“YO SOY CREYENTE, PERO NO TODO EL TIEMPO”
por Eduardo Fabregat
¿Cuál fue tu primera noción de la música?
La imagen más poderosa es un viaje en auto con mi papá y mi mamá, y me
acuerdo de que paramos, mi viejo se bajó y volvió con una guitarra criolla. Yo
aluciné cuando la sacó, y me la puse de la parte izquierda. Mi primera
tendencia es ser zurdo. Tuve profesores particulares de barrio, y en la primera
que tuve, me di vuelta la guitarra. Estaba entre el dibujo y la guitarra: me
gustaba un acorde y me lo dibujaba en una hoja cuadriculada. Practicaba
con gente como Richie Blackmore, Black Sabbath, Purple y Zeppelin, Commodores,
Earth Wind & Fire, Parliament.
¿Qué fue lo que te llevó a estudiar una carrera?
Tenía pasión por el dibujo y pensé que con la publicidad iba a tener
cierta tranquilidad económica, e iba a poder canalizar algunas cosas
artísticas. Asistir a la facultad hizo que me relacionara con un montón de
gente que en realidad quería hacer música o algo relacionado. Para mí era un
centro de reunión. Estaba empezando el influjo new wave, la andanada post punk
que tenía que ver con el pop, con la publicidad. En esos momentos, Piero era
rock and roll...
¿Cómo era la interacción con esa gente en ese momento
musical del país? ¿Había una cosa de ser un grupo de resistencia en busca de
algo nuevo?
Creíamos en lo nuevo, que ya había bandas que lo estaban haciendo, Virus,
Los Twist. Íbamos tocando y empezaban a aparecer los primeros fans. Esa carrera
aglutinaba gente que no sabía qué carajo hacer con su vida, como nosotros. Uno
sentía que estaba en una cofradía de gente sin rumbo: nos la pasábamos
escuchando música, poníamos pegamento para alfombras en el piso y prácticamente
nos drogábamos y no hacíamos un carajo. Por otro lado, me daba cuenta de que
cualquier cosa que aprendiera fuera de la música terminaba siendo por la
música.
Entre el primer disco y Nada personal, y Signos,
hay un notable salto musical y lírico. ¿Qué cosas empezaron a surgir en tu
escritura?
Nada personal es el comienzo de encontrarme escribiendo sobre mí mismo:
escribo utilizando más que sensaciones instantáneas, estoy buscando un
artilugio en mi forma de escribir. Ese disco lo desarrollamos en una quinta que
alquilamos como tres meses, había muchos elementos extramusicales. En el
segundo nos concentramos mucho más en nosotros, y yo en escribir más
sensaciones personales, aunque fueran frías, distantes. Nos habían catalogado
como un grupo plástico y yo consideraba que, a pesar del sentido peyorativo,
era un elogio. Empezamos a usar el estudio como herramienta, y empecé a
entender la herramienta de escribir, de llenar esos espacios melódicos con
palabras. Igual fui variando mi forma de escribir con el tiempo, aunque la
música siempre me sirvió para balancear. Signos, por otro lado, es un disco de
salidas: “Final caja negra” era como decir “OK, estoy en crisis, estoy hasta
las manos, me siento para el orto, pero esto es lo que me salva”. Fue un disco
muy tortuoso, muy complicado.
¿Alguna vez te pesó excesivamente ser el generador?
Yo no puedo desligarme... cuando hice Soda Stereo asumí esa situación y
nuestra relación fue así y creo que la química de Soda Stereo tiene que ver con
eso, cada uno tenía su lugar, pero también me gustaba encontrar un nivel de
competencia musical en otra gente, por eso hice otros proyectos. Relacionarme
con Richard (Coleman), (Daniel) Melero, con Charly (García) y Pedro Aznar, para
mí significaba una competencia creativa muy saludable. Para un leonino como
yo... es bastante humano. En Soda eso se fue anquilosando, y no creo que sea la
única razón (para la separación), pero si el grupo no tiene la suficiente
movilidad se va quedando, y la posibilidad de reinvención para que después de
quince años sigamos... El grupo tiene una química, y esa química funcionó todo
lo que tenía que funcionar. Pero desde el punto de vista de compañerismo, de
proseguir con una energía, realmente nunca en la vida lo voy a sentir como con
ellos. Y no quiero correr detrás de que se separa Soda Stereo y Cerati tiene
que seguir como solista.
¿Cómo se llega a la despedida?
Al principio, yo estaba en contra. Nunca había pensado en una despedida
de Soda, porque pensar que las cosas sean tan absolutas me parece raro. Pero me
puse a revisar en otros grupos y volvía a Soda, y me di cuenta de que podía ser
un momento musical muy importante, de tocar las canciones por última vez. Del
resto se va a hablar un pedazo, “termina una época”. Yo pienso que el único
fondo real es tres tipos haciendo música. Tengo la sensación de que hubo tantos
Soda Stereo, tantas crisis, nos pudimos haber separado en cualquier momento,
sólo seguimos adelante por creer en el futuro, pero ya no creemos en lo que
podemos hacer juntos.
¿Sos un tipo creyente?
Sí, pero no todo el tiempo. Tengo momentos en los que pienso que lo más saludable es ser creyente. Frente a la muerte, frente a momentos importantes de la vida, no hay ninguna duda de que uno despierta una serie de cosas que no está pensando todo el tiempo. Pero yo tengo muchas dudas. Oscilo mucho y tengo momentos en los que ni siquiera recuerdo que soy creyente. Hay una presencia en todas las cosas, mágica, pero sólo algunas veces lo creo, algunas veces lo veo.
(Página12 / 6-9-2021)
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