(Mujer cenando)
Relampagueaba
y el borde de la
lluvia
te iluminaba.
Tu dulce flor
flotante
brilló como un
diamante.
(Hora del lobo)
Semidormido
veo fantasmas que aúllan
desde el olvido.
La soledad se
rompe.
Y el perdón se
corrompe.
(Mañana oscura)
Los que me quieren
recibieron poesía.
Los que me hieren
no saben lo que
siento.
Me hacen sentir que
miento.
(La agonía y el
éxtasis)
Esperá un poco
para cantar
victoria.
No seas tan loco.
La vida no es oscura.
Es la pura
hermosura.
(Tanka para una
alumna)
Cascabelito
que cae desde tu
canto:
te necesito
para sentir mis
flores
llenas de picadores
(Carta a mis
nietos)
No necesito
nada que no sea el
Padre
pero te invito
a que pidas mi
vida.
Nunca estará
escondida.
(Saber vivir)
Cielo rosado
del vino que mi
padre
pisó encantado.
¡Ah tu poesía
empapada
de fruta
disfrutada!
(Verte es vivir)
Tu luz distante
se adueñó de mi
sueño
y hoy es constante.
Sé que siempre
viniste
porque nunca te fuiste.
(Frente a una foto)
Cuando te miro
tu corazón me toca.
Y no deliro
como creen los
oscuros
infelices impuros.
(Lloverá siempre)
Agua que abriga
y amansa las
pasiones:
perfecta intriga
del cielo derramado
sobre el
abandonado.
(El fuego nuestro)
Sueños dorados
que iluminan mis
vidas
y arden callados.
Llamas enamoradas
de las penas
pasadas.
(Verbo sobre mis
aguas)
Solo y a oscuras
recojo la voz alta
de tus ternuras.
Simetría del
espacio.
Amor que cae despacio.
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