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IRMA HOESLI - MOZART: LAS CARTAS DE UN GENIO DE LA MÚSICA (60)


LAS CARTAS DE MOZART COMO ESPEJO DE SU POSICIÓN FRENTE AL MUNDO

EL JUSTO MEDIO (4)


Mozart no necesita muchas palabras para acertar en lo esencial. Por más acerba que sea su crítica no se deja arrastrar a comentarios malignos. Como músico acabado define en tres palabras los componentes de una ejecución pianística: oficio, “sentimiento” y “gusto”.

El segundo juicio difiere sólo en la palabra “sensibilidad” del primero. Pero aquí “sensibilidad” es sinónimo de “sentimiento”:

Tiene mucha habilidad en la mano derecha -sus pasajes principales son las terceras-, por lo demás no tiene un kreutzer de sensibilidad ni gusto- un simple ejecutante mecánico. (1)

Algún tiempo más tarde Mozart advierte a su hermana sobre las sonatas de Clementi. Por tercera vez vuelve su juicio sobre el virtuoso:

Clementi, como todos los italianos, es un charlatán. Escribe presto y aun prestísimo y allá breve en una sonata y la ejecuta allegro en cuatro por cuatro. Lo sé porque se lo he escuchado a él. Lo que hace bien son los pasajes en tercera, pero para conseguirlo ha estado sudando día y noche en Londres; fuera de eso no tiene nada, absolutamente nada, el menor sentido de la interpretación y gusto, ni mucho menos de sensibilidad. (2)

La precisión, que no permite decir ni demasiado ni poco, caracteriza profundamente al estilo de Mozart. No nos llamaría la atención si se expresara con exageración en lo que se refiere a la admirada y amada, y muy dotada Aloysia Weber. Sin embargo, también aquí falta toda exageración ampulosa; Mozart se ciñe a la objetividad:

La copia de las arias tampoco ha de costarme mucho, pues me las ha copiado un cierto señor… Weber. Tiene una hija que canta muy bien y tiene una voz muy límpida y apenas 15 años. Sólo le falta saber actuar, después podrá hacer la prima donna en cualquier teatro. (3)

Encomia brevemente la escuela y los dones naturales de la muchacha, pero empequeñece su mérito al negarle desenvoltura dramática.

Entonces la señorita Weber cantó tres arias. No comentaré su canto, en una palabra: ¡excelente! (4)

El canto, que tanto entusiasma a Mozart, es elogiado al pasar y enseguida pasa a otros temas. Reina la discreción, así como en la composición de sus óperas es principio. Evita todos los defectos violentos y compone, para los momentos de mayor conmoción espiritual, la música más contenida. Donde un Wagner se desencadenaría patético, Mozart ordena a sotto voce.

Después que Aloysia ha cantado una de sus arias comunica a su padre:

…quisiera que usted hubiera oído mi nueva aria, de la que le hablé la vez pasada, cantada por ella. Por ella sigo porque está hecha para ella. Un hombre, que como usted sabe lo que es cantar con portamento, hubiera encontrado un placer completo en ello. (5)

Mozart no está simplemente arrebatado. Conserva la distancia para escribir, como un conocedor a otro conocedor. En forma parecida elogia otra vez, exclusivamente con términos técnicos:

…desearía que usted también la hubiera oído, tal como ella lo elabora (produziert) y cómo fue cantado, con esa limpieza en el gusto, piano y forte. (6)


Notas

(1) A su padre, Viena, 16-I-1782, II, 151.
(2) A su padre, Viena, 7-VI-1782, II, 205.
(3) A su padre, Mannheim, 17-I-1778, I, 366.
(4) A su padre, Mannheim, 4-II-1778, I, 382.
(5) A su padre, Mannheim, 7-III-1778, I, 431.
(6) A su padre, París, 24-III-1778, I, 437.

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