CANCIÓN
SEGUNDA (3)
¡Oh
cauterio suave!
¡Oh
regalada llaga!
¡Oh
mano blanda! ¡Oh toque delicado.
que
a vida eterna sabe
y
toda deuda paga!
Matando,
vida en muerte la has trocado.
DECLARACIÓN
(3)
5
/ ¡Oh gran gloria de las almas que merecéis llegar a
este sumo fuego, en el cual, pues hay infinita fuerza para consumiros y
aniquilaros (está cierto), aunque no consumiéndoos, inmensamente os consuma en
gloria! No os maravilléis que Dios llegue algunas almas altamente hasta aquí
-pues que sol se particulariza en hacer algunos efectos maravillosos-, el cual,
como dice el Espiritu Santo, de tres maneras abrasa los montes, esto es, de los
santos. Siendo, pues, este cauterio tan suave como aquí se ha dado a entender,
¿cuán regalada creemos que estará el alma que de él fuere tocada, que, queriédolo
ella decir, no lo dice, sino quédase con la estimación en el corazón y con el
encarecimiento en la boca diciendo:
¡Oh
regalada llaga!
6
/ Habiendo el alma hablado con el cauterio,
habla ahora con la llaga que hace el cauterio. Y, como el cauterio era
suave, según se ha dicho, la llaga, según razón, ha de ser conforme el
cauterio; y así, llaga de cauterio suave será llaga regalada,
porque, siendo el cauterio de amor, ella será llaga de amor suave, y así será
regalada suavemente.
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