1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996
1º edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes /
2019
IV.
LO ARCAICO EN LA TEORÍA DEL SER
El
simbolismo cósmico y el inconsciente del yo-Ser * (1)
Héctor
Garbarino
Nuestra investigación del
narcisismo nos llevó a proponer un nuevo narcisismo, que hemos llamado
narcisismo del Ser, que a diferencia del narcisismo yoico, que toma por objeto
al cuerpo y a la imagen propia, toma por objeto al Cosmos en un movimiento
centrífugo sin límites.
Como este narcisismo del yo-Ser
es inconsciente, presupone la existencia de un nuevo inconsciente, el
inconsciente del yo-Ser.
El inconsciente del
yo-Ser se diferencia tanto de preinconsciente como del inconsciente freudiano.
Sus contenidos, como veremos enseguida, no son representaciones de cosas ni de
palabra, sino presentaciones de imágenes cósmicas de un aparato psíquico
abierto, que se actualiza como símbolos cósmicos cuando se los asocia a una
imagen corporal.
Esta instancia psíquica
posee, por consiguiente, una tópica, un tiempo y contenido propios.
Creemos justificada la inclusión
de esta nueva instancia dentro del psiquismo por considerar que ella vuelve más
inteligibles los fenómenos observados en los niños muy pequeños, en las
patologías narcisistas graves, esquizofrenia, melancolía, autismo y psicóticos
fronterizos, y en ciertos estados, adolescencia, creatividad, mística e
interacción temprana, según Mercedes Garbarino.
Así como el modelo de la
mente propuesto por Freud con su sistema del inconsciente reprimido prestó
grandes servicios para la comprensión de las neurosis y patologías afines,
creemos que el modelo propuesto por nosotros con su instancia del inconsciente
del yo-Ser puede ser de utilidad para la comprensión de las patologías y
estados mencionados.
Esta instancia forma
parte de un aparato psíquico abierto, extendiéndose al espacio exterior en
sujetos que han trascendido su condición de individuos. En cuanto a su tiempo
es sincrónico, sólo presente. Sus contenidos son las presentaciones simbólicas
del Ser que retornan a la conciencia en ocasión de las regresiones narcisistas
del yo instancia al yo-Ser. Estas presentaciones simbólicas están investidas
por la energía narcisista del Ser.
La instancia del Ser del
punto de vista tópico ocupa el espacio exterior al aparato psíquico, espacio
sin límites o con límite abierto, recorrido por la energía narcisista del Ser.
Sus contenidos están inscriptos fuera del tiempo habitual, en un tiempo sincrónico,
donde pasado, presente y futuro coexisten el mismo instante.
El inconsciente del yo-Ser
se hace consciente, ya por vía de la interpretación analítica, ya
espontáneamente por vía de la contemplación cuando el sujeto, abierto al
narcisismo del Ser, se trasciende a sí mismo y se siente uno con el Cosmos.
Entonces, podría decirse, hace insight del inconsciente del yo-Ser.
Como esta instancia no ha
sido segregada del Cosmos, como las instancias del aparato psíquico, sus
contenidos son sólo presentaciones de los símbolos cósmicos percibidos en forma
inmediata por un yo abierto al Ser. Este yo-Ser está en inmejorables condiciones
para recepcionar las formas, movimientos y colores existentes en el universo
con los cuales el yo instancia crea los símbolos. (1)
Como hemos dicho en otro
lugar (*****) estos símbolos no son concepto o metáfora, no son signos
evocadores de la cosa ausente o muerta, sino signos que vienen desde el
exterior poniéndose en comunicación con el Cosmos y haciendo de nosotros parte
constitutiva del Todo.
Abierto el aparato
psíquico el hombre deja de ser el centro del mundo y se convierte en parte
insignificante del mismo, haciendo del Cosmos el centro.
De este modo, si la
regresión a lo arcaico alcanzaba en la teoría freudiana la infancia temprana y
mismo la vida intrauterina, lo arcaico en estos casos alcanza el espacio
cósmico y el tiempo mítico de los orígenes, trascendiendo al individuo.
Lo arcaico
transindividual, expresado en los símbolos cósmicos, nos remite, por consiguiente,
a otro espacio, otro tiempo y otro narcisismo, que aquellos símbolos que
caracterizan al individuo.
Notas
(*) Trabajo leído en las
IX Jornadas psicoanalíticas de la Asociación Psicoanalítica del Uruguay,
realizadas en setiembre de 1995.
(1) Los símbolos cósmicos
a que nos referimos nosotros son presentaciones, es decir, partes de formas o
figuras objetivas, porque concebimos al hombre como parta del cosmos, en cambio
los arquetipos junguianos “propenden a explicar el mundo por el hombre. Lógico
es que acontezca así cuando no parten de formas, ni de figuras o seres
objetivos, sino de imágenes contenidas en el alma humana, en las honduras hirvientes
del inconsciente”. (Cirlot) (**)
El inconsciente colectivo
es “ciertas predisposición a la formación de presentaciones paralelas” a
diferencia del inconsciente del Ser descripto por nosotros, constituido por
presentaciones simbólicas cósmicas adquiridas, propias de un aparato psíquico
abierto pertenecientes a sujetos que trascienden su condición individual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario