domingo

IRMA HOESLI - MOZART: LAS CARTAS DE UN GENIO DE LA MÚSICA (42)


LAS CARTAS DE MOZART COMO ESPEJO DE SU POSICIÓN FRENTE AL MUNDO (2)

REALISMO (16)

AUTOPRESERVACIÓN (3)

Sea cual fuere la interpretación que Busoni quiere darle al aforismo, para nuestra relación tiene validez literal, es decir, que Mozart concede a su fe una armonía, necesaria para su creación musical.

…lamento de todo corazón la larga enfermedad que sufre la señorita Marta y que debe sobrellevar con paciencia. Espero que con la ayuda de Dios ha de sanar, y si no, no hay que entristecerse demasiado, pues el deseo de Dios es siempre el mejor y Dios seguramente sabe mejor si es mejor que esté en este mundo o en el otro… (1)

Estas palabras del muchacho de 14 años con testimonio quizá inconsciente de su propia defensa frente al destino. Cuando el ser humano desfallece hay que desterrar las cavilaciones y las penas. Si añora el pasado o teme por un futuro incierto pierde la sensibilidad de actuar en el presente.

En forma análoga escribe a su padre ocho años más tarde, poco después de la muerte de su madre:

…no digo esto porque mi madre esté por morir o deba morir, que toda esperanza esté perdida; ella puede sanar nuevamente, pero solamente si Dios lo quiere… Ahora otra cosa, dejemos estos tristes pensamientos, tengamos esperanzas, pero no demasiadas. Pongamos nuestra confianza en Dios y consolémonos con este pensamiento que todo anda bien si va de acuerdo con el deseo de Todopoderoso… (2)

Inequívocamente Mozart se preserva a sí mismo. Quiere desprenderse de los pensamientos fúnebres. Esto le es posible por su fe fatalista de que Dios quiere lo bueno.

En Manhheim espera infructuosamente un empleo del elector. Después de la negativa, trata de consolar a su padre:

…le ruego por lo que más quiera que no se mortifique por esto, Dios lo ha querido así. Piense usted en esta verdad cierta, que no se puede hacer todo lo que se desea. A menudo pensamos que esto sería muy bueno y aquello sería muy malo y desagradable, y, si ocurriera. Muchas veces sabríamos que es el revés. (3)

La sencilla sumisión al deseo divino se legitima al reflexionar que la opinión humana sobre lo que es bueno o malo no puede ser nunca terminante.

Antes de recibir la contestación del elector, Mozart se tranquiliza con las siguientes palabras:

Ahora dejemos esto como está y como ha de ser. De qué nos sirven las conjeturas superfluas, lo que ha de suceder no lo sabemos, ¡ha de ocurrir lo que Dios quiera! (4)

¡Pongámonos en la mano de Dios! Las disquisiciones dispersan nuestras fuerzas, las que podemos aprovechar mejor en la creación o en el trabajo.


Notas

(1) A su madre, Bolonia, 29-IX-1770, I, 83.
(2) A su padre, París, 3-VII-1778, I, 482.
(3) A su padre, Mannheim, 10-VII-1777, I, 332.
(4) A su padre, Mannheim, 26-XI-1777, I, 309.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+