jueves

IDEA VILARIÑO - LAS LETRAS DE TANGO (35)

 FORMAS FIGURADAS (3)

 

La metáfora (2)

 

El vicio de la metáfora no es privativo del tango; es tanto o más grave en cierto pseudo folklore argentino y más barato aun, y más pesado, en las “glosas” que a menudo hacen padecer al tango la radio y la televisión.

 

Dejando de lado, pues, errores y fracasos, volvemos a aquel tipo de metáforas buscadas, creadoras. Entre ellas las hay que ni por su lenguaje ni por los elementos que emplean se identificarían necesariamente como partes de un tango. Esto no es un reproche ni un elogio. Pasa como con ciertas comparaciones que vimos; son convencionales, podrán provenir de cualquier poema de esos que se ubicarían en un segundo plano -o tercero- de lo literario, al margen de los cauces poderosos de la mejor literatura. Muy excepcionalmente se acercan a ella, pero pueden, poniendo de pronto todo en otro plano, alcanzar validez y a veces belleza suficientes, contribuir al impacto expresivo, decirlo mejor:

 

Nostalgia

de las cosas que han pasado

arena

que la vida se llevó.

 

Se fue contigo

de mi novela

la ultima risa

de la juventud.

 

La vida es tumba de sueños

con cruces que abiertas

preguntan “pa qué”.

 

Nos interesan más aquí las metáforas que no podemos encontrar en otra parte, que son incanjeables productos de esta literatura, y tal vez antes que de ella, de una idiosincrasia, de un mundo, de los que surge el tango. Son las más originales y reveladoras.

 

Amainaron guapos

junto a tus ochavas

 

Y una mina que arrodilla

mis arrestos de varón.

 

Que además de la cerveza

me encurdela la tristeza

de un amargo sinsabor.

 

Y, jugando:

 

Me saltaron los tapones

cuando tuve esta mañana

la alegría de no verla más.

 

Es más frecuente que lo metafórico se extienda a las otras partes de la oración:

 

Se dio juego de pileta

y hubo que echarse a nadar

 

Ya punteaba la muerte

su milonga

 

Me clavó en la cruz

tu folletín de Magdalena

 

y recostado al muro

el viejo farolito,

campana de la noche

espiando parpadeó.

 

Se advierte incluso la tendencia a insistir más larga y detalladamente en una misma metáfora -insistencia que llevará o acercará a las formas alegóricas-, o a encadenar varias, lo que, como vimos, llega a hacer difícil separar el texto de sentido llano en un contexto en diversos grados metafórico.

 

En el circo de la vida

yo fui el clown de la comparsa,

no hubo redes ni hubo trucos

pa mi pobre humanidad.

 

En el naipe de la vida,

cuando cartas son mujeres

aunque lleve bien fajadas

pal amor las treinta y tres

es inútil que se prenda

al querer con alfileres

si la mina no es de un paño

derechita y sin revés.

 

Tus tangos son criaturas

abandonadas

que cruzan sobre el fango

del callejón

cuando todas las puertas

están cerradas

y ladran los fantasmas

de la canción.

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