PLANTEO DEL ASUNTO (10)
La carta
La forma epistolar
aparece esporádicamente pero con bastante insistencia como para que la veamos
por separado. No tiene caracteres propios muy acusados, salvo aquellos
necesarios para fingir una carta. Es, más bien, otra manera de decir las mismas
cosas a ese tú cuando está lejos, cuando separa una distancia impuesta
por el otro o casual. El género puede estar mencionado en el título, como en La
cartita:
La
cartita
que
humilde te escribo
tus
horas felices
no
quiere turbar;
sólo
quiere
contarte
mi angustia,
mis
hondas nostalgias,
mi
triste penar.
En esta pieza el texto
mismo declara su condición; en otras, si no fuera por el título no tendríamos
una guía cierta: Una carta, por ejemplo. En cambio, letras que no aducen
en ningún momento carácter epistolar, lo son evidentemente: Vida mía, Por qué
no has venido, Remembranzas:
Cómo
son largas las semanas
cuando
no estás cerca de mí…
Muchas de ellas son
contestaciones a otras a las que hacen referencia: No me escribas, La carta
que me dejaste, Te aconsejo que me olvides:
Recibí
tu última carta
en
la cual tú me decías:
te
aconsejo que me olvides
todo
ha muerto entre los dos.
Puede pasar que las
cartas mismas sean tomadas como asunto: Aquellas cartas, Quemá esas cartas,
Cartas viejas:
Cartas
viejas,
cuánto
amor entre mis manos,
cuántos
besos, cuántas citas
que
ya nunca volverán;
sin
embargo, de la ingrata
que
amé tanto, ni una carta
que
me pueda consolar.
Quedan aun aquellas
cartas que mencionamos como insertándose en otro contexto, como la de El
penado 14, que decía:
‘Ruego
al juez de turno
que
traigan a mi madre,
lo
pido por favor,
pues
antes de morirme
yo
quiero darle un beso
en
la arrugada frente
de
mi primer amor.’
Recordemos de paso las
infaltables, clásicas referencias a la carta de la que se fue:
Esta
noche me encontré
la
cartita del adiós
en
la almohada donde ayer
me
juraste eterno amor.
Farolito
de papel
La
carta de despedida
que
me dejastes al irte.
De
vuelta al bulín
revolví
el cotorrro
por
su última carta
pero,
de ande yerba,
nada
había dejao.
Como
la mosca
Aparecen también de vez en cuando una especie de cartas al más allá, comunicación con un ser muerto y querido que no tiene los caracteres de la oración sino la confianza y la naturalidad de una carta: Acordándome de vos, Mañana iré temprano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario