viernes

ALBERT HOFMANN - LSD: CÓMO DESCUBRÍ EL ÁCIDO Y QUÉ PASÓ DESPUÉS EN EL MUNDO (66)

 

 La irradiación de Ernst Jünger (3)

 

Poco después, por una carta de Ernst Jünger, me enteré de que en su novela Heliópolis, en la que estaba trabajando, había insertado una digresión sobre drogas. Sobre un investigador de drogas que aparecía allí, Jünger me escribió:

 

…Entre las excursiones a los mundos geográficos y metafísicos que intento describir allí, hay también la de un hombre totalmente sedentario, quien explora los archipiélagos allende los mares recorridos, usando como medio de transporte las drogas. Doy extractos de sus diarios de navegación. Desde luego, no puedo permitir que este Colón del globo interno termine bien… muere intoxicado. Avis au lecteur. (Advertencia al lector. (En francés en el original.)

 

El libro, que se publicó al año siguiente, lleva el subtítulo de Ojeada retrospectiva de una ciudad, una ciudad del futuro, en el que la tecnología y las armas del presente estaban aun más desarrolladas en sentido mágico, y en la que tienen lugar luchas por el poder entre un tecnócrata demoníaco y una fuerza conservadora. En la figura de Antonio Peri, Jünger describe al citado investigador de las drogas, quien moraba en el casco antiguo de la ciudad de Heliópolis.

 

…Cazaba sueños, como otros cazan mariposas con redes. Los domingos y días festivos no viajaba a las islas ni visitaba las tabernas en la playa de Pagos. Se encerraba en su gabinete para realizar sus excursiones a las regiones oníricas. Decía que todos los países e islas desconocidas estaban entretejidas en el papel pintado. Las drogas le servían de llave para ingresar en las cámaras y cuevas de este mundo. Con el correr de los años había obtenido grandes conocimientos, y llevaba también un diario de navegación sobre sus viajes. En este gabinete había también una pequeña biblioteca; los libros eran herbarios e informes medicinales, pero también obra de poetas y magos. Antonio solía leerlos mientras se desarrollaba el efecto de las drogas… En el universo de su cerebro emprendía viajes de descubrimientos…

 

En el centro de esta biblioteca, saqueada por los sicarios del gobernador al detener a Antonio Peri, estaban

 

…los grandes animadores del siglo XIX: de Quincey, E. Th. Hoffmannn, Poe y Baudelaire. Pero otros llevaban más atrás, a herbarios, escritos de magia negra y demonologías del mundo medieval. Se agrupaban alrededor de los nombres de San Alberto Magno, Ramón Llull y Agrippa ab Nettesheym… Al lado se encontraba el informe de Wierus De Praestigiis Daemonum y las muy extrañas compilaciones del médico Wekkerus, editadas en Basilea en 1582…

 

En otra parte de su colección, Antonio Peri parecía haber fijado su vista sobre todo

 

en antiguas farmacologías, libros de recetas y de medicamentos, y haber ido a la caza de separatas de revistas y anales. Se encontraron, entre otros, un antiguo mamotreto de psicólogos de Heildelberg sobre el extracto del botón de mescal, y un trabajo de Hofmann-Bottmingen sobre los phantastica del cornezuelo de centeno…

 

El mismo año en que se publicó Heliópolis conocí a su autor personalmente.

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