En las sociedades añosas hay que cambiarlo todo, desde los espacios
públicos hasta la forma de vivir, cree la fundadora del Instituto de
Envejecimiento de la Población de la Universidad de Oxford
La londinense Sarah Harper estudia la longevidad como desafío global.
Fundó el Instituto de Envejecimiento de la Población de la Universidad de
Oxford hace 21 años y ha creado una red de centenares de estudiosos que se
comunican desde distintos continentes para contemplar todos los ángulos
(demográficos, económicos, sociales) del envejecimiento masivo. Asesora al Gobierno
británico sobre cómo preparar a su país para afrontar que un 26% de su población supere los65 años en 2041. En España ocurrirá antes: ya en 2033 una de cada cuatro personas habrá pasado
esa barrera, asociada convencionalmente con la jubilación.
Recientemente compartió su extensa experiencia en la jornada de la Fundación
Ramón Areces El futuro del envejecimiento. Ha vivido en París y Chicago, pero su
casa está en Oxford. Quizá consciente de la discriminación que sufren los
mayores, se niega a revelar su edad.
¿Qué ocurre
en una sociedad envejecida como la nuestra?
Que los mayores
están sanos y además conocen a mucha gente de su edad que no ha muerto. Es un
buen momento para ser mayor en Europa. Pero lo que es importante es que los
jóvenes planeen cómo va a ser su vida. La mitad de los niños europeos cumplirán
100 años. Para estar sano y en forma a los 90 tienes que haberlo planeado
durante toda tu vida: hacer ejercicio, comer bien, no beber mucho, no fumar. Si
tienes 20 años probablemente no te jubilarás a los 60, vas a tener una vida
laboral muy diferente, probablemente nunca dejes de aprender. Vas a ir y venir
del trabajo. Nuestros abuelos y padres hacían lo mismo toda su vida, ya fuera
en la minería o la agricultura. Pero en el futuro no. Trabajarás, luego vas a
tener niños, y regresarás después al trabajo y luego te tomarás año sabático
para aprender y más tarde puede que tengas que cuidar de tus padres, volver al
trabajo... así será el futuro
¿Cuáles son los mayores
hallazgos en su investigación?
Trabajo para el
Gobierno para ver cómo se tiene que preparar para una población más envejecida
y lo más importante es que todo debe cambiar. La gente tiende a pensar
solamente en las pensiones y la salud pero no, hay que cambiarlo todo, los
lugares de trabajo, la educación, los entornos físicos. Muchos espacios
públicos no son seguros para los mayores porque pueden caerse y también la
iluminación es escasa, no se sienten seguros. Hemos de hacer que los espacios y
el transporte público sean buenos para todas las edades. Pero lo más importante
que he aprendido y eso lo he compartido con el Gobierno es que para envejecer
de una manera saludable tanto física como económicamente tienes que cambiar
muchísimas cosas de nuestra sociedad
¿Y qué hay que
cambiar?
La gente cuando
envejece y se encuentra bien quiere trabajar durante más tiempo. Lo que es
curioso es que a medida que nos hacemos más sanos rebajamos nuestra edad de
jubilación y ahora tienes a gente en perfecto estado de salud con 50 años que
deja de trabajar y tiene por delante 40 años sin hacer nada. Muchos encuentran
eso muy frustrante. Les preocupa perder poder adquisitivo y además quieren
contribuir a la sociedad, pero no hay un papel para ellos. Estamos ayudando a
las empresas a que entiendan que los mayores activos y en forma pueden trabajar
mucho más tiempo. Pero hay que cambiar la política de recursos humanos, porque
ellos tienen otras necesidades. Hemos de promover el trabajo flexible de tal manera
que la gente pueda trabajar a tiempo parcial. También hemos de cambiar
entornos. Decimos que si un hospital o una casa o un lugar de trabajo es
adecuado para las personas mayores es adecuado para todos.
¿Qué se debe hacer
con la vida familiar y el tiempo libre?
Creemos vivir en
una sociedad con las mismas instituciones del siglo XX, con aquellas mujeres
dedicadas las 24 horas a los niños y a los mayores. Esas mujeres ya no están
ahí, por lo tanto, tenemos que adaptar nuestras familias y nuestras casas. Dado
que las personas mayores viven mucho más tiempo y con mayor salud, a los 60 y
los 70 son cuidadores maravillosos. De manera que las mujeres que han trabajado
pueden llegar a esa edad y convertirse en cuidadoras si quieren.
Y también los
hombres, ¿no?
Claro. Los hombres
y las mujeres de 70 años pueden seguir trabajando o cuidar de otros, ser
voluntarios y constituyen recursos fantásticos para nuestra sociedad. Y una
cosa que estamos haciendo en el Reino Unido es redefinir la vejez. No llega en
un momento marcado por los años, a los 60 o 70. Todos somos personas activas
hasta que nos convertimos en frágiles y dependientes. Incluso hombres y mujeres
a los 90 años pueden vivir independientes y contribuir a la sociedad. Hay que
olvidarse de la edad. Habrá personas dependientes a los 60 o a los 70 pero
otros no lo serán hasta los 90 o hasta los 100. Ya no les van a decir cómo
comportarse a una determinada edad.
En España hay un
tema que preocupa mucho que es la soledad. Y en el Reino Unido tienen una secretaría
de Estado...
Yo creo que es
tremendo vivir en una sociedad en la que hay tantísima gente aislada y sola. No
pienso que las familias se hayan roto, cuidan unos de otros. Particularmente
los que tienen 40, 50 y 60 están cuidando de sus mayores. Lo que ocurre es que
vivimos en comunidades de vecinos separadas por edades, de gente de mediana
edad o de jóvenes universitarios, o de mayores, olvidando la importancia de
cuidarnos los unos a los otros. Me da mucha pena cuando oigo a ancianos decir
que tienen hijos pero que no les ven nunca. Hemos de tener un gran debate
europeo. En todas las edades hemos de cuidarnos entre nosotros.
¿Cuál sería la
situación ideal dentro de 30 años?
Sería maravilloso
si hemos construido una sociedad en la que gente de todas las edades pueda
vivir junta.
¿Está hablando
de cohousing [comunidades en las que un grupo de
personas conviven compartiendo espacios comunes]?
No, las personas no
desean renunciar a su independencia cuando llegan a ser mayores. Pero tenemos
la idea de que la gente de diferentes edades no quiere convivir. Es una
equivocación. Mis hijos se beneficiaron muchísimo cuando mi madre de 90 años
vino a vivir con nosotros. Las dos partes realmente aprendieron, mis hijos que
eran adolescentes o que estaban en los primeros 20 y ella que tenía 90. También
imagino una sociedad en la que la discriminación por edad no exista.
(El País España / 26-6-2019)
No hay comentarios:
Publicar un comentario