miércoles

CLARISSA PINKOLA ESTÉS - DESATANDO A LA MUJER FUERTE (26)


8

MUCHOS TIPOS DE PRISIONES:
LA MUJER QUE QUEDA AL ÚLTIMO
“NUESTRA SEÑORA
DETRÁS DEL MURO”

Cuando un sistema de justicia que a veces es injusto manda a una madre a la cárcel y la separa así de sus hijos amados, hay un gran terremoto del corazón y el alma.

Hay también el mismo tipo de desconsuelo y de estremecimiento de la vida entera cuando a hijos bienamados a la cárcel, y por tanto los separan de sus amorosos e indefensos padres y madres, hermanos, hermanas y amigos.

Cuando envían a un miembro de la familia a prisión, de alguna manera se encarcela también a la familia entera y a todos los seres queridos. Así, a todos se les pone en el camino rudo. Durante el tiempo que dura la sentencia, los corazones, mentes y almas de los que se aman entre sí, están todos juntos en la cárcel, y están todos juntos en un peregrinaje.

Pero con frecuencia también hay ángeles extraños que salen de la orilla del camino para ofrecer suficiente socorro que permita a los encarcelados seguir adelante durante varios kilómetros. Esta cohorte de almas logrará llegar. Levantarán su cabeza aun cuando sus corazones estén caídos. Nuestra Señora camina con todos. Nuestra Señora no olvida a nadie, incluso cuando no se le puede ver. Ella está ahí, protegiendo y amando a todos; Ella tiene las palabras que más importan al alma acongojada: Me quedaré contigo.

Estar encarcelado, aunque se extrañe por largos períodos de tiempo tocar y verse mutuamente, pues los familiares que visitan la cárcel a menudo sólo tienen un automóvil desgastado, el dinero se emplea para la renta en lugar de pagar un transporte y, en muchas ocasiones y de manera inexplicable, los amados encarcelados son enviados a prisiones a cientos de kilómetros de distancia del confort y el apoyo necesario que podrían darles sus propias familias amorosas para enderezar la vida. A veces al ser amado lo mueven de prisión en prisión, como si a la persona se le privara de un lugar de descanso, un rincón que pudiera llamar propio, hostigando a los encarcelados con dobles discursos, forzándolos siempre a tratar de adaptarse a nuevos rostros, distintas reglas, comida extraña: se trata de un castigo desalentador también, en lugar de un tiempo de trabajo y fe.

Pero incluso con estas dificultades para todos, es el alma la que ama y ama sin mengua. Como lo hace La Señora, Nuestra Señora. Para el alma no decrece su anhelo por el ser amado. Tampoco Nuestra Señora disminuye sus atenciones. Las almas fieles son las que juran visitar a su ser amado, darle confort y quedarse cerca, para siempre. Nuestra Señora es la primera en hacerlo. Ella les da apoyo a todos, les presta su aliento cuando el suyo les es arrebatado, ofrece su medicina de amor y comprensión cuando están lastimados.

Y así tenemos esta oración a Nuestra Señora, quien más comprende lo que es ver a su ser amado, a su hermoso Hijo golpeado, torturado, juzgado injustamente y lastimado. Pero la Madre Santísima también se quedó con su Hijo. Durante todo ese tiempo, como las madres y padres de prisioneros en todo el mundo, como los hermanos, hermanas, amigos de los que están “guardados lejos”, la Madre Santísima se quedó al lado de su Ser amado sufriente. Además, también la Santa Madre está por cualquier medio junto a todo prisionero guardado. La Santa Madre está aquí para ayudar a calmar el corazón, para que todos puedan seguir ganando en mayor fortaleza.

La oración de contar: para los que aman a un ser encarcelado

Santa Madre:
lastimado, estoy lastimado
por los míos y
para los míos.

Madre Queridísima
Por favor coloca Tu
mano tranquilizante sobre mi mano
encima de mi corazón asustado.

Cuenta conmigo
Mi Señora, cuenta lentamente
1… 2… 3… y… 4,
1… 2…3… y… 4,

hasta que mi corazón de desacelere
al mismo ritmo
estable que tu propio
Corazón Inmaculado.

Tu dulce Corazón sereno
está adornado de blancas flores
a pesar de cualquier dolor.
Déjame aprender de ti.

Déjame ser como tú, querida Madre.
Recuérdame, que mi corazón se calma
no al recordar las tribulaciones
sino al recordar el Amor.

Ayúdame a caminar tranquilamente
como tú lo hiciste:
marcada por heridas y aun así fuerte,
como tú lo hiciste.

Este es mi deseo
para mi propia alma,
y para el alma
de mi ser amado encarcelado.

Contigo, todos caminamos en libertad.
Contigo, no hay barrotes de hierro, no hay muros,
no hay desesperanza de ningún tipo…
solo Amor y más Amor.

Madre Queridísima
por favor coloca Tu
mano tranquilizante sobre mi mano
encima de mi corazón asustado.
Cuenta conmigo
Señora Mía, cuenta lentamente
conmigo por favor…
Sincroniza el latido de mi corazón con el tuyo
1… 2… 3… y… 4
1… 2… 3… y… 4.

Aymen, aymen, aymen.
Que así sea, que así sea, que así sea.
Por favor ajusta el latido de mi corazón al tuyo.
1… 2…3… y… 4,
1… 2… 3… y… 4.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+