(La belleza salvará al mundo)
para Fiodor
Dostoievski y Diana Pumar
Amo a la diosa
de corazón salvaje
y voz preciosa.
Cuando el mundo me
mata
veo sus Ojos de
Plata.
(Viaje al fin de la
carne)
Las estaciones
que construyó
Vivaldi
fueron visiones
de las bodas
voladas
a doradas moradas.
(Vitral de Vincent)
La demasiada
luz que nos
regalaste
es una espada
que decapita cosas
para que rueden
rosas.
(Vigilancia lunar)
Ningún terrestre
puede verte penando
entre la peste.
Solamente allá
arriba
quieren que tu luz
viva.
(Sobre los amigos
que son amigos siempre y cuando les convenga)
Hay pesadillas
que llegan del
pasado
como sencillas
advertencias de
cuánto
nos cuesta confiar
tanto.
(Las alturas del
reino)
No hay paraíso
duradero en la
tierra.
El cielo quiso
morar en los mirares
que contemplan
altares.
(Lo único que nos
une)
No tiene dueño.
La verdad es un
suave
color de sueño.
Las llamadas
verdades
son pobres
soledades.
(Del amor efímero)
Viejas canciones
empapadas de
olvidos
y de pasiones
que adoran un
pasado
que nunca fue
dorado.
(Salir al ruedo)
El esqueleto
se despierta con
frío y
asume un reto:
abrigar con poesía
los horrores del
día.
(Y hubo que
perdonarlos)
.
Siempre supieron
lo que hicieron
contigo.
Nunca pudieron
soportar que lo
santo
espantara el espanto.
(Hoy)
Una palabra
que brincó entre
mis huesos
como una cabra
bastó para sanarme.
Y pude levantarme.
(El conde uruguayo
que denunció la hipocresía mundial)
para Isidore
Ducasse y Álvaro Moure Clouzet
El venenoso
aliento del
muchacho
que parió un Pozo
y despreció al
realismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario