me parece que la pulsión apunta más al resto del aparato cerrado que se conserva, y que habría que ver que muchas veces el aparato no se abre y esta fuerza actúa.

Está el problema del masoquismo que a Freud lo llevó a conceptualizar la pulsión de muerte y que creo que es necesario para explicar el masoquismo que Freud lo llevó a conceptualizar la pulsión de muerte y que creo que es necesario para explicar el masoquismo que no siempre significa que esté en un aparato psíquico abierto. Por lo tanto, discrepo en este punto en parte con Talo. Me parece también que el agujero en el no Ser es también la obra de una pulsión. A nosotros nos parece que en el narcisismo del Ser, muerte y vida es lo mismo”.

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