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EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE LECOR / UNA HISTORIA DE ADORACIÓN



por HUGO GIOVANETTI VIOLA

un webguión seccionado en 40 episodios y escrito como base para una miniserie televisiva que producirá elMontevideano / Laboratorio de Artes

TRIGESIMOTERCERA ENTREGA

EPISODIO XXXIII

Una cedulilla de amor vomitada por un molembo y un Romeo y una Julieta escondidos en un confesionario.

PRIMERA HISTORIA 1 / INT. DÍA

Francisco Acuña de Figueroa termina de ser enjabonado por el barbero, mientras crece la actividad en la plaza de la verdura y los escalones de la catedral se llenan con los asistentes a la primera misa.

Barbero: Las noches que Martín empina demasiado el codo en El Hacha me toca enjabonar al compás de los gallos, Vuestra Merced.

Acuña de Figueroa: Ca. Yo anoche lo vi desplumar a dos maturrangos junto con el tuerto Fitzgerald y ya estaba saturado de orujo.

Barbero: Pero él nunca fondea. Es como la desgracia.

Acuña de Figueroa: Lo que no tiene fondo es el pantano carnívoro de los Mendoza, maestre. Recién vi pasar a la Palomita y me pareció escuchar el canto de la lombriz que se retuerce en el corazón de esa niña.

Barbero: Qué destino nefando.

Acuña de Figueroa: Lástima que no sea verdad tanta belleza. Hay veces que ese verso tiene aplicación cierta.

Barbero: El otro día el mariscal Porto la tuvo que cargar desmayada por la plaza.

Acuña de Figueroa: Ojalá Porto se las amañe para sosegar la sierpe de su pecho. Aunque puede costarle la vida.

Barbero: ¿Tanto así?

SEGUNDA HISTORIA 1 / INT. DÍA

Porto termina de escribir una cedulilla en su cuarto del Fuerte y relee la que le envió Paloma el día anterior.

Voz en off de Paloma: Muy maestro mío. Te puedo asegurar que mientras yo conserve un hálito viviente nunca estarás soasiño. Y tú comprenderás que realmente es difícil para cualquiera jurar esta promesa. La vida es trilce, Diogo. Y ahora cato que acabo de hilvanar una expresión errada. Permitime enmendar un olvido de estas primeras líneas urgidas por el oleaje. Si yo parto antes que vos tampoco faltaré a aliviarte las cuitas desde el cielo. El mar no me tragó y las garzas me enseñaron que he de ir sólo por eso a la mansión elísea: para velar por tu ánima. Pero ahora te suplico que no concurras mañana a mi fila del templo. Mi madre pispó el entrelazamiento con que nos hemos sellado igual que en el Cantar, y estoy segura de que si nos ve juntos me encerrará en la quinta. Cuidemos nuestro arcoiris. Te quiero, mariscal, y que la vida truene. P.M.

Porto besa las cedulillas y se tira en la cama a fumar, consultando a cada momento su reloj de cadena. Después prepara dos bolsitas, se perfuma, se persigna y se asoma a un ventanal para saludar con un brazo a Josef, que lo espera en la calle.

Josef (cuando se encuentran la puerta del Fuerte): Temo haberme atrasado, señoría.

Porto (besándole la cabeza al niño): Yo hoy no le temo ni al mesmo diabo, rapaz. Y te has ganado rosquetes de dulce de leche.

Josef (dando saltitos): Ya doblan las campanas.

Porto: No corras por el barro.

Un escolta a otro (después que Porto vuelve a entrar): Ele ficó maluco de amor.

PRIMERA HISTORIA 2 / INT. DÍA

Acuña de Figueroa: Atendiendo las intrigas de la corte de Río aprendí que un ajusticiamiento como el de Abreu siempre trae otro al hilo.

Barbero: ¿Y usía piensa que los sabuesos ya tienen rastros claros?

Acuña de Figueroa: Acá hay dos líos gordos, maestre. Una cabeza de hidra es el duelo entablado con los negros de Frutos. Porque Artigas ya se mea en cualquier meollo módico.

Barbero: Y la otra es el embrollo intestino entre las logias.

Acuña de Figueroa: Como en Río. Y aunque en Montevideo también va llevando las de ganar la francmasonería monárquica, el brebaje final se cocina en la Uropa.

Barbero: ¿Y Abreu a quién servía?

Acuña de Figueroa: Lucifer no distingue entre monarquía y república.

Barbero: Menudo entreverijo.

Acuña de Figueroa: ¿Supísteis que Le-Cor trabaja con las mejores palomas mensajeras cruzadas en Gran Bretaña?

Barbero: Tan luego en el imperio que apadrina repúblicas.

Acuña de Figueroa: En la mesa del poder todos comen con todos.

SEGUNDA HISTORIA 2 / EXT. DÍA

Porto entra corriendo a la catedral mientras se pronuncia el Ite y se enfrenta a Paloma, que le hace una seña a Pandora para que los deje solos.

Paloma: Menuda agitación os acosa, mariscal.

Porto (besando la mano de la muchacha mientras murmura): Temo que el corazón se me desboque para siempre en cualquier momento, Esposa.

Paloma (abanicándose): Os rogué que dejáramos de vernos. Y no me llaméis así.

Porto: Es que acabo de rezar la palabra con mayúscula.

Paloma: Quiso Dios que la bruja no acudiese a la misa, o me mandaba encerrar en la quinta ahora mismo.

Porto: Pues ubicaos a hurtadillas en el confesionario que pienso despeinaros con la verdad más alta de tuda la miña vida.

Paloma (ocupando con miedo y diversión el lugar del sacerdote mientras Porto se esconde al costado y ella le abre la puertita corrediza murmurando): ¿Estás loco?

Porto: La verdad nos faze libres.

Paloma: ¿Mismo cuando es locura?

Porto: Los que vemos a la divinidad somos locos de este mundo.

PRIMERA HISTORIA 3 / INT. DÍA

Martín llega a la barbería con los ojos muy hinchados y pasos todavía tambaleantes. El barbero y Acuña de Figueroa se miran divertidos.

Barbero: Lo peor es que los que aparecen con el rabo entre las patas ni siquiera saludan, carajo.

Martín (haciendo una reverencia y cayéndose sentado): Juro no desenchivarme nunca más en la zanja de las achuras.

Barbero: ¿Qué os pasó?

Martín (hipando chillonamente y gateando para gargajear en la pelela): Es que anoche lanzamos abrazados con el negro Baltasar y tuve una visión de ultratumba.

Acuña de Figueroa: Pero bien que os folgásteis con la recitación de mi Nomenclatura y Apología del Carajo.

Martín: ¿Cuándo?

Acuña: Anoche, voto a bríos.

Barbero: Gastó pólvora en chimango, Don Poeta.

Martín: ¿Os podéis imaginar a un molembo vomitando chicharrones de papel?

Acuña de Figueroa (al Barbero): Aquí hay gato liado.

SEGUNDA HISTORIA 2 / INT. DÍA

Paloma
: Debo irme.

Porto: Me imagino que todavía no leíste la ceduliña que os aportó Josef.

Paloma: No. La tiene Pandora.

Porto: Pues prefiero falarte en persona lo que escribí esta madrugada. Me salí de prudencia.

Paloma: ¿Cómo así?

Porto: Es que ninguna mulher me escribió ni me escribirá jamás lo que supiste tanto expresarme, coisiña.

Paloma: Es mi vuelo.

Porto: Y me arrebaté tanto que contesté locuras que prefiero declararte en tu templo, miña Esposa.

Paloma: Mirá que si nos pillan montando este numerito son capaces de ahorcarnos. Y el rollo es más voraz que un yaguareté, Diogo.

Porto: Es que en la ceduliña te propuse matrimonio. Te propuse gestionar mi divorcio y casarnos. Aunque sea un imposible.

Paloma: Yo me voy.

PRIMERA HISTORIA 4 / INT. DÍA

Martín: Yo pensé que el molembo estaba echando los bofes.

Acuña de Figueroa: ¿Y eso os espantó tanto?

Barbero: ¿Qué había comido?

Martín: Folios de un cofrecillo de ña Magdalena, maestre. Documentos del padre que la comprometían.

Acuña de Figueroa: Logia va y logia viene.

Barbero: ¿Y se los obligó a manducar al molembo?

Martín: Eso y una cedulilla de Cupido que le contrabandeó el mariscal Porto. A fe que ese benemérito debería de llamarse Don Juan, por sus enjuagues.

Barbero: ¿Porto le contrabandeó una cedulilla a Magdalena?

Martín: Fue ilusión. Dizque venía dedicada a Paloma y alguien se la coló en el nido a Misia Ordeñadora.

Acuña de Figueroa: Lucifer no descansa.

Barbero (carcajeando): Pues me cago en las coñas orondas y cachondas. Y puede agradecer que la hablilla no me pilló rasurándolo o salía vacunado hasta los caracuses, don Paco.

SEGUNDA HISTORIA 4 / INT. DÍA

Porto: Mais fue justo y necesario asumir mi pasión.

Paloma: Hambre, querrás decir.

Porto: Hambre de acariciarte os rizos como a una Esposa.

Paloma: ¿Con mayúscula?

Porto: Claro.

Paloma: Y debajo de una sábana. Con los colmillos de Abreu y de Artecona juntos. ¿No me querías preñar?

Porto: Pues lo haría nada mais que por fazer florir esos teus tristes olhos.

Paloma: Todos quieren lo mismo.

Porto: Eu no acredito iso. Deus va a encontrar la forma de que quede brillando mi arcoiris en tu monte, coisiña.

Paloma: Ahora sí que me voy.

Porto: ¿Tan difícil es creerme?

Paloma: Más fácil es llorar.

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