(Carta a Nacho)
Ya lo sabemos:
existir es
terrible.
Pero podemos
musicar lo
inefable.
Lo inasible es
amable.
(Luz de un hombre
muy alto)
epitafio para el
irrespetado Manuel Espínola Gómez
La depurada
densidad del
diamante
fue tu morada.
Horadaste al
misterio
y su horroroso
imperio.
(El día que te tocó
encontrarte con el presente eterno)
Enamorarse
es entrar en la
altura
hasta azularse
con un trasluz
sagrado.
Lo demás es pasado.
(Hommage à Goriot)
Amo a mis hijos
por más que los
rencores
y los barbijos
pretendan
separarnos.
Dios ordenó
juntarnos.
(Nadie se da
cuenta)
Emocionado
como el Cholo
muriente
vivo abrazado
a los destinos
grises.
Cuido a los
infelices.
(Sólo se nace dos
veces)
¿Cuántos te
quieren?
Eso sólo lo saben
los que te hieren.
Tu idiotez lo
merece.
Pero el reino
aparece.
(La hora de los
lobos)
El inocente
cree que Judas no
existe
en cada mente.
Y recién se lo
explican
cuando lo
crucifican.
(Escrito en una
vereda de la calle Lepanto)
Morir gritando
cómo agrandaste mi
alma.
Vivir cantando
entre la niebla
blanca
lo que tu luz me
arranca.
(El rostro del
aljibe)
Un hombre viejo
sabe que lo que
importa
no es el espejo
sino el pozo del alma
donde flota la
calma.
(Última carta de
Vincent)
Mi tercer ojo
entró en un
laberinto
de fondo rojo.
Mi oreja
inexistente
escucha lo
imponente.
(La soledad
nocturna)
Esa sustancia
que distancia lo
triste
y entra en la
infancia
con pies arrodillados.
(Llantos
iluminados.)
(Nunca es triste la
verdad)
Serrat dixit
El que te ignora
para que nunca
existas
sabe a deshora
que tu sueño es
posible.
Y que es irreversible.
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