LAS CARTAS DE MOZART COMO ESPEJO DE SU POSICIÓN FRENTE AL MUNDO (2)
REALISMO
(16)
AUTOPRESERVACIÓN (3)
Sea cual fuere la
interpretación que Busoni quiere darle al aforismo, para nuestra relación tiene
validez literal, es decir, que Mozart concede a su fe una armonía, necesaria
para su creación musical.
…lamento
de todo corazón la larga enfermedad que sufre la señorita Marta y que debe sobrellevar
con paciencia. Espero que con la ayuda de Dios ha de sanar, y si no, no hay que
entristecerse demasiado, pues el deseo de Dios es siempre el mejor y Dios
seguramente sabe mejor si es mejor que esté en este mundo o en el otro… (1)
Estas palabras del
muchacho de 14 años con testimonio quizá inconsciente de su propia defensa
frente al destino. Cuando el ser humano desfallece hay que desterrar las
cavilaciones y las penas. Si añora el pasado o teme por un futuro incierto
pierde la sensibilidad de actuar en el presente.
En forma análoga escribe
a su padre ocho años más tarde, poco después de la muerte de su madre:
…no
digo esto porque mi madre esté por morir o deba morir, que toda esperanza esté
perdida; ella puede sanar nuevamente, pero solamente si Dios lo quiere… Ahora
otra cosa, dejemos estos tristes pensamientos, tengamos esperanzas, pero no
demasiadas. Pongamos nuestra confianza en Dios y consolémonos con este
pensamiento que todo anda bien si va de acuerdo con el deseo de Todopoderoso… (2)
Inequívocamente Mozart se
preserva a sí mismo. Quiere desprenderse de los pensamientos fúnebres. Esto le
es posible por su fe fatalista de que Dios quiere lo bueno.
En Manhheim espera
infructuosamente un empleo del elector. Después de la negativa, trata de
consolar a su padre:
…le
ruego por lo que más quiera que no se mortifique por esto, Dios lo ha querido
así. Piense usted en esta verdad cierta, que no se puede hacer todo lo que se
desea. A menudo pensamos que esto sería muy bueno y aquello sería muy malo y
desagradable, y, si ocurriera. Muchas veces sabríamos que es el revés. (3)
La sencilla sumisión al
deseo divino se legitima al reflexionar que la opinión humana sobre lo que es
bueno o malo no puede ser nunca terminante.
Antes de recibir la
contestación del elector, Mozart se tranquiliza con las siguientes palabras:
Ahora
dejemos esto como está y como ha de ser. De qué nos sirven las conjeturas
superfluas, lo que ha de suceder no lo sabemos, ¡ha de ocurrir lo que Dios
quiera! (4)
¡Pongámonos en la mano de
Dios! Las disquisiciones dispersan nuestras fuerzas, las que podemos aprovechar
mejor en la creación o en el trabajo.
Notas
(1) A su madre, Bolonia,
29-IX-1770, I, 83.
(2) A su padre, París,
3-VII-1778, I, 482.
(3) A su padre, Mannheim,
10-VII-1777, I, 332.
(4) A su padre, Mannheim,
26-XI-1777, I, 309.
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