Psicoanálisis del mito
1.
EL UNIVERSO MATERNAL (1)
El
espíritu generador del mundo, del padre, pasa a la múltiple experiencia terrena
a través de un medio transformador, la madre del mundo. Es una personificación
del elemento primerio nombrado en el segundo verso del Génesis, donde leemos que
“el espíritu de Dios se movía sobre la luz de las aguas”. En el mito
hindú ella es la figura femenina en la cual el Yo engendró todas las criaturas.
Comprendida en forma más abstracta, ella es el marco que rodea el mundo: “espacio,
tiempo y causalidad”; el cascarón del huevo cósmico. Más abstractamente
todavía, ella es el atractivo que mueve a la sustancia del Absoluto Autoengendrado
al acto de creación.
En
las mitologías que enfatizan el aspecto maternal que el aspecto paternal del
creador, este ser femenino original llena el escenario del mundo en el principio,
jugando los papeles que en las otras son asignados a los varones. Y ella es
virgen, porque su esposo es lo Desconocido Invisible.
Una
extraña representación de esta figura se encuentra en la mitología finlandesa.
En el Canto I del Kalevala, (1) se dice cómo la hija virgen del aire
descendió desde las mansiones del cielo al mar primario, y flotó durante siglos
en las aguas eternas.
Por fin descendió el aire
se posó en las grandes olas,
en el lomo del océano,
en el seno de las ondas;
vino una violenta ráfaga,
viento potente del Este,
que cubrió de espuma el agua
y levantó olas enormes.
El viento meció a la joven,
la ola sacudió a la virgen
en la espalda de las olas,
a través de las espumas,
fecundó el viento en su seno,
grávida la dejó la ola. (2)
Por
siete siglos, la Madre Agua flotó con el niño en su vientre, imposibilitada de
parirlo. Le pidió a Ukko, el dios más alto, que la ayudara y él le mandó un
ánade para que construyera su nido en la rodilla de ella. Los huevos del ánade
cayeron de su rodilla y se rompieron; los fragmentos formaron la tierra, el
cielo, el sol, la luna y las nubes. Entonces la Madre Agua, todavía flotando,
empezó el trabajo de formar el mundo.
Y llegó el año noveno
y en la primavera décima (3)
sacó del mar la cabeza,
alzó la frente del agua,
y a la creación dio principio.
Modeló entonces el mundo
sobre la espalda del agua
y en las olas infinitas.
Donde su mano posábase
creaba los promontorios;
donde su pie se posaba
creó cuevas para peces;
donde su cuerpo inclinábase
provocaba remolinos.
Del flanco sacó la tierra
formando orillas unidas,
pateó el suelo y dispuso
trampas para los salmones,
tocó el suelo con la frente
y modeló hondas bahías.
Alejose mar adentro
se paró en el mar abierto;
fabricó los arrecifes,
ocultó en el mar escollos
para naufragar las naves
y morir los marineros.
Notas
(1) El Kalevala (“La tierra de los héroes”), es en su presente forma el trabajo de Elias Lönnrot (1802-1884), médico rural y estudioso de filología finlandesa. Habiendo coleccionado un grupo considerable de poesías populares sobre los héroes legendarios, Väinämoinen, Ilmarinen, Lemminkainen y Kullervo, compuso las poesías en secuencias coordibadas y en versos uniformes (1835, 1849). El trabajo completo tiene unos 23000 versos.
Una traducción alemana del Kalevala de Lönnrot vino a las manos de Henry Wasworth Longfellow, quien entonces concibió el plan y escogió el metro de su Songo of Hiawatha.
Los fragmentos que siguen son de la traducción de María Dolores Arroyo (José Janés, Barcelona, 1953).
(2) Kalevala, Canto Primero.
(3) Es decir, la décima primavera después que los huevos se habían roto.
(4) Kalevala, Canto Primero.
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