La irradiación de Ernst Jünger (3)
Poco después, por una
carta de Ernst Jünger, me enteré de que en su novela Heliópolis, en la
que estaba trabajando, había insertado una digresión sobre drogas. Sobre un
investigador de drogas que aparecía allí, Jünger me escribió:
…Entre las excursiones a
los mundos geográficos y metafísicos que intento describir allí, hay también la
de un hombre totalmente sedentario, quien explora los archipiélagos allende los
mares recorridos, usando como medio de transporte las drogas. Doy extractos de
sus diarios de navegación. Desde luego, no puedo permitir que este Colón del
globo interno termine bien… muere intoxicado. Avis
au lecteur. (Advertencia al lector. (En francés en el original.)
El libro, que se publicó
al año siguiente, lleva el subtítulo de Ojeada retrospectiva de una ciudad, una
ciudad del futuro, en el que la tecnología y las armas del presente estaban aun
más desarrolladas en sentido mágico, y en la que tienen lugar luchas por el
poder entre un tecnócrata demoníaco y una fuerza conservadora. En la figura de
Antonio Peri, Jünger describe al citado investigador de las drogas, quien
moraba en el casco antiguo de la ciudad de Heliópolis.
…Cazaba sueños, como otros
cazan mariposas con redes. Los domingos y días festivos no viajaba a las islas
ni visitaba las tabernas en la playa de Pagos. Se encerraba en su gabinete para
realizar sus excursiones a las regiones oníricas. Decía que todos los países e
islas desconocidas estaban entretejidas en el papel pintado. Las drogas le
servían de llave para ingresar en las cámaras y cuevas de este mundo. Con el
correr de los años había obtenido grandes conocimientos, y llevaba también un
diario de navegación sobre sus viajes. En este gabinete había también una
pequeña biblioteca; los libros eran herbarios e informes medicinales, pero también
obra de poetas y magos. Antonio solía leerlos mientras se desarrollaba el
efecto de las drogas… En el universo de su cerebro emprendía viajes de
descubrimientos…
En el centro de esta
biblioteca, saqueada por los sicarios del gobernador al detener a Antonio Peri,
estaban
…los grandes animadores
del siglo XIX: de Quincey, E. Th. Hoffmannn, Poe y Baudelaire. Pero otros
llevaban más atrás, a herbarios, escritos de magia negra y demonologías del
mundo medieval. Se agrupaban alrededor de los nombres de San Alberto Magno,
Ramón Llull y Agrippa ab Nettesheym… Al lado se encontraba el informe de Wierus
De
Praestigiis Daemonum y las muy extrañas compilaciones del médico Wekkerus,
editadas en Basilea en 1582…
En otra parte de su
colección, Antonio Peri parecía haber fijado su vista sobre todo
en antiguas
farmacologías, libros de recetas y de medicamentos, y haber ido a la caza de separatas
de revistas y anales. Se encontraron, entre otros, un antiguo mamotreto de
psicólogos de Heildelberg sobre el extracto del botón de mescal, y un trabajo
de Hofmann-Bottmingen sobre los phantastica del cornezuelo
de centeno…
El mismo año en que se publicó Heliópolis conocí a su autor personalmente.
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