1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996
1º edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes /
2019
II / Psicosis
La
psiquiatría psicoanalítica desde la Teoría del Ser (6)
Las identificaciones
primarias de caracterizan porque el investimento del objeto equivale a una identificación
de modo que los ojos de la madre son mis ojos, la sonrisa de mi sonrisa.
Este yo-Ser de los
primeros meses de vida posee un espacio bidimensional y un tiempo circular.
Los diferentes órganos
del cuerpo son proyectados en un plano, no existiendo todavía la distinción
adentro-afuera.
La misma paciente a la
que nos referimos anteriormente, junto al espacio multidimensional del Ser,
hizo referencias también al espacio bidimensional del yo-Ser. Dijo la paciente:
“En ese momento no tengo ni cabeza ni cuerpo. Sólo un ojo que mira. Como si yo
pasase a formar parte de lo que miro, un ojo que flota. Y la intensidad del paisaje
que entra en mi ojo es enorme”.
La paciente describe el
espacio bidimensional por el cual todos pasamos en nuestro desarrollo.
Ahora bien, el derrumbe
yoico y su consecuencia, la pérdida del espacio tridimensional y del tiempo
diacrónico, no sólo conduce a estos enfermos a otros espacios, otro tiempo y
otro narcisismo, sino que los expone a la terrible angustia de no Ser.
Hemos sostenido que
debemos diferenciar la angustia de no ser yo, que lleva a la despersonalización,
observada en la neurosis, de la angustia de no ser Ser, que observamos en la
psicosis. La angustia de no ser yo es motivada por la pérdida de las
identificaciones secundarias que junto a las identificaciones primarias dan
consistencia al yo instancia, en cambio, la angustia de no ser Ser, afecta a la
trama bidimensional del yo-Ser, urdimbre básica que constituye los cimientos de
nuestro aparato psíquico.
El enfermo queda expuesto
entonces a la pavorosa angustia de no Ser, que supone la aniquilación de su existencia
y que suele ser vivida como caída en el abismo, en el agujero negro o expresiones
similares.
Es en estas condiciones
psíquicas que suelen surgir los delirios que observamos en las esquizofrenias o
en las melancolías graves, ideas delirantes que tejen nuevamente la trama del
yo-Ser, y devuelven al enfermo la sensación de existencia.
El carácter persecutorio
que comúnmente tienen estos delirios es explicable, si consideramos que el
resto del yo tridimensional que conserva el enfermo y donde impera a ley de
causalidad, no puede hacer otra cosa que atribuir la desorganización operada en
su cuerpo y en psiquismo a una causa exterior.
Para terminar nos
gustaría volver a repetir que la teoría del narcisismo del Ser con las transformaciones
espacio-temporales observadas en estos enfermos, contribuye junto a otros aportes
psicoanalíticos, a una mejor comprensión de las manifestaciones clínicas
observadas en la psicosis.
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