1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996
1º edición WEB:
elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019
Discusión (1)
Hoy tenemos en la reunión
científica de los viernes un trabajo de Héctor Garbarino y Raquel Vidal sobre “El
Ser en la neurosis”. Ustedes saben que Héctor tiene una larga trayectoria en el
estudio del narcisismo. Largos años sobre todo en torno al narcisismo en la
psicosis. Reunió los trabajos en un libro hace bastante tiempo. Continuó
trabajando e investigando en torno al problema del Ser en la psicosis, lo hemos
escuchado en jornadas científicas de la Asociación, y hoy nos presenta al Ser
en la Neurosis.
Marcelo Viñar:
Lo que tengo que decir es en nombre de todos, de la Directiva, decirte feliz cumpleaños
y te queremos mucho. Esta elección consciente o no de que elijas tu cumpleaños
para leer un trabajo, son causas cósmicas, de que vuelva a la APU el día de su
cumpleaños, es una coincidencia muy grata. El lío del protocolo con Héctor es
que no se sabe si decirle, al llegar a esa edad bíblica que tiene, y se tiene
la trayectoria que Héctor y Mercedes tienen en la institución, no se sabe si
decirle bienvenido a casa o distinguido profesor invitado, vamos a decirle las
dos cosas. Porque nosotros que tampoco somos muy jovencitos lo veíamos a Héctor
todos los días acá, en este espacio, y los tiempos cambian, y ahora tiene una
presencia menos asidua pero igual está presente.
Héctor Garbarino:
Muchas gracias, Marcelo, muchas gracias a todos ustedes por vuestra presencia y
por este generoso aplauso. En el día de hoy le traemos un paciente, es el
primero que traemos en el cual vemos la instancia del Ser en la neurosis. Ustedes
saben que ha sido visto sobre todo en patologías graves. De más está decir que
es un gran placer poder introducir esta instancia también en la neurosis. Este
es un paciente que nos resultaba apasionante y por demás emotivo, y que nos
tuvo en jaque durante casi dos años sin poder encontrar una solución
satisfactoria acerca del problema que lo había traído a la terapia. Este
problema del paciente, esta existencia de dos amores sin poder desprenderse de
ninguno de ellos, era un problema que no le encontrábamos solución, nos
resultaba intrigante y nos desconcertaba. Los intentos que habíamos tenido no
habían dado ningún resultado. Como ustedes supondrán pensamos muchas cosas
alrededor de esto. El paciente venía con mucha angustia y mucha culpa por esta
situación de las dos mujeres, sin embargo, no podía desprenderse de ninguna de
ellas. Era realmente un problema apasionante que lo unía, sobre todo a la
amante. Con la esposa tenía un buen vínculo sexual, buen vínculo afectivo,
había constituido una familia, quería a sus hijos. Era sorprendente qué es lo
que lo ligaba a esta mujer con la cual la sensualidad era pobre. Una hipótesis
que a mí me parecía plausible, no a Raquel, pero que yo la sostenía, yo también
muy freudiano, era que probablemente este hombre tenía un vínculo genital con
su mujer y un vínculo perverso con la amante, y por otro lado unos sueños de
carácter perverso, que ahondaban más en esta hipótesis. Recuerdo un sueño en
que el paciente tiene un vínculo genital con su amante, y a su vez la amante
era penetrada analmente por un caballo. Sueños de este tipo tuvo varios.
Raquel, que conocía directamente al paciente, que tenía vivencia directa con el
paciente, no le parecía tan plausible esta idea. Entre otras cosas porque el
paciente le hablaba de su relación espiritual con su amante, lo dejaba allí, lo
de espiritual. Yo pensaba que lo espiritual, yo desconfiado, estaba tapando,
ocultando la situación perversa. Pero esto no dio ningún resultado y quedamos
en las mismas, sin saber qué es lo que obligaba a este paciente a tener estas
dos situaciones, que lo atormentaban por otro lado.
Hasta que finalmente lo que no podía decir el paciente verbalmente en las asociaciones durante el tratamiento, lo pudo decir a través de un sueño, lo que a veces suele suceder. El sueño es con la terapeuta, un sueño edípico, manifiesta y abiertamente edípico. Pero ante la sorpresa de Raquel y mía, el paciente se resistió enérgicamente a la interpretación sexual incestuosa de este sueño. Eso nos puso en la vía de que podía estar en juego la existencia de la instancia del Ser en este paciente. Después lo que siguió nos pareció corroborar esto. El interés nuestro es qué impresión les produjo a ustedes la lectura de este trabajo y de este paciente, los comentarios, los acuerdos y desacuerdos, pasamos entonces la palabra a ustedes.
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