UN ATLETISMO AFECTIVO (3)
Ya hemos dicho que hay
seis combinaciones principales de la respiración:
NEUTRA MASCULINA FEMENINA
NEUTRA FEMENINA MASCULINA
MASCULINA NEUTRA FEMENINA
FEMENINA NEUTRA MASCULINA
MASCULINA FEMENINA NEUTRA
FEMENINA MASCULINA NEUTRA
Y un séptimo estado más
allá de la respiración; y que por la puerta de la Guna superior, el estado de
Sattva, une lo manifiesto a lo no manifiesto.
Y si alguien pretende que
el actor no es esencialmente un metafísico, y no ha de preocuparse por este
séptimo estado, le responderemos que según nuestra opinión, y aunque el teatro
sea el símbolo perfecto y más completo de la manifestación universal, el actor
lleva en sí el principio de ese séptimo estado, de ese camino de sangre por el
que entra en todos los otros, toda vez que sus órganos en potencia despiertan
de su sueño.
Es cierto que la mayoría
de las veces el instituto compensa la ausencia de una idea que no puede
definirse; y no es necesario caer desde tan alto para emerger entre esas
mediocres pasiones que colman el teatro contemporáneo. Además, el sistema de
respiraciones no ha sido inventado para producir pasiones mediocres. Y
ejercicios repetidos de respiración, intensamente practicados, no nos preparan
para una para una declaración de amor adúltero.
Una emisión del aliento
repetida siete y doce veces nos prepara para gestos de cualidad sutil, para
desesperadas reivindicaciones del alma.
Y a esta respiración la
localizamos, la superamos en estados de contracción y liberación combinados.
Nos servimos de nuestro cuerpo como de una criba por donde pasan la voluntad y
el relajamiento de la voluntad.
El tiempo del pensamiento
voluntario proyecta un tiempo macho, seguido sin transición demasiado aparente
por un tiempo femenino prolongado. El tiempo del pensamiento no involuntario, e
incluso del no-pensamiento se expresa como un fatigado aliento femenino que nos
llega como una tibia vaharada de sótano, un aire húmedo de bosque, y en el mismo
tiempo prolongado exhalamos pesadamente; sin embargo, los músculos de todo
nuestro cuerpo, que vibran en áreas, no han dejado de funcionar.
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