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IRMA HOESLI - MOZART: LAS CARTAS DE UN GENIO DE LA MÚSICA (57)


LAS CARTAS DE MOZART COMO ESPEJO DE SU POSICIÓN FRENTE AL MUNDO (2)

EL JUSTO MEDIO (1)

Busoni no sabe cómo encomiar la mesura clásica de Mozart. Busca nuevas formas para expresar con justicia la magnitud de este fenómeno estilístico.

“No comete temeridades.”

“Posee extraordinaria riqueza de medios, pero no se malgasta.”

“Sabe decir mucho, pero nunca dice demasiado.”

“Es apasionado, pero guarda las formas caballerescas.” (1)

La disciplina moderada no se manifiesta solamente en la música mozartiana. Es el signo de todo su ser. Las cartas lo testimonian. Su estilo se diferencia fundamentalmente del arranque patético de un Beethoven, cuyas cartas elegimos para comparar:

El pecho está lleno de muchas cosas para decirte. -Ay- hay momentos en que me parece que el idioma no es nada. (2)

Sufres. Ay, donde estoy yo, estás tú conmigo; contigo y conmigo hablo. ¡Haz que pueda vivir contigo! ¡Qué vida!!!, ¡así ¡!!, sin ti, perseguido por la bondad de la gente aquí y allá, que creo desear ganar tan poco, como a ellos mismos. Humillación del hombre por el hombre, ello me duele. Y cuando me contemplo en relación con el Universo, qué soy yo y qué es Aquel, ¡a quién llaman el Más Grande! Y, sin embargo, también en esto aparece lo divino en lo humano. Ay, Dios, ¡tan cercano!, ¡tan lejano! ¿No es un edificio celeste nuestro amor?, tan fuerte, como los fuertes del cielo. (3)

Tu amor me hace el más feliz de los hombres y el más infeliz al mismo tiempo. A mis años necesitaría alguna uniformidad alguna igualdad de la vida… Estate tranquila, ¡ámame! ¡Hoy, ayer, qué ansia mojada en lágrimas de ti, de ti, de ti, mi vida, mi todo! (4)

Se suceden los signos de admiración que no demuestran nada más que el desmayo desamparado, la necesidad de constreñir en una forma la supremacía de los sentimientos. Tres y cuatro signos de admiración después de cada frase sin sentido propio. Los guiones representan la resignación ante la impotencia del lenguaje. Es evidente que este expresa demasiado poco. Comparaciones exageradas, “como los fuertes del cielo”, tratan de dar la medida de su amor. Para el estilo de los Stürmer und Dränger tales citas son ejemplares. Son característicos los vuelcos de uno a otro extremo: “tu amor me hace el más feliz de los hombres y el más infeliz al mismo tiempo. A mis años necesitaría alguna uniformidad, alguna igualdad de la vida”, Beethoven ansía un equilibrio que Mozart posee gracias al dominio adquirido. Este es bien consciente de tal ventaja:

…hasta el presente no hemos sido nunca felices o infelices, ni lo somos, por lo que doy gracias a Dios. (5)


Notas

(1) Busoni, Von der Einheit der Musik, Berlín, 1922.
(2) Beethoven a ?, Teplitz, 6-VII-1812, pág. 87.
(3) Beethoven a ?. Teplitz, 6-VII-1812, pág. 87.
(4) Beethoven a ?, Teplitz, 7-VII-1812, pág. 88-89.
(5) A su padre, Mannheim, 29-XI-1777, I, 313.

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