1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996
1º edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes /
2019
I / Generalidades
Lizardo Valdez
Intervenciones psicoanalíticas más allá de la tierra del
nunca jamás (1)
Como ya fue dicho por
otros panelistas, el análisis de pacientes psicóticos, llevó a cuestionar la
utilidad del modelo de aparato psíquico y de la metapsicología que Freud había
diseñado para la neurosis.
Fue así que se fueron
generando nuevos métodos, para intentar comprender y tratar a estos pacientes,
que no había consolidado un aparato con las características que Freud había
descrito para la neurosis del adulto.
Los modelos están
estrechamente vinculados a los avances de las disciplinas que por su
preeminencia en la época, influyen en los autores psicoanalíticos.
Así Freud se apoyó en la
física de su tiempo, Lacan en la lingüística y Bion en las matemáticas a la
hora de intentar formalizar sus hallazgos clínicos en un cuerpo teórico coherente.
Estas dos vertientes: el acercamiento clínico a pacientes cada vez más
complejos y el avance de otras disciplinas, van creando las condiciones para
continuar avanzando en ese terreno siempre inaccesible que es el de la locura.
Las Psicosis infantiles
se convirtieron así en una nueva frontera a conquistar, por aquellos pioneros
que siguiendo a Freud, se internan más en el dominio de lo desconocido.
Los instrumentos
conocidos los acompañaron un trecho del camino y ahí podríamos señalar
conceptos como el de escisión del yo de Freud, la teoría de las posiciones y la
identificación proyectiva de Klein, etc.
Una figura destacada es
Donald Meltzer, que en el trabajo con niños psicóticos y autistas, se vio necesitado
de plantear una nueva geografía de la mente.
La mente de todos nosotros
funciona en un registro tridimensional y puede realizar operaciones en
consecuencia, es decir, hay sentido de volumen y podemos poner dentro de, sacar
de, imaginar que hay algo más allá de la superficie visible, etc.
En pacientes más graves,
se pierde una dimensión, el mundo se vuelve plano, bidimensional y las operaciones
mentales sólo se pueden realizar en el plano. La introyección y proyección son
sustituidas por la identificación adhesiva. Un paciente me decía: “Yo soy una
postal mojada, se me pegan cosas tuyas y cosas mías te quedan pegadas a vos”.
Es evidente que las posibilidades son mucho menos que cuando se maneja con la
identificación proyectiva. Ni que hablar que no se puede interpretar en términos
de sexualidad, ni siquiera de sacar y poner. Tengo que “estar” y “tocar” al
paciente con mis palabras, acariciar su piel.
Por el apremio del tiempo
estoy haciendo una simplificación de las ideas de Meltzer, pues el espacio está
vinculado a un determinado tipo de tiempo, que no es el cronológico más
evolucionado en el que habitualmente nos movemos.
Pero al llegar a los
confines de la bidimensionalidad, plantea la desmentalización autista, lo
unidimensional, sin posibilidad de explicación metapsicológica, puros eventos
neurofisiológicos.
Allí donde se detienen las
ideas tan fructíferas de Meltzer, que me ayudaron tanto al trabajo con los
niños del Centro 231 para niños psicóticos, me empezaron a interesar las ideas
que en nuestro medio ha estado desarrollando Héctor Garbarino, en lo que se ha
dado a llamar teoría del Ser.
Por otro camino,
reflexionando sobre las vivencias relatadas por Schreber, siguiendo los relatos
de Artaud, internándome en las experiencias de los creadores artísticos y místicos,
tomó, como Freud lo hizo con los síntomas de la histeria, en serio lo que los
pacientes contaban en su delirio, planteando que estaban en contacto con una
realidad de la que los seres fundamentalmente neuróticos, nos hemos alienado
para siempre.
Incorpora los
conocimientos de la física actual, que plantea que existen muchas más
realidades de las que somos capaces de percibir.
Es un intento de pensar
sobre lo no pensable.
Freud decía que lo
irritaban los pacientes psicóticos porque no los entendía. Estas ideas son
también difíciles, tan difíciles como los fenómenos de los que intentan dar
cuenta, por eso no es raro que nos produzcan cierta irritación.
Intentaré darles una idea
de lo que he podido entender, advirtiéndoles que son ideas en desarrollo, que
aun tienen contradicciones y desprolijidades, excesos y carencias que sólo el
tiempo y la exploración científica podrán ir puliendo.
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