jueves

SAN JUAN DE LA CRUZ (173)

 15 / ¡Oh, cuán dichosa es esta alma que siempre siente estar Dios descansando y reposando en su seno! ¡Oh, cuánto le conviene apartarse de cosas, huir de negocios y vivir con inmensa tranquilidad, porque aun con la más mínima motica o bullicio no inquiete ni revuelva el seno del Amado! Está él allí de ordinario como dormido en este abrazo, con la esposa, en la sustancia de su alma, al cual ella muy bien siente y de ordinario goza. Porque, si estuviese siempre en ella recordado, comunicándose las noticias y los amores, ya sería estar en gloria. Porque, si una vez que recuerda tantico abriendo el ojo pone tal el alma, como habemos dicho, ¿qué sería si de ordinario estuviese en ella, para ella bien despierto?

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