Entre otras cosas, Carl Jung es famoso por su concepto de la sombra o la importancia que tiene integrar nuestro lado oscuro para lograr un sí mismo individuado. El ser humano tiene una tendencia casi inconquistable a ocultar los rasgos de su personalidad que no le gustan o que no son socialmente aceptables. Al hacer esto va por el mundo fragmentado, con una psique dislocada, y proyecta esta sombra -que no es capaz de aceptar en sí mismo- al mundo. Esto hace que uno nunca reconozca y sea de manera integral la totalidad de lo que es -el alma individuada, que para Jung es inseparable de la divinidad.
En el video que presentamos al final el
popular filósofo Alan Watts hace una buena introducción a la psicología
jungiana, tomando de la misma personalidad de Jung, quien, según él, era una
prueba viviente de su propia doctrina psicológica. Watts cuenta que al
mirar los ojos de Jung notó que había un cierto centelleo que revelaba que se
conocía a sí mismo muy bien y:
sabía que, como todo
los otros seres humanos, tenía algo de villano. Jung tenía un hintergedanken,
una palabra alemana que significa un pensamiento en el fondo de la
mente, que mostraba que reconocía lo que yo a veces llamó un elemento
irreductible de bribonería en sí mismo. Y lo sabía de manera tan clara y
contundente, y en una forma tan amorosa, que no condenaba lo mismo en los demás
y por lo tanto no se dejaba llevar hacia pensamientos, sentimientos y actos de
violencia contra otros, lo cual es la característica de personas que proyectan
su propia maldad en los demás, en el chivo expiatorio.
Watts continúa:
Esto hacía de Jung
una persona muy integrada… Habiendo visto y aceptado profundamente su propia
naturaleza tenía una especie de unidad y ausencia de conflicto en su propia
naturaleza, que lo hacía un tipo de hombre que podía sentir ansiedad, miedo o
culpa, sin sentirse avergonzado de sentirse así. En otras palabras, entendió
que una persona integrada no es una persona que simplemente ha eliminado la
sensación de ansiedad y culpa de su vida… es un hombre que siente todas estas
cosas, pero no se recrimina a sí mismo por esto. Esto para mí es un tipo muy
profundo de humor.
Luego Watts cita una conferencia que
dio Jung en Suiza, una verdadera joya del autoconocimiento terapéutico:
Las personas se
olvidan de que incluso los doctores tienen escrúpulos morales y que algunas
confesiones de los pacientes son difíciles de asimilar incluso para un doctor.
Sin embargo, el paciente no se siente aceptado a menos de que lo peor
de él mismo sea aceptado también. Nadie puede hacer esto con meras
palabras. Viene solamente de la reflexión y a través de la actitud del doctor
para consigo mismo y su propio lado oscuro. Si el doctor quiere guiar a otro o
incluso acompañarlo a dar un paso en el camino, debe sentir con la psique de la
otra persona. No puede sentirla cuando la juzga. Ya sea que ponga palabras a su
juicio o se lo quede él mismo, esto no hace ninguna diferencia. Tomar la
posición opuesta y acordar con el paciente de antemano tampoco sirve y lo
enajena de la misma manera que la condenación. El sentimiento viene solamente
de una objetividad sin prejuicios.
Esto parece similar a
un precepto científico. Y podría confundirse con una actitud mental puramente
intelectual. Pero lo que quiero decir es muy distinto. Es una cualidad humana.
Una especie de profundo respeto a los hechos -por el hombre que sufre por ellos
y por el predicamento de la vida de ese hombre. La persona verdaderamente
religiosa tiene esta actitud. Sabe que Dios ha hecho que suceden todo tipo de
cosas extrañas e inconcebibles y busca de las formas más curiosas entrar en el
corazón de un hombre. Así entonces, siente en todas las cosas la presencia de
la voluntad divina. Esto es de lo que hablo con objetividad sin prejuicios. Es
un logro moral de parte del doctor que no se ve repelido por la enfermedad
y la corrupción. No podemos cambiar nada si no lo aceptamos. La condenación no
libera. Oprime. Y yo soy el opresor de la persona que condeno -no su amigo o
par en su sufrimiento.
No quiero decir que
no debamos nunca de formar juicios cuando deseamos ayudar y mejorar. Pero, si
el doctor desea ayudar al ser humano, debe aceptarlo tal como es. Y sólo puede
hacer esto realmente si antes ya se ha visto y aceptado tal como es él mismo.
Tal vez esto suene simple, pero lo simple siempre es lo más difícil. En la vida
real, se requiere del más grande arte para ser simple. Y así, la aceptación propia
es la esencia del problema moral, y el examen crucial de la perspectiva que uno
tiene de la vida. Que yo alimente al mendicante, que perdone un insulto, que
ame al prójimo en el nombre de Cristo -todas estas cosas son sin duda grandes
virtudes. Lo que hago en contra del menor de mis prójimos lo hago también a
Cristo. ¿Pero qué si descubro que el menor entre todos ellos -el más pobre
de los mendigos, el más imprudente de todos los agresores, el
Demonio mismo- todos están dentro de mí? Y que yo mismo estoy en un
estado de necesidad de mi propia generosidad. Que yo mismo soy el enemigo que
debe ser amado. ¿Qué entonces?
Entonces, como regla,
toda la verdad del cristianismo se revierte. No se habla más de amor y largo
sufrimiento. Decimos al hermano dentro de nosotros: Rocca, y condenamos y nos
enfurecemos con nosotros mismos. Lo escondemos del mundo. Negamos haber
conocido a este que es menos entre lo más bajo de nosotros. Y si hubiera sido
Dios mismo quien se acercó a nosotros en una forma vil, también lo
habríamos negado mil veces antes de que un solo gallo cantara.
El último pasaje podría parecer
extraño, pero se refiere con claras analogías bíblicas a que justamente el
hombre integrado, que se acepta a sí mismo, también acepta todos los aspectos
negativos, diabólicos incluso, y siendo una imagen de la totalidad, acepta
también todos los crímenes y pecados de la humanidad. En alguna otra ocasión
Jung habló de cómo lo más preocupante no era que se hubiera producido una
persona como Hitler, sino que no fuéramos capaces de aceptar que nosotros
también tenemos esa parte maligna en nuestro interior -es esta fragmentación,
esta represión de la sombra, lo que genera violencia en el mundo.
(PIJAMASURF / 27-9-2017)
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