FORMAS FIGURADAS (1)
La comparación (2)
Hay otras de parecido
tenor, igualmente expresivas, pero con un toque de lirismo que falta en las
anteriores:
me
le entrego mensamente (a la muerte)
como
me entregué al botón.
Pobre
Rosa, linda china
de
mirada mortecina
como
vela de bulín.
El
gotán
se
te fue al corazón
como
un dulce
chamuyo
de amor.
Buenos
Aires,
como
a una querida,
si
están lejos
mejor
hay que amarte.
Son estas comparaciones
rápidas; simplemente se menciona el elemento de comparación, a veces con algún
calificativo. Pero es corriente que la comparación se extienda y enriquezca con
nuevas instancias o que desarrolle con más elementos la idea principal:
Pero
tu inconstancia loca
me
arrebató de la boca
como
un pucho que se tira
cuando
ya
ni
sabor ni aroma da.
Otro
con un lunarejo
mesmo
en el medio del anca
como
llevando pa siempre
enancada
una luz mala.
Pues
vos naciste pal barro
como
el caballo pal carro
y
el pobre pa trabajar.
Como dijimos, el tango es
generoso en comparaciones de este tipo cuyo valor real está en la justeza y por
sobre todo en la originalidad con que se elige el elemento de comparación, de
modo que ilustre e ilumine lo expresado con una luz propia; elemento fabricado
además con materia de su mundo, en su lengua y dentro del marco de sus valores
y querencias.
Tales comparaciones, dejando de lado aquellos dos primeros grupos, son una creación de esta literatura tanguística que ha tenido el acierto de asumir los datos de su propio ambiente como tuvo el de valerse de su propio lenguaje.
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