2.
LA MATRIZ DEL DESTINO (1)
La
diosa universal hace su aparición ante los hombres bajo una multitud de
disfraces, pues los efectos de la creación son múltiples, complejos, y de
especies mutuamente contradictorias cuando se experimentan desde el punto de vista
del mundo creado. La madre de la vida es al mismo tiempo la madre de la muerte;
está enmascarada en las feas demonios de la enfermedad y del hambre.
La
mitología astral sumerio-babilónica identificó los aspectos de la hembra
cósmica con las fases del planeta Venus. Como estrella matutina era una virgen,
como estrella vespertina era una prostituta, como señora del cielo de la noche,
era la consorte de la luna. Y cuando se extinguía bajo el brillo del sol era la
bruja del infierno. Dondequiera que se extendió la influencia mesopotámica, los
rasgos de la diosa recibían la luz de esta estrella cambiante.
Un
mito del sur de África, tomado de la tribu Wahunge Makoni de la Rodesia del
Sur, muestra los aspectos de la madre Venus en coordinación con las primeras etapas
del ciclo cosmogónico. Aquí el hombre original es la luna; la estrella de la
mañana es su primera esposa, la estrella de la tarde la segunda. Así como Väinämöinen
salió del vientre por su propia iniciativa, así el hombre de la luna emerge de
las aguas abismales. Él y sus esposas son los padres de las creaturas de la
tierra. La historia ha llegado hasta nosotros como sigue:
“Maori
(Dios) hizo el primer hombre y lo llamó Mwuetsi (luna). Lo puso en el fondo de
un Dsivoa (lago) y le dio un cuerno de ngona, llena de aceite de ngona. (7)
Mwuetsi vivía en Dsivoa.
Mwuetsi
le dijo a Maori: ‘Quiero ir a la tierra.’ Maori dijo: ‘Te arrepentirás.’ Mwuetsi
dijo: ‘No importa, quiero ir a la tierra.’ Maori dijo: ‘Entonces ve a la
tierra.’ Mwuetsi salió de Dsivoa y se dirigió a la tierra.
La
tierra estaba fría y vacía. No había hierba, ni arbustos, ni árboles. No había
animales. Mwuetsi lloró y le dijo a Maori: ‘¿Cómo viviré aquí?’ Maori dijo: ‘Te
previne. Has empezado a andar un camino al final del cual has de morir. Sin
embargo, te daré un ser de tu especie.’ Maori le dio a Mwuetsi una doncella
llamada Massassi, la estrella de la mañana. Maori dijo: ‘Massassi será tu mujer
por años.’ Maori le dio a Massassi un artefacto para hacer fuego.
Por
la noche, Mwuetsi fue a una cueva con Massassi. Massassi dijo: ‘Ayúdame, vamos
a hacer una fogata. Yo buscaré chimandra (combustible) y tú le darás
vueltas a la rusika (parte giratoria del hacedor de fuego).’ Massassi
buscó el combustible, Mwuetsi hizo girar la rusika. Cuando el fuego
estuvo encendido, Mwuetsi se acostó a un lado y Massassi al otro. El fuego ardió
entre ellos.
Mwuetsi
pensó para sí: ‘¿Para qué me dio esta doncella Maori? ¿Qué haré con esta
doncella, Massassi?’ Cuando fue de noche Mwuetsi tomó su cuerno de gnona, mojó
su dedo índice con una gota de aceite de gnona. Mwutsi dijo: ‘Ndini
chaambuka mhiri ne mhirir (voy a saltar por encima del fuego).’ (8) Mwuetsi
saltó sobre el fuego. Mwuetsi se aproximó a la doncella, Massassi. Mwuetsi tocó
el cuerpo de Massassi con el aceite que tenía en el dedo. Luego Mwuetsi regresó
a su lecho y se durmió.
Cuando
Mwuetsi despertó por la mañana, miró a Massassi. Mwuetsi vio que el cuerpo de Massassi
estaba hinchado. Cuando rayó el día. Massassi empezó a dar a luz. Massassi dio
a luz hierbas. Massassi dio a luz arbustos. Massassi dio a luz árboles.
Massassi no dejó de parir hasta que la tierra estuvo cubierta de hierbas,
arbustos y árboles.
Los
árboles crecieron. Crecieron hasta que sus copas tocaron el cielo. Cuando las
copas de los árboles tocaron el cielo empezó a llover.
Mwutsi
y Massassi vivían en la abundancia. Tenían frutos y grano. Mwuetsi construyó una
casa. Mwuetsi hizo una pala de hierro. Mwuetsi hizo una azada y cultivó la
tierra. Massassi construyó trampas para peces y atrapó peces. Massassi fue a
buscar madera y agua. Massassi cocinó. Así Mwuetsi y Massassi vivieron por dos
años.
Después
de dos años Maori le dijo a Massassi: ‘El plazo ha terminado.’ Maori tomó a
Massassi de la tierra y la llevó a Dsivoa. Mwuetsi lloró a gritos y le dijo a
Maori: ‘¿Qué haré sin Massassi? ¿Quién me traerá la madera y el agua? ¿Quién
cocinará para mí?’ Mwuetsi lloró durante ocho días.
Por
ocho días lloró Mwuetsi. Entonces dijo Maori: ‘Te he prevenido que caminas
hacia tu muerte. Pero voy a darte otra mujer. Te daré a Morongo, la estrella de
la tarde. Morongo permanecerá contigo durante dos años. Luego me la llevaré.’
Maori le dio Morongo a Mwuetsi.
Morongo
llegó a la choza de Mwuetsi. Por la noche, Mwuetsi quiso acostarse a un lado
del fuego. Morongo dijo: ‘No te acuestes ahí, acuéstate conmigo.’ Mwuetsi se
acostó junto a Morongo. Mwuetsi sacó su cuerno de gnona y puso un poco de
aceite en su dedo índice. Pero Morongo dijo: ‘No hagas eso, yo no soy como
Massassi, Frótate con aceite de gnona.’ Mwuetsi hizo lo que le dijeron. Morongo
dijo; ‘Ahora, ayúntate conmigo.’ Mwuetsi se ayuntó con Morongo. Mwuetsi se fue
a dormir.
Al
amanecer despertó Mwuetsi. Cuando miró a Morongo vio que su cuerpo estaba
hinchado. Cuando llegó el día, Morongo empezó a dar a luz.
Notas
(7)
Este cuerno y este aceite juegan un papel importante en el folklor del sur de
Rodesia. El cuerno de gnoma es un instrumento milagroso, con la capacidad de
crear fuego y relámpagos, de impregnar la vida y de resucitar a los muertos.
(8)
Esta frase se repite muchas veces en tono melodramático y ceremonial.
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