MANDRÁGORA
Umbral escrito en salmos
I
Yo no sabía que la voz del profeta
se teje con el beso de Judas
Yo no sabía que el profeta
carga una cruz de palabras
Yo no sabía que tras el poema
se ilumina la memoria
II
He desenterrado las imágenes de tu cuerpo:
salíferas derramadas
sobre la raicilla de un beso:
barcos surcando las venas
III
Llama es la vida
y cirios nuestros cuerpos que se desgastan.
José Emilio Pacheco
Luz pétrea
nace en los escombros
de mi garganta
deambula calles en insomnio
tiene sed
sed de olvido en boca sin sarna
La grieta del poema
escalda mi lengua
y la llama de un cirio
ilumina al zopilote
que aguarda el vino dulce de la muerte
IV
Un daguerrotipo atrapa
el movimiento:
noble transparencia enferma
que olvida las cartas que escribí en el puerto
aquella tarde agónica
donde el sol anunciaba
suicidio
V
Esta soledad
es parecida a un árbol
olvidado por nubes de alondras
Desde aquel árbol
desde la torre más derrumbada
salta mi corazón
y se descalabra
con tu ausencia
mi tumba
será de pétalos de obsidiana
VI
La verdad es que ya estaba muerto
sólo faltaba que me dictaran
las palabras que galopan la lluvia
en el desierto de la vida
Valle de pájaros
I
Me sacudo el olvido
y monto mi bicicleta mohosa
esquivo huellas de pájaros
En nuestra alma
explotan los pasos que dimos
II
Caen gotas de viento
que apaciguan el sonido del cobre
Corto madera en trozos esqueléticos
y alimento al fuego
Saco filo al vocablo
desgajo el camino
que no termina de nacer
A la tradición de nuestros padres
le incrustaron dientes descompuestos
por el ácido
que emiten rituales de tono infértil
Caen las semanas olor a metal
y las cuerdas del violín zumban
III
Espejos cuarteados
reflejan el rostro del insomnio
aire seco donde duermen los pasos
En la oscuridad
la diosa del suicidio
pregunta:
¿Los sonidos son transitorios
el silencio es eterno
con los oídos de la muerte?
Es inútil
no puedo caminar sobre la noche
Soy un hombre de poca fe
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