domingo

LA ¿ÚLTIMA? ENTREVISTA A LUCA PRODAN



por Silvio Botta

(Esta entrevista a Luca Prodan fue realizada el día 26 de noviembre de 1987 junto al locutor Guillermo Marcello)
  
Corría el año 1987, por ese entonces yo trabajaba en la Universidad de Buenos Aires, en Exactas precisamente. Al mismo tiempo, teníamos un programa de radio con Guillermo Marcello (hoy director de Derechos Humanos del Municipio de Morón) que se llamaba RadioKonga en FM En Tránsito de Castelar que salía los viernes a las 20 hs. Eran épocas de surgimientos de radios alternativas, de bajas potencias, barriales o truchas directamente, para su denominación popular.



Los sábados me juntaba en un taller de la calle La Rioja en Capital Federal y participaba en unos encuentros de Rock Nacional dictados por el periodista Gustavo LLadós.

En una de esas charlas que se hizo en la facultad de Ciencias Económicas, hubo muchos músicos invitados para tratar la problemática del rock en la época de la dictadura. Para sorpresa de muchos apareció Luca Prodan, el mítico cantante de Sumo, y se sentó en el panel cerca de Patricia Sosa (en ese momento cantante de La Torre). Como podrán imaginar… el debate terminó en cualquiera.

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Me acerco a Jorge Crespo -manager de Sumo- y le pido el teléfono para una entrevista con Luca. A los pocos días, el 27 de noviembre de ese año, el cantante de Sumo nos recibe en una casa antigua cerca de la Plaza de Mayo, para hacer la nota.
 
La Previa

Con Guillermo preparamos preguntas, un grabador con dos cassetes y yo le pido prestada la máquina de fotos a mi viejo (la cual no sabía manejar, con un curso corto que ni escuché y recomendaciones de todo tipo) Miguel, que era fotógrafo profesional; entregó su bien más preciado.


Llegamos a la estación de Morón y en el andén encontramos a un amigo del Barrio Luz y Fuerza de Morón Sur, Marcelo 'Karina' Priarone (hoy abogado y representante de todos nosotros, cuando tenemos problemas judiciales). Marcelo Priarone se iba a estudiar al ciclo básico de la UBA en la sede de la calle Drago y le dijimos que íbamos a hacerle una nota al Pelado. No dudó un instante. Su alma de rocker pudo más que su vocación y siguió de largo con nosotros hasta Once en lugar de bajar en Liniers. Compramos un rollo de fotos en la Plaza de Miserere y de ahí derechito a la calle Alsina 451.
El encuentro con Luca

Antes de llegar y buscando la dirección encontramos al ‘Pelado’ en la puerta de la casa, que despedía a dos chicos que también le habían hecho una nota. Nos presentamos y lo primero que disparo Luca fue, Ustedes no son caretas, vamos al bar a tomar algo.
  
A tres puertas de la casa entramos a un bar de mala muerte, Luca pidió una cerveza para nosotros y él dio la vuelta al mostrador y se sirvió una ginebra de la heladera.
Los parroquianos lo saludaron y le hacían chistes. Quizás no era gente que lo conocía como cantante de Sumo pero les caía simpático ese tipo medio chiflado, recuerda Guillermo Marcello a 20 años de ese reportaje. Después de estar un rato largo, el pelado nos invita a su casa y subimos unas escaleras en caracol de mármol. El Pelado contó que esa casa tenía una historia muy rara, de fantasmas de la época de la mazorca* y que escuchaba los gritos evocados por los opositores a Rozas, nos dice el actual secretario de Derechos Humanos de Morón, mientras que nuestro actual representante legal, Marcelo Priarone, recuerda que esa casa era como un conventillo muy viejo y desprolijo.
  
La Nota


Aparecimos en un patio largo, con las habitaciones a los costados, entramos a un cuarto alfombrado, desordenado, despintado, sucio y ahí hicimos la entrevista.



La primera pregunta la disparó Guillermo Marcello:



-Luca ¿Vos sos loco o te hacés?



-Eso de si sos loco o no. Para mucha gente Galtieri no era un loco en un momento y de repente todos dijeron que era muy loco, porque fracasó (risas). Yo soy yo, y chau. Hay mucha gente que se busca a sí mismo, yo supe siempre quien era. Entonces no sé si eso es una locura o no. Nunca tuve que ir a un psicoanalista y hay que tratar bien a la gente nada más. También soy esquizofrénico, tengo un lado mío que es conservador y otro lado que no puedo decir que soy revolucionario, porque ahí te pintan de rojo de comunista y no quiero ningún dogma, no tengo ninguna ideología política, pienso que hay que tratar bien a tu prójimo y defender lo tuyo.



-G.M. ¿Crees en Dios?

-La ideología de la religión y los dogmas religiosos, me parecen la mayoría unas mentiras, si tendría que elegir una religión que no practico seria el Budismo o el Zen que me parecen mucho más cerca al alma y son muchos más verdad o cosas como los católicos o protestantes. Yo dudo mucho que a Cristo le hubiera gustado ver lo que es la iglesia Católica Apostólica Romana ahora. Y chau, con eso te digo todo.


-G.M. ¿Vos pensás, como dice el tango, que ‘el mundo fue y será una porquería’?


-Sí, pero después dice ‘ya lo sé’ (risas).



La Ronda


Luego de un rato, el pelado se levantó fue hasta una bolsa de color marrón saco un poco de faso y se prendió un porro, y nos invitó a recorrer la casa. Algunas puertas abiertas donde se podían ver cuartos con paredes de distintos colores y un piano, acariciado por un tipo de nombre Marcelo parecido a Tom Waits, pero en versión pelirrojo. Empezó a tocar y terminamos todos juntos con una versión desafinada y a los gritos de Alabama song (whisky bar) de The Doors.


Estuvimos hasta tarde porque la onda dio para quedarse ahí, nos podríamos haber quedado a vivir, jamás pensé que a los pocos días se podía morir. Fue todo muy loco, recuerda Guillermo. Y Marcelo Priarone recuerda que estuvo sólo como espectador pero le pregunté varias veces por el grupo Geniol con Coca y Luca nunca me contestó.

Antes de despedirnos yo me quede charlando con Luca, en una ronda que se acopló, su novia y un par de locos más. Prendí el grabador y siguió la entrevista.


-S.B. ¿Te acordás de alguna anécdota o papelón que la hayas pasado mal?


-¡Uy¡... tengo que elegir (risas). Ah, sí, me acuerdo. Tenía dos novias, una era alta alemana, la otra chiquita morocha y judía, una era comunista, la otra medio nazi y yo soy bien esquizofrénico ¿te diste cuenta no?, entonces me fui de estar con una y me encontré con la otra que ya había arreglado y nos fuimos a comer a un restaurante chino. Estaba comiendo y entró la otra que me había seguido y tenía unos cables. Acá los tenés, ahora son partes de una peluca, (muestra un manojo de cables con rulitos de teléfono) y ella vino con estos cables. Entró al restaurante y me los tiró en el plato (risas a carcajadas). Entró así enojada y plumba!, y me quedé como un idiota, eso fue un papelón.

La peluca que el Pelado nos mostró apareció en muchos recitales, afiches o fotos de revistas cuando se disfrazaba y salía con esos anteojos de juguetes que tenia pintado un espiral en los lentes.


-S. B. ¿Y vos cómo estás, cómo te sentís?


-Mal, anímicamente mal. Este mundo yo no lo quiero, pero hay gente que me gusta, por ejemplo, ahora estoy bien con ustedes, pero mirá la gente. Salí a la calle, leé un diario y ahora estoy hablando en serio. La cocaína esta en todos lados, en los ministerios, en el ‘Fucking’ congreso, entre los médicos, en fútbol y esto es verdad , yo no tomo, a mí esa gente no me gusta, son personas feas, están en otro mundo y le hablás y no te escuchan, no opino lo mismo del alcohol o de la marihuana, pero de la cocaína sí, se ponen en otra y están encismado y es una forma de egoísmo químico. Un tipo se puede poner un traje super, de mocasines, los bigotes, ser bien argentino, pero ahí tiene el “mogra” en el bolsillo y se va al baño como que se va a peinar, por ahí se peina igual, (risas) y ‘tracka tracka’, le da y la cocaína… Está en todos lados, ‘bolú’.

Cambia de tema y se cuelga en la explicación de la palabra BolúBolú en inglés significa una planta chiquitita que vive en Finlandia.


Y se nos fue la tarde, sacamos un par de fotos más y le hicimos grabar a Luca un separador para el programa de radio y dijo lo siguiente: Mira, yo como hombre, te digo que nunca escuché un programa que me tocó el alma tanto como Radiokonga.


Nos acompañó hasta la puerta, nos despedimos con abrazos y nos dejó saludos para la gente del oeste. Los tres volvimos a Castelar para preparar el programa y mandar anticipos de la nota de Luca Prodan.


Veinticinco días después, la noticia enlutó al rock, empezaba el mito.

Luca Not dead.


(*Mazorca: Método de tortura usado por "los Mazorqueros" entre los años 1835-1852, por el cual a los oponentes de Juan Manuel de Rosas los venían a buscar de noche y les introducían un choclo "vía anal”.)

(si tiene problemas para visualizar el video, recorte y pegue en el navegador el siguiente enlace: http://www.youtube.com/watch?v=IZQ--9FJSAU )

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