DECLARACIÓN DE LAS
CANCIONES QUE TRATAN DE LA MUY ÍNTIMA Y CALIFICADA UNIÓN Y TRANSFORMACIÓN DEL ALMA
EN DIOS, POR EL PADRE FRAY JUAN DE LA CRUZ, CARMELITA DESCALZO, A PETICIÓN DE
DOÑA ANA DE PEÑALOSA, COMPUESTAS EN LA ORACIÓN POR EL MISMO, AÑO DE 1584
Jesús,
María, José
PRÓLOGO
1 /
Alguna repugnancia he tenido, muy noble y devota señora, en declarar estas
cuatro canciones que Vuestra Merced me ha pedido, porque, por ser de cosas tan
interiores y espirituales, para las cuales comúnmente falta lenguaje (porque lo
espiritual excede al sentido), con dificultad se dice algo de la sustancia,
porque también se habla mal en las entrañas del espíritu; y, por el poco que
hay en mí, lo he diferido hasta ahora que el Señor parece que ha abierto un
poco de noticia y dado algún calor. Debe ser por el santo deseo que Vuestra Merced
tiene, que quizá, como se hicieron por su devoción, querrá Su Majestad que para
Vuestra Merced se declaren. Me he animado, sabiendo cierto que de mi cosecha nada
que haga el caso diré en nada, cuánto más en cosas tan subidas y sustanciales.
Por eso no será mío sino lo malo y errado que en ello hubiere; y por eso lo sujeto
todo al mejor parecer y al juicio de nuestra Madre la Iglesia Católica Romana,
con cuya regla nadie yerra. Y con este presupuesto, arrimándome a la Escritura
divina, y como se lleve entendido que todo lo que se dijere es tanto menos de
lo que allí hay como lo es lo pintado que lo vivo, me atreveré a decir lo que
supiere.
2 /
Y no hay que maravillar que haga Dios tan altas y extrañas mercedes a las almas
que Él da en regalar, porque si consideramos que es Dios, y que se las hace
como Dios y con infinito amor y bondad, no nos parecerá fuera de razón; pues Él
dijo que en el que le amase vendrían el Padre, Hijo y Espíritu Santo, y
harían morada en él (Io. 14,23), lo cual había de ser haciéndole a él vivir
y morar en el Padre, el Hijo y Espíritu Santo en vida de Dios, como da a
entender el alma en estas canciones.
3 /
Que, aunque en las canciones que arriba declaramos, hablamos del más perfecto
grado de perfección a que en esta vida se puede llegar, que es la
transformación en Dios, todavía estas canciones tratan del amor ya más
calificado y perfeccionado en ese mismo estado de transformación; porque, aunque
es verdad que lo que estas y aquellas dicen todo es un estado de transformación,
y no se puede pasar de allí en cuanto tal, pero puede con el tiempo y ejercicio
calificarse (como digo) y sustanciarse mucho más el amor; bien así como, aunque
habiendo entrado el fuego en el madero le tenga transformado en sí y está ya
unido con él, todavía, afervorándose más el fuego y dando más tiempo en él, se
pone mucho más candente e inflamado hasta centellear fuego de sí y llamear.
4 /
Y en este encendido grado se ha de entender que habla el alma aquí, ya tan transformada
y calificada interiormente en fuego de amor, que no sólo está unida en este
fuego, sino que hace ya viva llama en ella. Y ella así lo siente, y así lo dice
en estas canciones con íntima y delicada dulzura de amor, ardiendo en su llama,
encareciendo en estas canciones algunos efectos que hace en ella; las cuales
iré declarando por el orden que las demás: que las pondré primero juntas, y
luego, poniendo cada canción, la declararé brevemente, y después, poniendo cada
verso, lo declararé de por sí.
FRAY JUAN DE LA CRUZ,
Descalzo carmelita, Granada
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