por Mercedes Arancibia
Fundadora en febrero de 2016, con su
colega Saliha Marie Fetteh, profesora de árabe en la
Universidad de Copenhague, de la mezquita Mariam de la capital
danesa, la primera reservada para las mujeres, Sherin
Khankan, de 43 años, es la primera mujer imán de Dinamarca,
donde ya existen otras tres.
Hija de una enfermera inmigrante finlandesa cristiana y de un refugiado
político sirio musulmán, opositor al régimen de Bacher El-Hassad, un
intelectual que se declara feminista y llegó al país nórdico hace medio siglo,
Sherin Khankan nació en Dinamarca en 1974 y tiene un máster en sociología de
las religiones y filosofía de la Universidad de Copenhague.
A los 19 años descubrió el sufismo,
se convirtió y viajó a Egipto y Siria para estudiar el Islam. De regreso a
Dinamarca, a los 27 fundó el Forum de los musulmanes
críticos y ahora dirige la primera mezquita escandinava: “Mucha
gente no sabe que en China existen mujeres imanes desde 1820”. Y también en
Canadá, Los Angeles y Sudáfrica, aunque lo cierto es que son muy pocas. Según
la BBC, en 2016 Sherin Khankan formaba parte de la lista de “las 100 mujeres
más influyentes del mundo”. “Nada en el Corán -repite- prohíbe que una mujer
sea Imán
La mezquita Mariam se encuentra en un edificio amarillo de la calle
peatonal Købmagergade, la principal arteria comercial de Copenhague. Encima de
un restaurante de una cadena de “fast-food”, en la primera planta, una puerta
con un folio clavado: “Por favor, quiténse los zapatos”.
Por encima de todo, esta mujer imán quiere “contestar las
interpretaciones patriarcales del Islam, demostrando que es posible practicarlo
y al mismo tiempo ser miembro de una sociedad democrática”. Sherin Khankan
celebra matrimonios entre personas de distintas confesiones; sus contratos
matrimoniales prohíben la poligamia y la violencia conyugal y reconocen el
derecho de las mujeres al divorcio.
Madre de cinco hijos, Sherin Khankan, quien solo lleva el velo para
rezar, se define como una líder religiosa moderna y flexible. Desde hace años
participa en un circuito de intelectuales y universitarios que defienden un
“feminismo islámico”, predican una relectura del Corán y militan por la
igualdad de los sexos.
“Si a una mujer su marido, su hermano
o su padre, la obliga a llevar el velo, yo pelearé para que se lo pueda quitar.
Pero si lo hace porque quiere, hay que respetarlo”, ha dicho a la
periodista Nathalie Funès, de L’Obs. “Pedir a una musulmana que se quite el velo es
una violación de su identidad”.
En 2002 dimitió del Partido
Social-Liberal danés tras negarse a firmar una resolución condenando la charia.
Por lo demás, lleva una vida de danesa típica. Vive en un pueblo de pescadores,
a media hora en coche de Copenhague, con su marido, médico de origen
paquistaní, y sus cuatro hijos de 5 a 12 años, y trabaja como responsable de la
asociación Exitcirklen de ayuda a mujeres
víctimas de violencia psicológica.
En Dinamarca vive una comunidad musulmana estimada en cerca de 270 000
personas, procedentes de Turquía, Irak, Líbano, Siria y Pakistán.
Para Saer el-Jaichi, profesor de Estudios Islámicos en la
facultad de Humanidades de Copenhague, “Sherin Khankan encarna esta nueva élite
del Islam occidentalizado. En Estados Unidos y en Europa se ven cada vez más
mujeres que, como ella, están perfectamente integradas y son a la vez
practicantes. Molestan igualmente a los islamófobos y a los radicales, porque
dan una nueva visión de la identidad musulmana”.
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