HUXLEY ESTUDIÓ PROFUNDAMENTE LAS EXPERIENCIAS
VISIONARIAS, TANTO AQUELLAS PROVOCADAS POR DROGAS COMO AQUELLAS PRODUCIDAS POR
MEDIOS COMO EL AYUNO, LA RESPIRACIÓN, LA LUZ, LA OSCURIDAD Y DEMÁS PRÁCTICAS
ASCÉTICAS
En Cielo e Infierno,
el ensayo que sirvió como epílogo al famoso recuento de sus experiencias
con mezcalina, Las puertas de la percepción, Aldous Huxley hace lo
que puede considerarse una historia de la experiencia visionaria. Habiendo
antes ya narrado sus propias experiencias psicodélicas y esbozado una teoría de
cómo las drogas psicodélicas permiten visiones místicas a través de la
"válvula reductora del cerebro" en el primer texto (ambos utilizan
títulos tomados de la obra de William Blake), Huxley pasa a analizar toda una
serie de alternativas que han sido utilizadas a lo largo de la historia para
alcanzar estados alterados de conciencia, ya sea como parte de una experiencia
estética o de una búsqueda espiritual. Huxley explica que:
intrusiones
similarmente biológicamente inútiles, pero estética y a veces espiritualmente
valiosas, pueden ocurrir como resultado de la fatiga o la enfermedad; o pueden
ser inducidas a través del ayuno o por un período de confinamiento en la
oscuridad y completo silencio.
La tesis esencial es que al cielo y el
infierno puede accederse a través de las puertas de la percepción, que son
manipuladas ya sea por técnicas ascéticas o por la misma tecnología y el arte
(todo lo cual produce efectos químicos en el cuerpo).
A continuación enlistamos los distintos
métodos usados históricamente para alcanzar experiencias visionarias que son
citados por Huxley:
Oscuridad / privación
sensorial
Antes de que John Lilly inventara el
tanque de aislamiento sensorial, también conocido como flotario, Huxley ya
había notado que desde tiempos inmemoriales el ser humano se había sometido a:
ambientes
restringidos, en los que no hay luz, sonido u olores, y, si pones a alguien en
un baño tibio con sólo una cosa casi imperceptible que pueda tocar, la víctima
pronto empezará a 'ver cosas', 'escuchar cosas' y tener extrañas sensaciones
corporales.
Huxley sostiene que el gran yogui
tibetano Milarepa en las cuevas de los Himalayas o los anacoretas cristianos
siguieron este procedimiento. Hay que mencionar que en el caso del budismo tibetano
existe toda una tradición contemplativa de retiros en la oscuridad,
particularmente importante en las prácticas avanzadas del dzogchén, en las
que se busca establecer la visión de la luz clara. La ciencia moderna ha
descubierto que pasar tiempo en la oscuridad tiene efectos en la producción de
distintas hormonas y neurotransmisores, y se ha postulado la hipótesis de que
pasar semanas en la oscuridad total podría ser una forma de producir DMT
endógeno (el DMT es una molécula psicodélica que se produce en la glándula
pineal y en numerosas plantas y animales).
Mortificaciones / austeridades
La mortificación o austeridad es, sin
duda, uno de los caminos regios de la experiencia místico-visionaria.
Particularmente en la India, agrupada bajo el término sánscrito tapas,
existe toda una serie de procedimientos de austeridad ligados a prácticas
contemplativas y yóguicas que son poderosos catalizadores de visiones místicas
y de prácticas de purificación que pueden llevar al conocimiento de lo
divino.
Huxley también cita las mortificaciones
que se autoinfligían algunas órdenes monásticas cristianas. "Su castigo
autoinfligido bien podría ser la puerta al paraíso (pero también... la puerta a
la regiones infernales)", señala. Y dice también:
La mortificación del
cuerpo puede producir una hueste de síntomas mentales indeseables, pero también
puede ser la puerta a un mundo trascendental del ser, la sabiduría y la dicha.
Es por esto que, pese a algunas claras desventajas, todos los aspirantes a la
vida espiritual han, en el pasado, llevado a cabo regulares procesos de
mortificación corporal.
Y en esto podemos incluir por supuesto
al mismo Gautama Buda, quien, aunque en su doctrina no defendía la
mortificación extrema sino un camino medio, también tuvo un profundo
entrenamiento en el tapas o austeridad, después de salir del
palacio de placeres de su padre.
Ayunos
Ligado a la práctica anterior, los
ayunos han sido históricamente usados por diferentes religiones para purificar
el cuerpo-mente y alcanzar la percepción divina. Aquí se mezclan las
transformación psicofísicas del ayuno con el ardor devocional (que, a su vez,
también transforma la conciencia). El ayuno se convierte en sadhana y
en ofrenda a lo divino; el practicante deja de identificarse con su cuerpo para
poder dar paso al éxtasis. Huxley señala que en el pasado incluso existían
ayunos involuntarios, como ocurría en los inviernos medievales, y que al privar
de ciertos nutrientes al cuerpo, el cerebro llegaba a producir visiones y
estados que oscilaban entre la alegría y la depresión.
También debe mencionarse de manera
adicional las mortificaciones, las prácticas de insomnio voluntario y de largos
períodos de oración como métodos extáticos.
Joyas
Huxley escribe que lo primordial en la
experiencia visionaria es la "experiencia de la luz". Esto es lo que
ha hecho que las joyas, las gemas, las piedras preciosas y los metales
brillantes se tengan en tanta estima, más allá de una economía terrenal, como
pasajes y atisbos de mundos celestiales. Así tenemos las grandes visiones
místicas donde nunca faltan palacios y templos adornados por las más preciosas
joyas: zafiro, rubí, lapislázuli, esmeralda, oro, ópalo. Y no sólo palacios o
templos; también árboles enjoyados (tan frecuentes en el budismo), ciudades
todas cubiertas de esmeralda y oro (que son tan usuales en el misticismo
islámico) o la tierra misma tapizada de joyas resplandecientes, como el mismo
Platón narra. Las joyas son transparencias, translumbramientos que revelan un
estado primordial de iluminación y participación con lo divino.
La contemplación de
obras de arte
Huxley hace especial énfasis en los
efectos visionarios del arte, particularmente de la pintura y de la
arquitectura religiosa, ya sean las catedrales góticas, las mezquitas
musulmanas o los templos budistas, entre otros. "En el reino del arte,
encontramos ciertas obras, incluso ciertas clases de obras, en que el mismo
poder de transportar [la conciencia] se manifiesta", escribe Huxley.
Asimismo, apunta:
El mejor arte que
induce a la visión es aquel producido por mujeres y hombres que ellos mismos
han tenido la experiencia visionaria; pero es razonablemente posible para
cualquier artista de cierta calidad, simplemente siguiendo una receta aprobada,
con la cual se pueden crear obras que tienen este poder transportador.
Huxley cita, entre otros artistas
visionarios, a Caravaggio, Andrea del Castagno, Goya, Rembrandt, Georges de la
Tour, Fra Angelico o William Blake. Y hace una mención especial de los paisajes
zen. Señala que los paisajes que más permiten el vuelo místico de la
imaginación son aquellos que representan objetos naturales distantes, y
aquellos que lo hacen de manera muy cercana. Los primeros nos dan una sensación
de inmensidad y de fusión con la totalidad; los segundos nos hacen ver la
intrincada belleza del microcosmos. Agrega también que aunque en la India no
existe un equivalente al paisajismo, su música y poesía tienen una cualidad
intoxicante, al igual que la poesía y la música sufí de Medio Oriente.
Carbógeno
Huxley cita la llamada mezcla de
Meduna, una preparación de siete partes de oxígeno y tres partes de dióxido de
carbono que produce en aquellos que la inhalan un efecto psicoactivo,
marcado por visuales internos y patrones de color. Algunas personas sostienen
tener flashbacks intensos de eventos pasados, y por lo tanto
esto fue utilizado como un agente terapéutico. Huxley sostiene que aquí se
encuentra parte de lo racional que permite a los yoguis tener experiencias
visionarias manipulando el prana o aliento vital, generalmente
suspendiendo el aire prolongadamente. Actualmente existen técnicas, como la
respiración holotrópica, que se sirven de la hiperventilación y de
diversas técnicas de manipulación de la respiración. La base de todo esto puede
encontrarse en el viejo adagio yóguico de que el aliento es el caballo
que monta la mente.
Lámparas
estroboscópicas
Escribiendo en 1956, Huxley elogia la
experiencia de sentarse con los ojos cerrados ante una lámpara estroboscópica,
la cual emite luz en ciertos patrones. Esta técnica ha evolucionado
enormemente, pasando desde "la máquina de los sueños" de Brion Gysin
y William Burroughs hasta aparatos de última generación de estimulación fótica
y sonora que producen un efecto de entrainment de las ondas
cerebrales.
Fuegos artificiales y
procesiones públicas de alta pompa
Aunque para la mente moderna los fuegos
artificiales son meras distracciones, en su momento estas manifestaciones de
pirotecnia, estallidos de colores en el cielo, fueron tenidos como experiencias
mágicas y transportadoras. Igualmente los desfiles o espectáculos públicos,
usados lo mismo como instrumentos públicos que como fastuosos despliegues
visionarios. "Las coronas, tiaras, la joyería, las sedas, terciopelos,
satines, los uniformes brillantes y las vestimentas, las cruces, las medallas,
las espadas... los plumajes, los sombreros", según Huxley, con sus
"propiedades que inducían visiones", tenían la función no sólo
de dominar e impresionar sino de crear una seducción divina ligada al poder.
(PSICONÁUTICA / PIJAMASURF / 8-2-2017)
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