El hombre preciso en el momento indicado
Es posible detectar en la historia momentos en los cuales una suma de
circunstancias está anunciando que algo nuevo se va a producir, cuando todavía
no ha llegado. Como consecuencia, esta situación de víspera se advierte cuando
lo inédito ocurre y la víspera cumple su anuncio. De modo que la novedad
ilumina, como si retrocediera, el momento previo a su llegada. Es decir, la
inminencia que preludiaba, de manera oculta, su venida.
En el orden de la música, la obra de Beethoven es conclusión y desarrollo
de lo que Mozart no pudo terminar por su temprana muerte. ¿Cómo no asociar al
Réquiem y su dramático comienzo en re menor al inicio de la Novena Sinfonía? ¡Cuánto
de beethoveniano “avant la lettre” asoma en los conciertos para piano en do y
re menor de Mozart!
El maestro Carlos Vega en “Estudios para los orígenes del tango argentino”,
según la edición preparada por Coriún Aharonián, examina el ascenso de Gardel a
la universalidad desde sus orígenes, considerando los “antecedentes, la época y
la circunstancia de su florecimiento”.
Afiliado a la tesis de la nacionalidad francesa del cantor supone que como cantante
primerizo -virtud que supone por la precocidad que adorna a todos los dotados-
absorbe los estímulos del entorno bonaerense. Señala varios hechos: el
centenario de 1910, la reacción nacionalista ante el peso de la inmigración. En
el inventario de hechos que es preciso tener en cuenta no omite el “Martín
Fierro” de José Hernández. Siguen los distintos textos que conciernen a la
figura recurrente y arquetípica del gaucho perseguido: la novela “Juan Moreira”
de Eduardo Gutiérrez que se proyecta hacia el teatro bajo el mismo nombre, con
el baile del Pericón incluido. Agrega que muchos otros gauchos valientes y
acosados, invaden los escenarios y el picadero del circo. Se suman las
sociedades nativistas con “El fogón” de Montevideo (“a la cabeza”, acota Vega,
reconociendo la importancia de la institución), la lista de esos personajes
criollos es larga pero es imposible omitir el “Santos Vega” de Rafael Obligado.
Gardel en el Mercado del Abasto (“o en otro cualquiera del Plata”, agrega
Vega), la valentía de los gauchos revivía en los “guapos” de la orilla, la
forma poética de la décima se escuchaba en los estilos, las payadas se dirimían
cantando o con cuchillos (la muerte del negro en el “Martín Fierro” es ejemplo
de ello) y el repertorio musical se expandía hacia zambas, vidalitas, cifras.
Gardel cantó esas especies como es notorio en las grabaciones del dúo que
hizo con José Razzano o en el cuarteto previo con Salinas y Martino. Pero
también como solista y lo hizo como nadie. Se vistió de gaucho para satisfacer
fuera de fronteras el lugar común del pintoresquismo y en las orillas del Río
de la Plata porque la emblemática figura del jinete no ha dejado de galopar
desde los tiempos de la Independencia.
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