miércoles

JOSEPH CAMPBELL EL HÉROE DE LAS MIL CARAS (80)


6 / LA GRACIA ÚLTIMA (7)


La fábula más grandiosa de la búsqueda del elixir en Mesopotamia es la tradición prebíblica de Gilgamesh, un rey legendario de la ciudad sumeria de Erech, que fue a buscar la planta de la inmortalidad, llamada “Nunca envejece”. Después de que hubo pasado por los leones que guardaban el pie de las colinas y los hombres escorpiones que vigilaban las montañas que sostienen el cielo, llegó, en medio de las montañas, a un jardín paradisíaco de flores, frutas y piedras preciosas. Avanzó y llegó al mar que rodea el mundo. En una cueva, junto a las aguas, habitaba una manifestación de la diosa Ishtar, Siduri-Sabitu, y esta mujer, cubierta con un espeso velo, le cerró las puertas. Pero cuando el rey le contó su historia, lo admitió a su presencia y le aconsejó que no siguiera buscando, sino que, aprendiera y se contentara con los goces mortales de la vida.

Gilgamesh ¿por qué seguiste este camino?
La vida que buscas no la encontrarás jamás,
Cuando los dioses crearon al hombre
Pusieron la muerte sobre él
Y sostuvieron la vida en sus propias manos.
Llena tu vientre, Gilgamesh;
Disfruta día y noche;
Prepara para cada día un buen momento.
De día y noche sé ruidoso y alegre;
Deja que tus ropas sean hermosas,
Tus cabellos perfumados y tu cuerpo limpio.
Considera a la pequeña que toma tu mano,
Permite a tu esposa ser feliz sobre tu regazo. (159)

Pero Gilgamesh insistió y Siduri-Sabitu le dio permiso para pasar y le previno de los peligros del viaje.

La mujer le dijo que buscara al barquero Ursanapi, a quien encontró cortando madera en un bosque acompañado por un grupo de ayudantes. Gilgamesh hizo pedazos a los ayudantes (se les llaman “los que se alegran de vivir”, “los de piedra”), y el barquero consintió en llevarlo a través de las aguas de la muerte. Fue un viaje de mes y medio. Se advirtió al pasajero que no tocara las aguas.

La tierra lejana a la que se aproximaban era la residencia de Utnapishtim, el héroe del diluvio primordial, (160) que allí habitaba con su esposa en la paz inmortal. Desde lejos Utnapishtim vio aproximarse a la pequeña barca aislada en las aguas sin fin y su corazón reflexionó:

¿Por qué “los de piedra” no están en el bote.
y alguien que no es de mi servicio se acerca navegando?
Aquel que viene, ¿no es un hombre?

Gilgamseh, al bajar a tierra, tuvo que escuchar una larga relación de la historia del diluvio que le hizo el patriarca. Luego, Utnapishtim invitó a dormir a su visitante y este durmió seis días. Utnapishtim ordenó a su esposa que cociera siete panes y los colocó cerca de la cabeza de Gilgamesh y cuando despertó ordenó al barquero Ursanapi que le diera un baño a su huésped en cierta fuente y ropa limpia. Después de esto, Utnapishtim anunció a Gilgamesh el secreto de la planta.

Gilgamesh, algo secreto te he de revelar,
y te daré la instrucción:
Esa planta es como una zarza del campo,
su espina, como la de una rosa, te pinchará la mano.
Pero si tu mano alcanza esa planta,
habrás de regresar a tu tierra natal.

La planta crecía en el fondo del mar cósmico.

Urnasapi condujo de nuevo al héroe hacia las aguas. Gilgamesh ató unas piedras a sus pies y se sumergió. (161) Se hundió en las aguas, más allá de todo sufrimiento, mientras el barquero permanecía en el bote. Cuando Gilgamesh hubo alcanzado el fondo del mar sin fondo, arrancó la planta aunque mutiló su mano, soltó las piedras y subió a la superficie. Cuando hubo llegado y el barquero lo ayudó a subir al bote, anunció triunfante:

Urnasapì, esta es la planta única…
Con ella, el Hombre obtiene todo su vigor.
Volveré con ella a Erech, el país de los rebaños…
Su nombre es: “El hombre de edad rejuvenece.”
He de comerla para retornar a la condición de mi juventud.

Atravesaron el mar. Cuando llegaron a tierra, Gilgamesh se bañó en una poza de agua fresca y se acostó a descansar. Mientras dormía, una serpiente olfateó el maravilloso perfume de la planta, se le acercó y se la llevó. En cuanto la hubo comido, la serpiente mudó de piel y por lo tanto renovó su juventud. Cuando Gilgamesh despertó, se sentó a llorar “y las lágrimas corrieron por las paredes de su nariz.” (162)


Notas

(159) Este pasaje, que falta en la edición asiria asiria común de la leyenda, aparece en un texto babilónico fragmentario muy anterior (ver Bruno Miesnner, “Ein altababylonisches Fragment des Gilgamosepos”, Mitteilungen der Vordersaiatischen Geselleschaft, VII, 1; Berlín, 1902, p. 9). Se ha hecho notar frecuentemente que el consejo de la sibila es hedonístico, pero debe notarse también que el pasaje representa una prueba de iniciación y no la filosofía moral de los antiguos babilonios. Como en la India, siglos después, cuando un discípulo se acercaba a su maestro para preguntarle el secreto de la vida inmortal, se le recibía con una descripción de los júbilos de los morrales (Katha Upanishad, 1: 21, 23-25). Sólo si persistía era admitido en la siguiente iniciación.

(160) Prototipo babilonio del Noé de la Biblia.

(161) Aunque al héroe se le previno que no tocara estas aguas en el viaje de ida, puede ahora entrar en ellas con impunidad. Esta es una medida de la fuerza ganada por medio de su visita a los ancianos Señor y Señora de la Isla de la Eternidad. Utnapishtim-Noé, el héroe del diluvio, es una figura paterna arquetípica; su isla, el ombligo del mundo, es un anticipo de las posteriormente llamadas “Islas de los Benditos” de los griegos y romanos.

(162) Lo apuntado arriba se basa en el libro de P. Jensen, Assyrischbabylonische Mythem und Epen (Keinlinschriftliche Bibliothek, VI; Berlín, 1900), pp. 116-273. Los versos citados aparecen en las pp. 223, 251, 251-253. La versión de Jensen es versión línea por línea del principal de los textos existentes, una versión asiria de la biblioteca del rey Sardanápalo (668-626, a. c.). Fragmentos de una versión babilonia mucho más antigua (ver supra, p. 170) y un original sumerio todavía más antiguo (3er. Milenio a. c.) también han sido descubiertos y descifrados.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+